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La invasión paraguaya de 1865 y los años siguientes

La noticia de la invasión paraguaya a la Ciudad de Corrientes, producida el 13 de Abril de 1865, se expandió rápidamente por el ámbito provincial. Días después, el Juez de Paz, don Pascual de Isasa, tenía organizada la primera defensa del pueblo, con la diligente colaboración del comandante Juan León Belásquez y su hermano Ceferino:

A estas horas, ocho de la mañana -escribía Isasa al Jefe Militar de la zona, coronel Simeón Payba- todas las noticias que se han podido adquirir de los paraguayos son que aún están en su territorio, de este lado del Paraná, en número de 16 a 18 mil hombres, con numerosas caballadas y continúan pasando con el mayor apuro.
La reunión en este punto se está haciendo muy difícil, por tener que llevar sus familias más adentro, antes de incorporarse; sin embargo, de que se conoce en todos muy buena disposición. Esta circunstancia me hace pedirle me auxilie con un escuadrón y si fuese posible con el del capitán Verdún, sirviéndose apurar para que vuelvan pronto los individuos de este departamento(1).

(1) Archivo del autor. Oficio del 20 de Abril de 1865. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

Inmediatamente de conocida la noticia, Isasa se puso en contacto con las autoridades de San Borja, recabando auxilio:

Pongo en su conocimiento -decía al coronel Payba- que habiéndome puesto en comunicación con el Jefe militar de San Borja y pedido algunas armas y municiones, me ha remitido 30 tercerolas con 30 paquetes de cartuchos en calidad de préstamo.
A más le he pedido un piquete de infantería y acabo de recibir en este momento su contestación diciéndome que hoy espera al coronel Fernández Maya, fuerza que estaba en Butuy ayer, para continuar el pasaje a este lado.
Espero que V. S. se dignará aprobar mi determinación en atención a la urgente necesidad para mi Gobierno en este punto. Tengo aviso del mismo señor jefe de San Borja, que las fuerzas de Canavarro están por llegar a San Borja, según chasque recibido.
Dígnese V. S. mandarme si tiene demás un tocador de corneta, que aquí no lo hay(2).

(2) Ibidem. Oficio del 23 de Abril de 1865. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

Los paraguayos acamparon en San Carlos, donde permanecieron casi dos meses. Desde allí desprendieron columnas de observación, sosteniendo frecuentes choques con las fuerzas argentinas al mando del coronel Payba, a cuyo contingente se habían incorporado los hombres de Santo Tomé.

El primero y más violento encuentro se produjo el 24 de Mayo en Caza Pava, del que salió derrotado Payba. Este triunfo impulsó la marcha de los paraguayos hacia el pueblo de Santo Tomé, donde entraron en la tarde del 9 de Junio al mando del teniente coronel Antonio Estigarribia, con la intención de pasar el río Uruguay por El Hormiguero, con rumbo a San Borja.

Para ese fin llegaron los batallones 14, 15 y 17, éste último al mando de un capitán Alvarenga, el tren de artillería y en veinte carretas las canoas destinadas al cruce del río. Una vez en el pueblo, ordenó el jefe paraguayo la reunión de todas las haciendas tomadas por las partidas que desde su salida de San Carlos había destacado a ese objeto, para establecer allí su base de operaciones.

Grandes corrales -construidos a propósito- guardaron el fruto del robo y del pillaje. Esa misma tarde la soldadesca, autorizada por su jefe, se dedicó al saqueo de la población y si poco obtuvo fue porque poco había:

En Santo Tomé -dice el general Garmendia- el invasor paraguayo encontró el desierto, todos los habitantes, con excepción de cinco extranjeros y algunas mujeres ancianas, habían huido; tal era el terror con que venía precedido el ejército de López(3).

(3) José Ignacio Garmendia. “La campaña de Corrientes y Río Grande” (1904), Buenos Aires. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

Según el testimonio del Juez de Paz, don Pascual Isasa, quedaron en el pueblo muy pocos argentinos y extranjeros y algunos desertores, quienes, aprovechando esa ausencia y “la buena inteligencia que se han granjeado con los jefes paraguayos, se lanzaron sobre los intereses de los ausentes marcando buena cantidad de terneros y potrillos, retirándolos a lugares distantes(4).

