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La Iglesia Católica en Corrientes

La gran empresa de la conquista de América fue posible, gracias a la labor conjunta de las acciones militares, pobladoras y misioneras, con lo que se dio origen a la estructura social, política, económica, moral y religiosa del Nuevo Mundo, pues con los conquistadores llegó a estas tierras un nuevo estilo de vida y, sobre todo, un sentimiento religioso desconocido por el nativo que, unido a ese conjunto de creencias primitivas, dará por resultado un tipo de culto y ceremonias muy particulares, donde se distinguen claramente una gran fe y amor a Dios y a la Virgen, aunque sin alcanzar to­da la profundidad de Amor Divino y sin vivir plenamente ellos(1).

(1) María Mercedes Traynor Balestra. – “La Iglesia Católica en Corrientes”, nota aparecida en el fascículo 4, “Corrientes en la Cultura Nacional” de “Todo es Historia”, colección dirigida por Félix Luna - Abril de 1986.

d’Orbigny, viajero por estas tierras en 1827, ha dejado un colo­rido cuadro de las costumbres religiosas del correntino. Es así, que nos comenta la solemnidad de la hora del Angelus o de la Oración, o del Paso del Viático, demostrando una gran religiosidad “a pesar de las disipaciones a que se entregan los dos sexos en Corrientes, ellos son muy religiosos”, acota.

Más adelante nos informa que no faltan nunca a Misa, y le llama la atención que las mujeres lo hagan siempre vestidas de negro, así como el gran “número de hombres de campaña a caballo en las puertas exteriores de la iglesia, con el sombrero en la mano oyendo Misa o rezando el Rosario” concluye.

Es que en nuestra ciudad, al igual que en toda Hispanoamérica, la religión llenaba toda la vida, mantenía la sociabilidad, actuando como fuente casi única de vida social y cultural y, sobre todo, como conservadora y reguladora de costumbres.

- Ordenes religiosas y templos en Corrientes

El primer templo que tuvo Corrientes fue una ermita construida por los fundadores. Estuvo terminada en 1593 y dedicada a San Sebastián; se encontraba en la punta homónima y sirvió en los primeros tiempos de iglesia parroquial hasta que se erigió el antiguo templo de la Iglesia Mayor en el lugar que se le señaló cuando la fundación, donde hoy se encuentra la Casa de Gobierno. Allí, estuvo hasta 1874, fecha en que se habilitó la iglesia nueva, dedicada a Nuestra Señora del Rosario, hoy la Catedral.

En el siglo XVII ya estaban instalados los franciscanos y los mercedarios; estos últimos extinguidos en el siglo XIX; también los jesuitas, quienes dejaron al irse -después de decretada la expulsión-, su colegio e iglesia sin terminar. Más tarde llegaron los dominicos, pero su estancia entre nosotros fue breve.

A mediados del siglo XIX, en época de Pujol, llegaron desde Santa Fe, nuevos franciscanos, que se instalaron en el ex convento mercedario, donde se veneraba desde 1660 a la Virgen de La Merced, como Patrona votada por el Cabildo local. Voto éste que se renovó en 1813, 1816, 1858 y 1960. Su fiesta es una elocuente demostración de la fe de los correntinos, y constituye junto con la celebración del Día de la Cruz de los Milagros y del día de la Virgen de Itatí, una de las claras manifes­taciones de la obra realizada por la Iglesia.

Esta obra dio sus frutos en otras actividades. No es extraño entonces que las autoridades -imitando a la Corona española- al tiempo que nombraban a los jefes militares o jueces comisionados, erigieran una iglesia, a cuyo frente ponían un Cura titular, con un teniente cura o auxiliadores en el caso de ser necesario.

Así surgieron la mayor parte de los pueblos y a la Iglesia le cupo, también, la función civilizadora. Pero no limitó a esto sólo su obra. Desde el primer momento también impartió enseñan­za.

Prueba de ello es la escuela de fray José de la Quintana, quien durante cincuenta y cuatro años, desde 1797, educó a tantas generaciones correntinas. Y qué decir del ejemplo que nos dejaron fray Nepomuceno de Goytía, representante ante el Congreso de 1824, y el gobernador canónigo José María Rolón.

Desde el punto de vista de la organización administrativa, la Iglesia Católica de Corrientes, en época española, aunque con relativa libertad, dependía del Obispado de Buenos Aires. Cuando en 1859 se creó la Diócesis paranaense, Corrientes formó parte de ella junto con las provincias de Entre Ríos y Santa Fe.

En 1910 se desprendió de ésta el Obispado de Corrientes, que estaba formado además, por la Gobernación de Misiones. De este Obispado se segregaron: en 1957, la provincia de Misiones, dando origen al Obispado de Posadas; en 1961, se formó el Obispado de Goya: y en 1979 se constituyó el Obispado de Santo Tomé. De esta manera corres­ponde hoy a nuestra provincia el Arzobispado de su mismo nombre y las Diócesis sufragáneas de Goya y Santo Tomé.

La Diócesis de Corrientes cuenta con 226.218 kilómetros cuadrados, una población de 376.560 almas atendidas en 27 parroquias con 30 sacerdotes diocesanos, 39 regulares y 65 religiosas. La de Goya tiene una extensión de 32.427 kilómetros cuadrados con 230.000 habitantes, 19 parroquias atendidas por 21 sacerdotes diocesanos y 11 regulares, y la de Santo Tomé tiene bajo su responsabilidad 29.011 kilómetros cuadrados donde hay 105.700 habitantes, 8 parroquias, 8 sacerdotes diocesanos y 3 religiosos (estos datos corresponde a la época de ser escrita la nota de Traynor Baslestra, que es Abril de 1986).

Se calcula que el 92 % de la población es católica. Esto nos indica que la mies es mucha y los operarios muy pocos. A pesar de ello, hoy después de cuatro siglos la Iglesia correntina sigue siendo foco irradiador de cultura y un poderoso auxiliar de la gestión gubernativa. Asimismo, hay que destacar, que las relaciones Iglesia-Estado consignadas en las Constituciones provinciales y en abundante legislación fueron siempre excelentes y de estrecha colaboración.

- Bibliografía usada por la autora

* Academia Nacional de la Historia. “Actas Capitulares de Corrientes. 1588-1676”.
* Alcides d’Orbigny. “Viaje a la América Meridional” (1958). Madrid.
* Ramón Gutiérrez. “Iglesias y Conventos de Corrientes. 1588-1900 (su evolución arquitectónica)” (1967). Resistencia.
* Federico Palma. Conferencia inédita sobre la Virgen del Rosario.
* fray Gabriel Possenti. “Origen de la Devoción de Nuestra Señora de las Mercedes” (1946), Corrientes.

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