Agotamiento, crisis y desarrollo de la ganadería entre 1700 y 1780
Las existencias ganaderas de Corrientes en la primera mitad del siglo XVIII fueron muy reducidas. Si bien no hay cifras precisas que indiquen el número total de cabezas, las Actas del Cabildo y las cifras del diezmo de la cuatropea ponen de manifiesto una situación de escasez que llegó, incluso, a comprometer el abasto regular del pequeño mercado local.
En 1700 el Cabildo pidió que se prorrateara entre los vecinos el envío de reses para el “socorro de la ciudad” y en 1702 la población continuaba con falta de carne, grasa y sebo(1).
(1) Actas del 6 de Octubre de 1700 y 13 de Febrero de 1702, en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 13 (1698-1704). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Esta escasez de ganado está asimismo documentada en años posteriores a través de una intervención cada vez más frecuente de los gobernadores, que concedían permisos restringidos para recoger animales cimarrones con la evidente intención de proteger las existencias amenazadas(2).
(2) Entre 1704 y 1708 el gobernador autorizó recogidas en Corrientes que totalizaron 8.000 cabezas. En 1709 permitió otra de 6.000 animales para financiar la compra de una embarcación que sirviera para patrullar el río. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 14 (1705-1714); y Emilio A. Coni. “Historia de las Vaquerías del Río de la Plata. (1555-1750)” (1930), pp. 16-17, nota 34, Madrid. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
En 1716 la situación y las demandas de la ciudad obligaron a precisar con mayor rigor los objetivos que perseguían las autoridades gubernativas “por lo que mira a vaquerías todas las licencias dadas por este Gobierno son para recoger, abastecer y mantener de ganado vacuno a aquella ciudad y las que se dieren serán al mismo fin, sin ser practicable permitir la continuación al mismo Cabildo”.
En otro párrafo, el gobernador Baltasar García Ros indicaba al Cabildo que “en cuanto a sebo y grasa no se les ha puesto prohibición por este Govierno y tiene facultad el teniente de dar licencias para estas faenas en los tiempos que no sean prohibidas por bandos”(3).
(3) Dada la prohibición de vaquear, el Cabildo había escrito al gobernador el 19 de Febrero de 1716, aludiendo a la escasez de grasa y sebo. La respuesta fue del 28 de Marzo de 1716; ambas en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 15 (1715-1718). En Corrientes, las vaquerías ya habían sido cerradas por orden del gobernador Manuel Prado Maldonado el 14 de Julio de 1701, con Bando dado en Corrientes el 17 de Diciembre de 1701. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 13 (1698-1704). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Los remates de los diezmos de la cuatropea, por otra parte, ponen de manifiesto en este primer tercio del siglo, la escasa importancia de la ganadería correntina. Los valores obtenidos -muy bajos aún teniendo en cuenta el aumento del precio del ganado en razón de la escasez- son elocuentes y hablan por sí solos.
En ellos se pone de manifiesto, por una parte, el agotamiento de las existencias de ganado cimarrón, que ya no diezman a partir del remate de 1714; por otra, revelan el escaso número de cabezas que poseían entonces los rodeos de ganado manso(4).
(4) Los remates de diezmos en el Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 13, Armario 3, Nro. 5. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Pero esta insuficiencia de la producción en el abasto local no lograba superarse en razón de la constante demanda de ganado en pie por parte del Paraguay, cuyas ventas se venían realizando desde mucho tiempo atrás.
En repetidas ocasiones tanto el Cabildo como los gobernadores porteños aludieron a las excesivas exportaciones de ganado en esa dirección y alertaron sobre sus consecuencias en la plaza local. Ya en 1701, Prado Maldonado indicaba, con toda severidad, que se hallaba informado
“por personas de conciencia y experiencia de que en ... Corrientes ... es continuado el desorden que se ha tenido de un tiempo a esta parte en las vaquerías y sacas de ganado vacuno que los vecinos de ella hacen a la ciudad de la Asunción ... en tan exhorbitantes tropas y cantidades que de su continuación amenaza grande esterilidad de dicho ganado y a aquella ciudad su total ruina”(5).