(4) Monitor Quiroga, en un opúsculo publicado en 1913, con motivo del cincuentenario de Santo Tomé. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

El día 10, a la mañana, Estigarribia pasó al río Uruguay, tomando San Borja no sin encontrar resistencia. El 12 comenzó el saqueo que duró diez días. El triunfo obtenido por las fuerzas aliadas en Yatay y la posterior rendición de Uruguayana, ocupada por Estigarribia, obligaron al mariscal López a retirar sus fuerzs de la provincia de Corrientes. Para Octubre, Santo Tomé había recuperado su libertad.

Participó el pueblo en la reacción operada a mediados de Junio de 1868 en toda la provincia contra el gobernador don Evaristo López. A fines de ese mes, el mayor Ceferino Belásquez y el capitán José Vega se pronunciaron contra el Gobierno poniéndose a las órdenes del coronel Isidoro F. Reguera, jefe de las fuerzas revolucionarias de la costa del río Uruguay.

El Juez de Paz, don Juan Bautista Vargas, ante la resolución de Belásquez, huyó del pueblo, no sin antes llevar consigo los fondos de la Receptoría que, según la prensa de la época, sobrepasaba la suma de $ 3.000. El presidente de la Legislatura -en ejercicio del Poder Ejecutivo desde el 27 de Mayo de 1868, tras el derrocamiento de Evaristo López- don Francisco Escobar, decretó, el 30 de Junio, la cesantía de Vargas.

Véase el cuadro que ofrecía el pueblo -a principios de 1869- en materia de enseñanza, según el testimonio del Juez de Paz, don Arístide Stephani:

Escuelas sólo existen en este punto y éstas están en abandono por debérseles como un año y no ser a la vez personas capaces de llenar su comisión y es necesario relevarlos. En campaña no existe ninguna y es necesario se establezcan cuatro escuelas por la gran extensión del departamento(5).

(5) Archivo General de la Provincia de Corrientes. Correspondencia Oficial. Año 1869. Legajo Nro. 133. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

Bueno es consignar aquí, que este Arístide Stephani (h), avecindado hacia el año 1861, juez de paz y hacendado, fue el introductor de la fotografía en San Tomé, arte que aprendió de su padre, iniciador a su vez de la daguerrotipia en Corrientes. Un modesto taller le permitió documentar los primeros años de vida santotomeña, tanto en lo subjetivo como en lo panorámico.

Ateniéndonos a las cifras del Censo levantado en el año 1869, la población del Departamento, sin discriminar la urbana, alcanzaba a 5.288 habitantes, de los cuales 2.921 eran argentinos, 1.939 brasileños, 259 paraguayos, 47 españoles y el resto de otras nacionalidades. Descompuestas estas cifras por sexos había:

NACIONALIDAD VARONES MUJERES TOTAL
Argentinos 1.482 1.439 2.921
Brasileños 1.059 880 1.939
Paraguayos 164 95 259
Uruguayos
40
7
47
 Españoles 24  29 
 Otras nacionalidades -  -   93
2.769  2.426  5.288 

En el censo practicado diez años más tarde, es dable obtener cifras separadas del pueblo y la campiña. En 1879, la población del Departamento era de 6.432 habitantes y la del pueblo 1.159, de cuya cifra 655 eran varones y 593 mujeres. Entonces, la población discriminada por nacionalidad y sexos alcanzaba las siguientes cifras:

NACIONALIDAD VARONES MUJERES TOTAL
Argentinos 1.918 1.977 3.285
Brasileños 848 692 1 .540
Paraguayos 372 415 787
 Uruguayos 57
21  78
Españoles 28 4 32
Franceses 19 2 21
Italianos 43  1
44
Otras nacionalidades
22
3
25
3.307 3.115 6.422

Tuvo el pueblo servicio de correos desde el año 1854, cuando aún estaba en San Juan de El Hormiguero. La correspondencia de las destruidas reducciones y la de Santo Tomé y La Cruz, era depositada en Paso de los Libres, para ser llevada a San Roque, recogiendo en su tránsito las de Curuzú Cuatiá y Mercedes. De San Roque, pueblo donde convergían todas las líneas, era conducida a Corrientes.

A principies de 1864, don Manuel Borges de Rocha, autorizado por el Gobierno Nacional, estableció un correo semanal entre Santo Tomé y Santa María. Siete años después -mediaba el año 1871- el gobernador Santiago Baibiene estableció un correo postal entre Santo Tomé y la Trinchera de San José (hoy Posadas), con postas en Santa María, Santa Tecla, Garapé, Itaembé, Ojos de Agua, San Carlos y Aguapey. Don José María Navarro era entonces el encargado de la posta de Santo Tomé.

Corría el año 1875 cuando la empresa “Odena y González” estableció un correo entre Santo Tomé y la Trinchera de San José, con combinación fluvial en los puertos del Alto Paraná hasta la Ciudad de Corrientes.

La navegación del río Uruguay por embarcaciones a vapor comenzó en el año 1858, siendo el “Uruguay” el primer buque de esa naturaleza que surcó sus aguas. Por ley nacional del 29 de Julio de 1864 se autorizó al Gobierno a suscribir un contrato con la “Sociedad Concordia” para el establecimiento de una línea de vapores desde Federación hasta Santa María. Comenzaron entonces a navegar los vapores “Estela”, “Federación” y “Neptuno”, haciendo escalas en Monte Caseros, Paso de los Libres, Uruguayana, Yapeyú, La Cruz, Alvear, Itaquí, Santo Tomé, San Borja, Garruchos y Santa María.

Después navegarían los vapores “Lincoln”, “Flor de un Día”, “Cuñataí”, “Addío Uruguay”, “Urutaú”, “Joven Leopoldina”, “Pobre Juan”, “Pesiguero”, “Ancora Moderna”, “Mensajero”, “Libertador de Caseros” y el “Iberá”, el más lujoso y confortable de todos, llegado en 1887 al mando del capitán inglés Jaime Carroll, muerto en el naufragio de su barco sucedido tres años después cerca de Monte Caseros.

En ese año de 1887, don Feliciano Garay tenía a su cargo la atención de los medios de comunicación fluviales y terrestres desde Monte Caseros hasta Garruchos.

Médicos destacados tuvo el pueblo desde el año 1856. Contó entonces en su seno y durante largos años al doctor Antero del Rivero, egresado en Buenos Aires. En 1870 llegó de Mercedes, el doctor Guillermo Andrade, porteño, presidente municipal y juez de paz a ratos y, luego, los doctores Emilio Z. de Arena, Francisco Watte, Juan José Martínez Sáenz -español- y Patricio Bertrán, brasileño, de larga actuación, cuyo nombre está recordado en la nomenclatura urbana.

En las décadas finales del siglo XIX, don Pedro Fernández, español, y don Vicente Carpinelli, italiano, muy dado en tener conflictos con el vecindario, instalaron las primeras farmacias del pueblo. Hacia el año 1900, tenía farmacia don Berilo Luzuriaga. Después se instaló la farmacia “Centeno”.

La Constitución Provincial -dictada en el año 1864- dispuso que el Departamento de Santo Tomé esté representado por un diputado. Quedaba así reconocida y admitida su capacidad para ejercitar una representación popular. El 31 de Julio de 1864, por primera vez en su historia, el pueblo concurrió a un acto comicial, eligiendo su diputado a don Manuel Toledo.

La Legislatura no aprobó la elección, postergándose por diversas circunstancias el nuevo comicio hasta Febrero de 1867, fecha en que recayó la designación en don Manuel C. Camelino, distinguido vecino de Corrientes, desde donde había llegado la imposición de elegirlo.

En 1864, el Gobierno creó una Comisión Inspectora Departamental para atender en asuntos escolares y sobre enajenación de tierras urbanas, la cual comenzó a funcionar a principios de 1869. Fue este el primer organismo de Gobierno Comunal que tuvo el pueblo.

A fin de establecer cuánto antes la Comisión que ha de encargarse de la venta de solares y chacras de los ejidos del pueblo de Santo Tomé”, por decreto del 27 de Mayo de 1868 fueron designados miembros de la misma los señores Abelardo Escalada y Pablo Vessini. Por decreto del 17 de Febrero de 1869 fueron reemplazados por los señores Pascual de Isasa y Arístide Stephani (h)(6).

(6) Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

Por decreto del 22 de Abril de ese año, dicha entidad transformóse en Comisión Departamental, bajo la presidencia de don Pascual de Isasa, integrándola don Víctor Navajas y don Aurelio López de Bertolano.

Siendo de perfecta justicia y conveniencia” el establecimiento de Municipalidades en los pueblos de Santo Tomé y San Luis del Palmar, “porque su población e importancia les habilita a participar de los conocidos beneficios de esa institución de que ya distrutan otros menos favorecidos”, el gobernador Baibiene decretó, el 17 de Marzo de 1870, la creación de una Comisión Municipal en reemplazo de la Comisión Inspectora Departamental. Efectuada la elección, quedó instalada -el 16 de Octubre- bajo la presidencia de don Juan Savall(7).