(5) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 13 (1698-1704). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
La prosecución imprudente e irregular de estas exportaciones o “sacas” de ganado, condujo a que en corto plazo se hiciera realidad el vaticinio del gobernador. En 1710, un expediente tramitado por los Oficiales de la Real Hacienda de Asunción puso en evidencia que los arreos que cruzaban por Itatí eran considerables y con ello no tardó en producirse el agotamiento de las exhaustas tropas cimarronas y la disminución de los rodeos mansos(6).
(6) El 27 de Septiembre de 1710 se inició en Asunción una “Sumaria Información para verificar el cobro de los derechos de la Real Hacienda y alcabalas por haciendas entradas al Paraguay”. Como resultado de ese expediente, concluido el 20 de Abril de 1711 y remitido a Corrientes para que se exhortara a los deudores, se hizo notorio que algunas de las tropas aludidas, venían de Santa Fe (como las traídas por Márquez Montiel y Vicente Calvo, que llevaron 9.000 cabezas) mientras que otras (Juan de Silva, Martín Gutiérrez de Valladares y Roque de Herrera, con 21.000) provenían de distintas haciendas de Corrientes. Los arreos eran en parte propios y el resto fletado por otros propietarios. Una parte de los animales fue comprada por los pueblos de Yuty, Caazapá, Itá, Santa María y San Ignacio Guazú. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Documentos de Gobierno 8 (1702-1712). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Los precios fijados por el Cabildo en 1708 y 1722 son reveladores de la suba de los valores pecuarios en la región correntina. Es verdad que algunas medidas, tales como el Bando de 1716, contribuyeron a morigerar por un momento las excesivas exportaciones de ganado al Paraguay, pero el incentivo de los precios, siempre favorables, en este mercado influyó de modo constante para que este intercambio continuara dejando a la producción correntina en una situación de angustiosa escasez(7).
(7) Los precios fueron fijados por el Cabildo en detallados aranceles acordados el 24 de Abril de 1708 y 14 de Febrero de 1722. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 14 (1705-1714) y 16 (1719-1722). Los datos del mercado paraguayo aluden sólo a ganado vacuno -sin especificar- y reflejan este mismo aumento; en 1710 la res valía 9 reales; en 1720, 12 reales; y, en 1730, 16 reales. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Protocolos, 1710-1730, passim. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Precios en pesos y reales huecos
Producción Animal
1708
1722
Vacas gordas de rodeo
2
4
Vacas de invernada
1
Vacas de recién cogida
0,4
2
Vacas lecheras
8
12
Buey manso
6
8
Buey nuevo
5
6
Novillo
2,4
4
Caballo manso
6
6
Yegua mansa
5
5
Yegua chúcara
3
3
Yegua cimarrona
2
1,4
Mula mansa
12
16
Mula chúcara
5
10
Oveja
0,6
1
Corderos
0,3
0,4
Cerdos capados
6
6
Cerdos hembras
2
4
Gallinas y capones
0,4
0,4
Pollos
0,1
0,2
Sebo, arroba
2
Grasa, arroba
12
12
Velas de sebo (24)
1
1
Cuero de toro
1,4
3
Cuero de vaca
1
Cuero garroteado
4
4
Cuero blanco
6
6
Suela
5
5
Cuero de ciervo
2
2
Cuero de ante
6
Los arreos conducidos al Paraguay eran concentrados, después de cruzar el río Paraná, en una especie de feria, según “costumbre entablada de inmemorial tiempo en venir todos enteramente al tablado de Nandua, paraje destinado de la jurisdicción de esta provincia para los repartimientos y distribución de estas tropas a los demás lugares después de separados los derechos de reales alcabalas propios y rentas de esta ciudad y de los fletamentos que se causan en dicha ciudad (Corrientes) para esta provincia quedando la acción libre a los dueños para disponer en su combeniencia”(8).
(8) Expediente sobre distribución de los ganados llegados de Corrientes fechado en Asunción el 14 de Diciembre de 1723, en el Archivo Nacional (Asunción del Paraguay) H-109. Algunas escrituras formalizadas en Corrientes indican la entrega de los animales “en la otra banda, en el paraje que llaman Timbó, donde es costumbre hacer estas entregas”. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Protocolos, 1730. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Otra forma de actividad ganadera, que también practicaba Corrientes con los paraguayos, era el arrendamiento de sus campos para invernada. Una escritura acordada el 27 de Agosto de 1738 entre Juan Díaz González y Pedro Bautista Casajús muestra que se acostumbraba pagar un 10 % por la “guarda de los animales” y que las terneras nacidas en ese período quedaban para beneficio del arrendador del campo.