(7) Savall era natural de Cataluña (España). Avecindado en Paso de los Libres ocupó cargos concejiles y fue juez de paz. Hacia el año 1860, establecióse en Santo Tomé.
El Acta de la instalación de la Municipalidad fue publicada -en su texto íntegro y original- por J. Raúl Gutiérrez en: “La Ciudad de Santo Tomé y su autonomía municipal” (1940), Santo Tomé. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

Durante cinco años, esa Comisión tuvo a su cargo el Gobierno del pueblo hasta que, a principios del año 1876, por decreto del 22 de Enero, se retornó al viejo organismo de las Comisiones Departamentales. Fue designado presidente don Armengol Aquino y vocales don Pascual de Isasa y el doctor Guillermo Andrade quienes, por razones políticas del momento, no aceptaron los cargos, nombrándose -el 18 de Abril- a don Víctor Navajas para presidente y miembros titulares a los señores Vicente Ganduglia y Paulino Centeno. La ley del 18 de Octubre de 1878 volvió las cosas a su cauce, restableciéndose la Comisión Municipal.

Una ley del 27 de Septiembre de 1870 dispuso la creación de Receptorías de Rentas en los pueblos cabeceras de Departamento y, por un decreto del 21 de Diciembre, fue designado receptor, don Aurelio López de Bertolano.

Nueva mensura se realizó en el año 1871. El decreto del 20 de Noviembre del año anterior disponía -en su artículo primero- que en todos los extinguidos pueblos existentes en los departamentos de Santo Tomé y Candelaria, debía reservarse para sus ejidos una legua cuadrada, la cual subdividiría en chacras. Fue encomendada esta tarea al agrimensor don Aurelio López de Bertodeno, español avecindado en Santo Tomé, para cuyo cumplimiento mensuró nuevamente el pueblo, corrigiendo algunos errores advertidos en la mensura del doctor Del Rivero.

Las cincuenta manzanas que se han amojonado nuevamente, son más que suficientes para el desarrollo de la población”, decía López de Bertolano el 27 de Agosto de 1871. La mensura de éste dio formas definitivas al pueblo, siendo aprobada por el gobernador Miguel Victorio Gelabert el 20 de Octubre de 1874.

Las luchas civiles ensangrentaron a ratos la tierra santotomeña. El 9 de Marzo de 1872, en las costas del arroyo Itacuá, se libró un combate entre las fuerzas locales, al mando del mayor José Joaquín Sosa, que respondían al Gobierno constitucional del doctor Agustín Pedro Justo y los rebeldes a las órdenes del comandante Eulogio García, vencedor en el encuentro(8).

(8) Una de las víctimas de esta acción fue don Angel Niella, padre del primer Obispo de Corrientes, doctor Luis María Niella. Se dijo entonces que fue tomado prisionero estando herido y luego inmolado en el lecho. La noticia es errónea. Niella, apenas empezado el combate, recibió una herida de carácter grave en la cabeza y fue muerto en la persecución en las costas del Itacuá. Periódico “La Fusión”, (Corrientes), edición del 7 de Julio de 1872. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

En la madrugada del 31 de Octubre de 1874, milicias insurrectas adictas al mitrismo, al mando del coronel Aniceto Monzón, con muy poco esfuerzo, tomaron el pueblo. Los rebeldes alcanzaban a trescientos hombres y los gubernistas no llegaban a una centena. Los defensores de Santo Tomé, al verse ante las fuerzas de Monzón, negaron obediencia a su jefe, el comandante Juan León Belázquez, pasándose sin pelear a las filas rebeldes. Belásquez se fue a San Borja y de ahí a Itaquí, desde donde informó de su derrota.

En los cruentos días de la resistencia popular de 1878 vivió Santo Tomé la zozobra de ser atacada por las fuerzas del comandante Manuel Serapio Sánchez, jefe que no se detenía en medios cuando de ser violento y arbitrario se trataba. Comisionado por el interventor nacional, doctor Victorino de la Plaza, marchó Sánchez con fuerzas reunidas en Candelaria, más no logró posesionarse del pueblo por la resistencia que le opuso el coronel Manuel Reyna.

El paso de Sánchez y sus tropas por el departamento fue de terribles consecuencias. Castigos corporales y arreos de ganado en gran cantidad, dieren triste fisonomía a esa campaña. “Según los vecinos de Santo Tomé dice Mantilla- sólo durante la invasión paraguaya se vio depredación e inhumanidad iguales”(9).

(9) Manuel Florencio Mantilla. “La Resistencia Popular de Corrientes en 1878” (1891). Ed. San Martín, Buenos Aires. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

El 18 de Abril de 1883 fundóse el Club Social, bajo la presidencia de don Justino Grané(10) y pocos meses después -desde el 13 de Agosto- el telégrafo lo vinculó al resto del país.

(10) Pablo Argilaga. “Historia del Club Social en el transcurso de 1883 a 1905” (1958), Santo Tomé. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

En 1884 se fundó la Sociedad Italiana “La Fraternidad”(11) y, dos años más tarde, el 25 de Noviembre de 1887 quedaba fundada la Sociedad Española de Socorros Mutuos, presidida por don Francisco Artigas(12).

(11) La fundación se realizó el 1 de Junio de 1884, vinculando su nombre a los días iniciales de la entidad los señores Luis Bocaccio, Francisco Dalmaroni, Luis Fachinetti, Gervasio Cauda, Giácomo Pedemonte, Juan Carroso, Francisco Giglioni, Juan Nonini, Nicolás Geravino, Domingo Pugliese, José Viotti, Paulo Corti, Pedro Fermentti, Juan Belletti, Vicente Chiarelli, Nicolás Fassio, Pablo Pasello, Donato Sielpo, Antonio Cattalano, Francisco Girardella, Felipe Canzoniero, Domingo Fazio, Salvador Mello, Juan Bocaccio y José Belmonte.
(12) Además de Artigas, integraron la primera comisión el Padre López, como vicepresidente; don Pablo Argilaga, como tesorero; don Ricardo Varela, como secretario; y como vocales, los señores Domingo G. Sierra, Victoriano García, Pedro Fernández, Manuel Durán y Gregorio Uzquiano.
// Todo citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

La Sociedad de Beneficencia se estableció el 9 de Julio de 1888. Presidida por la señora Martina M. de García, fue la generadora del hospital inaugurado en 1902 y de una larga y silenciosa obra de carácter social.

La Unión Cívica, constituida en 1890, bajo la presidencia del comandante José Joaquín Sosa, veterano de nuestras luchas civiles, enfervorizó el civismo de los hombres y “Los Pueblos de Misiones”, primera hoja periodistica del pueblo, mantuvo ancha y alta la llama de las reivindicaciones políticas(13).

(13) En Santo Tomé, como en toda la provincia, fue la política la fuerza generadora de la gran mayoría de los órganos de prensa y a su sostenimiento concurrieron los hombres más destacados. Cupo a un viejo luchador de nuestro civismo, el coronel Angel S. Blanco, ser el iniciador del periodismo santotomeño en el año 1890, fecha que marca la culminación de una etapa de abundancia y desvarío, durante la cual un gran sector nacional buscó anhelante la cifra del porvenir cívico del país.
Desde sus años juveniles, Blanco venía sosteniendo una lucha tenaz en procura del respeto a la voluntad popular y, en 1878 y 1880, había cargado armas en defensa de sus ideas. No toda su acción habría de desenvolverse bajo cruento signo, sino también en el ámbito del pensamiento que construye y fecunda. Para ese fin, dio a publicidad -el 31 de Octubre de 1890- el semanario denominado “Los pueblos de Misiones”, cuyo título, con aliento telúrico, tenía un cierto tono reivindicatorío. Estuvo redactado por él, cuya pluma -cáustica a ratos-, sabía también de nobles inquietudes sociológicas y poéticas. Como corredactor, actuó don Feliciano Garay. Fue este periódico, censor insobornable de la situación política de la provincia y muy especialmente del departamento, poniendo su prédica en evidencia el profundo estado de descomposición política que soportaba Corrientes. En Enero de 1891 pasó a publicarse en la localidad brasileña de San Borja, explicando sus redáctores esa actitud mediante la siguiente declaración:
“Para mantener incólumes nuestros principios, cumplir los sagrados compromisos contraídos y poner ‘Los Pueblos de Misiones’ y sus caros intereses a salvo de las acechanzas arbitrarias, hemos resuelto, muy a pesar nuestro, emigrar al extranjero y trasladar la dirección y redacción a San Borja (Brasil), desde donde continuaremos llenando nuestro difícil cometido hasta que suene la hora de la justicia y la calma nos permita tornar a nuestra patria”.
En formato de 0,40 x 0,34 centímetros, a cuatro columnas, se publicó hasta mediados de Marzo de 1892.
Inmediatamente, en 1890 le sucedió “El Misionero”. Fue oficialista y estuvo subvencionado por el Gobierno de la provincia, ejercido entonces por don Antonio I. Ruiz. Fue su director don Juan B. Montaña y se publicó en formato de 0,37 x 0,24 centímetros, a tres columnas. Mediante los beneficios recibidos del Gobierno amplió su formato a 0,46 x 0,36 centímetros, a cuatro columnas. Cesó a fines de 1892, al producirse la insurrección hecha por el partido liberal, que concluyó con el Gobierno de Ruiz.
Le sucedió “La Chispa”, en 1891 y, años más tarde “Sarmiento”, ambos semanarios. En 1899 comenzó su publicación “La Aurora” y luego “El Progreso”, dirigido por Julio A. Vila, nativo de la R. O. del Uruguay, cuya publicación cesó en Junio de 1901 para reaparecer en 1902, bajo la dirección de don Manuel Durán. En 1900 comenzó a circular “El Orden”.
“La Opinión” comenzó su vida el 6 de Enero de 1903, dirigido por Arturo Sa, alcanzando largos años de publicación. En sus columnas quedó reflejado el acontecer del pueblo durante el lapso de su presencia en el quehacer periodístico santotomeño.
Ese mismo año apareció “El Eco del Uruguay”, dirigido por don don Juan B. Montaña y, al siguiente, “La Juventud”. Los sucesos políticos del año 1907, que culminaron con la separación del doctor Juan Esteban Martínez -después de un ruidoso juicio político- hallaron resonancia en Santo Tomé, apareciendo ,a fines de ese año, el semanario “Hierro”, de recio nombre, adicto a la fracción del partido liberal martinista.
Con “El Combate”, cuyo título nos dice del tono de su prédica, volvió a mediados de 1909 el coronel Blanco al periodismo. Fue su contendor contemporáneo “Alborada”, semanario de tendencia autonomista, escrito por su propietario, don Juan B. Montaña, hombre de buen discurrir. Este periódico, en determinada época de su publicación, mientras fue Montaña Jefe interino de Policía de la provincia, consignó esta circunstancia inmediatamente debajo del nombre de su director.
Famoso fue el duelo sostenido entre “El Combate” y “Alborada” a raíz de unos crímenes cometido en una estancia de Albuquerque, sobre el Cuay.
En 1911, don Juan V. Medina, maestro de escuela por ese entonces, publicó la revista “¡Vivamos!” y, al año siguiente, don Angel Ergasto Blanco, hijo del viejo caudillo, dio a publicidad, bajo su dirección, el semanario “El Mercantil”, muy radical y polemista.
El advenimiento del radicalismo al Gobierno de la Nación importó un movimiento ideológico de profunda raíz social. En Santo Tomé, donde tantas páginas históricas había escrito el coronel Blanco en favor de esa corriente política, un grupo de jóvenes publicó, en 1916, “El Radical”.
Combatido siempre ese partido por las fuerzas conservadoras, los autonomistas dieron a luz, el 2 de Abril de 1916, el semanario denominado “Pellegrini”. Tercero en discordia fue “Fray Azote”, cuya publicación se inició el 2 de Septiembre de ese mismo año, bajo la dirección de don Zoilo Díaz, hombre joven de espíritu amplio. Irónico y liberal en sus ideas religiosas. Este periódico duró corto tiempo.
“El Eco” apareció a principios de Junio de 1919, bajo la dirección de don Vicente Fidel López, profesor a la sazón de la Escuela Normal. Muy poco después, le sucedió “El Alba”, escrito por jóvenes estudiantes normalistas. “Liberal”, aparecido en 1922, fue en su contenido expresión de las ideas políticas del partido Liberal, entonces en el Gobierno de la provincia. Le sucedió “La Región”. Dos años después, el 19 de Septiembre de 1924, apareció “El Pueblo”, dirigido y administrado por don José Iturriaga.
Largos años duró su publicación, cuya colección gana gran valor en la estimativa histórica del pueblo. Desde el 31 de Agosto de 1926, “La Frontera” fue su contemporáneo, dirigido por don Juan de Bianchetti, profesor de la Escuela Normal. Bajo la dirección de don Francisco Suárez, comenzó en Mayo de 1933 a publicarse el semanario “Justicia” y, al año siguiente, llegó “Prédica” al periodismo santomeño, dirigido por don Hércules Scaglioni y redactado por don Estratón L. Pérez.
“Adelante” inició su vida el 27 de Agosto de 1945, alcanzando largos años bajo la dirección de don Emilio A. del Giorgio Torres. “Nueva Ruta”, irregular en su publicación, fue a ratos su contemporáneo y, “Liberación”, que dirigido por el doctor Bernardo Panario, comenzó a publicarse el 25 de Octubre de 1955.
// Todo citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

Una ley del 2 de Junio de 1890, declaró Ciudad al pueblo de Santo Tomé.

El coronel Angel S. Blanco figura singular del civismo correntino; hizo de Santo Tomé el baluarte de la rebeldía contra el fraude, la injusticia y el latrocinio. La lucha a veces se hizo cruenta. Primero fue Puente Quiebrayugo(14). Después fue Tarayry, encuentro del que Blanco iba a ser, acaso sin proponérselo, el cronista de su propia derrota(15).

(14) Federico Palma. “Puente Quiebrayugo. Adelante”, Santo Tomé, 3 de Mayo de 1952.
(15) Por la grandeza y sobriedad del relato y la belleza de las descripciones, la página escrita por Blanco para referir el encuentro de Tareiry y su retirada hacia Brasil, constituye un aporte histórico y literario de alto mérito.
// Todo citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

Sobrevinieron luego las horas angustiosas de 1891 y 1892, bajo la férula de hombres divorciados de la ley(16), que culminarían en Septiembre de 1893 en el combate de Itacuá, librado entre las fuerzas del comandante Juan Ramón Molinas y las del coronel Blanco.

(16) “Santo Tomé, Enero 1ro. de 1893. Señor Pilar Gómez. Estimado amigo: Continúe la reunión pero fuerte. Recoja caballos de las estancias sin ir a suplicar sino a levantar. Traiga del establecimiento de Francisco A. Lezcano quince reses, las que deben estar acá el día 5 ó 6. Active y venga con la gente. No deje más que los dueños y capataces. Salúdalo su amigo y SS. Juan B. Montaña”.
La primera orden -en análogo sentido- la había dado Montaña el 29 de Diciembre de 1892.
“La Nación”, (Buenos Aires), edición del 20 de Febrero de 1893. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

El 25 de Junio de 1892 abrió sus puertas la sucursal del Banco de la Nación Argentina, factor decisivo en el progreso zonal. Fue su primer gerente, don Francisco Marlet.

El ferrocarril, proyectado en 1878, subrayó desde el 3 de Febrero de 1901, ese impulso progresista, continuando en 1912 hasta Posadas.

Desde Marzo de ese año de 1901, comenzó a funcionar el Registro Civil.

En 1905, don Carlos Mouls, que era el fotógrafo del pueblo, estableció una línea telefónica urbana.

La Escuela Normal, hoy denominada “Profesor Víctor Mercante”, comenzó a funcionar el 18 de Abril de 1910. En la evocación de sus mejores días, se advierte que los nombres de sus directores, Isabelino Maciel, Hipólito Caussat y J. Raúl Gutiérrez ya son historia de fecundas secuencias.

La Biblioteca Popular, de larga y lenta gestación, se inauguró el 8 de Noviembre de 1910(17). El 25 de Marzo de 1915 se fundó la Sociedad Rural, siendo el doctor Juan José Martínez Sáenz su primer presidente(18).

(17) La biblioteca pública -creada por la Municipalidad en sesión del 12 de Mayo de 1873-, no alcanzó a funcionar.
El 25 de Agosto de 1889, “Las Cadenas”, de Corrientes, decía en una correspondencia de Santo Tomé: “El pensamiento de la fundación de una biblioteca popular ha tenido una entusiasta acogida, lo que da una idea del espíritu de progreso que anima a esta población y el estado de cultura a que ha llegado”.
(18) Vinculó su nombre a iniciativas e instituciones de progreso para el pueblo. Nacido en el pueblo español de Oleila (Almería), en el año 1853, hijo de don José Martínez y doña Isabel Sáenz, establecióse en Santo Tomé después de 1880, contrayendo matrimonio el 8 de Septiembre de 1890 con doña Salomé Navajas. Allí falleció el 26 de Julio de 1921. // Todo citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

En el tibio atardecer del 14 de Febrero de 1925, las calles del pueblo se iluminaron por primera vez con luz eléctrica, sustituyéndose así a los viejos faroles a kerosene que, desde el año 1880, habían alumbrado las noches santotomeñas(19).

(19) Fue don Oscar Pintos quien estableció la usina eléctrica. // Citado por Federico Palma. “Santo Tomé (Crónica de su Restablecimiento)” (1969), en: “Revista de la Junta de Historia de Corrientes”, Nro. 4. Ed. Imprenta del Estado, Corrientes.

La ley Nro. 906 del 19 de Diciembre de 1940 dio a la ciudad la autonomía comunal largamente anhelada. Esta trayectoria noblemente recorrida, es la ratificación que, a través de casi una centuria, los hijos y vecinos de Santo Tomé dieron a la ley del 27 de Agosto de 1863.

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Tierras rurales concedidas por el Gobierno de la provincia en el departamento de Santo Tomé desde 1843 hasta 1868. Cuadro compuesto en base a información obtenida en el Archivo General de la Provincia de Corrientes.

AÑO PROPIETARIO PARAJE AÑO PROPIETARIO PARAJE
1843 Juan Crisóstomo Vargas Tinguí Cué 1860  Gabriel Núñez Santa Rosa 
1844 Félix Ramón Alvarenga Paso de Caá Caraí  Cosme Lagraña y Claudio Sosa Santa María 
1852 León Ríos Cuay Chico  José María Vega Caza Pava 
1853  José Núñez de Siqueira  Rincón de San Alonso  Ramón Regúnaga Siete Arboles
Ivo José Franco de Godoy   Rincón de San Alonso Germán Duarte Sánchez Cué
 Manuel Rodríguez de Prado  Rincón de San Alonso Evaristo Corrales Rincón Infante
1854 Francisco Díaz Ayuhú 1861 José F. de los Santos  Ayuhú 
1855 Antonio Calisto Ibirá-ocay Orfilio R. Montaña  Rincón de Chiviray 
Eugenio Miño Santa Bárbara  Gerónimo Trama Rincón del Cerrito 
Filisberto Caldeira de Fontoura Cururupá Tomás Bayala Rincón Eleno
1856 Manuel Luiz de Souza Cuay Chico   Juan de Dios Falcón Nazareno
Mariano Pérez Tareiry 1862 Filiberto A. Ferreyra  Caza Pava 
Manuel Toledo San Alonso Buenaventura José de Quarros  San Javier 
1857 Ramón Trois Ayuhú Manuel Joaquín de Silveyra  Cuay Grande 
Hilario Cardozo Pairopá Juan de la Cruz Areco Pairopá
Gaspar Pinto de Azambuya Cidade Canelero Manuel Azambuya Cidade  Concepción 
Rufino Rodríguez dos Santos Cuay Chico Manuel Coelho de Silva  San Simón 
Manuel Rodríguez do Prado Puntas del Aguapey  Juan Estigarribia  Capilla San Isidro 
Cipriano Vallejos Mora Antonio Hilario Mberity
1858 Tristán Araujo Nobrega Santa Rosa Manuel de Isasa Rincón de Viola
José Dutra de Lemos Siete Arboles Pedro M. Noailles  Rodeo Racuá 
1859 José Domingo Cabral Cuay Chico Pedro Fausto de Silveyra  Costa Cuay Grande 
Juan R. Vega Quindí  Joaquín Rivera de Masena Rincón de Tunas 
Juan Vidal Rodríguez Espinillo Juan León Belásquez Tres Arboles
Bernabé J. Ifrán Bairocai Eladio Gómez Caá Caraí
Timoteo Miño Santa María Mártir  1863 Vicente Ganduglia Arroyo Yohazá
Julio Idoate Arroyo Ciríaco  Manuel Vidal Ingenio 
Manuel María de Salas S. María en el R. Ombú  1864  Angel Pagliera Garaví 
Antonio Ezequiel Silva San Antonio Pedro Contte   Tamberetá
Juan Rivera San Borjita  1866 Basilio Díaz  Rincón de Anyico 
Enrique Schubkegel Rincón de San Isidro Casto Vedoya  Montenegro Cué 
 1860 Laurentino Alvarenga  Itacuá (lindando c/el pueblo)     Juan Bautista Montenegro Laguna Iberá 
Andrés Pené Rolón Cué 1867 Marcelino Garay  Punta del Tareiry 
Luciano Verón Aguapey  1868 Gabriel Pereyra Albuquerque  Acuña Cué 

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