El pleito que se dio en este caso puso de relieve que la invernada en Corrientes era una actividad de muy antigua data. Pedro Bautista Casajús, que actuaba en transacciones de ganado desde mucho tiempo atrás, pone de manifiesto que los fletes de ganado al Paraguay se beneficiaban con un 14 % de la venta(9).
(9) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Protocolos 1739-1740 y el Archivo Nacional (Asunción del Paraguay) H-82, declaración de Casajús del 7 de Julio de 1707. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
A pesar de los precios oficiales el mercado local, reducido y pobre, se hallaba mal atendido y el Cabildo debió acudir a medidas excepcionales como reclamar que a las tropas fletadas desde otras ciudades -en tránsito por Corrientes- se las obligara a vender un tercio de sus arreos a los vecinos de la ciudad. Los gobernadores Bruno Mauricio de Zabala y Miguel de Salcedo y Sierralta lo autorizaron así en 1727 y 1736(10).
(10) Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 3, Armario 3, Nro. 7. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Pero, aunque la escasez de ganado era notoria en la jurisdicción correntina, sería un error atribuir la decadencia de esos años sólo a las ventas al Paraguay. Conviene recordar que entre 1718 y 1739 habían recrudecido las amenazas y depredaciones de los indios del Chaco en las estancias de los Partidos de Ambrosio, San Lorenzo y Saladas, que produjeron el despoblamiento de esas zonas por largos años.
Del mismo modo influyeron los desórdenes provocados por los charrúas y los guaraníes fugitivos de Misiones -luego de la guerra con los comuneros- que saquearon las fronteras del Sudeste(11).
(11) Ernesto J. A. Maeder. “La Formación Territorial y Económica de Corrientes entre 1588 y 1750” (1975), en Folia Histórica Nro. 1, pp. 33-75, Resistencia. La escasez aludida se manifiesta en Actas del 20 de Enero de 1735 y 6 de Agosto de 1738, en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 19 (1731-1736) y 20 (1737-1749). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Incluso, sequías persistentes contribuyeron a desmejorar los campos y el ganado(12).
(12) El Acta del 19 de Octubre de 1739 alude a dos años de sequía, al agotamiento del ganado doméstico y a la liquidación total de las cimarronadas. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 20 (1737-1749). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
La situación crítica porque atravesaba Corrientes a principios del segundo tercio del siglo XVIII tiene, a pesar de sus peculiaridades locales, una estrecha similitud con el panorama que ofrecía entonces Buenos Aires.
Según Coni, esta última ciudad pasó, entre 1700 y 1723, por una aguda escasez de ganado doméstico y así vio liquidar sus cimarronadas en 1718. El período posterior, hasta finalizar el segundo tercio del siglo, posee también marcada semejanza con Corrientes y se caracterizó por un reemplazo lento pero sostenido de las existencias vacunas así como también por medidas e intervenciones constantes para rehacer los rodeos amenazados(13).
(13) La obra de Emilio A. Coni. “Historia de las Vaquerías del Río de la Plata (1555-1750)” (1930), Madrid, constituye aún el mejor estudio de la ganadería argentina de esta época. Aunque primordialmente describe la situación bonaerense y de la Banda Oriental, su conocimiento del campo y su apoyo documental y crítico lo constituyen en una guía muy segura. Es también útil el libro de Horacio C. E. Giberti. “Historia Económica de la Ganadería Argentina” (1961), segunda edición, Buenos Aires. Ed. Hachette pero, para este período, su información es inferior a la aportada por Coni. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
En Corrientes esa recuperación fue lenta. Durante la década de 1740 se acudió a la importación de vacunos pese a que no era fácil obtenerlos dada la generalizada escasez. Por otra parte continuaron las demandas para que se vendiera a la ciudad el tercio de los arreos en tránsito por la jurisdicción(14).
(14) El 13 de Mayo de 1746, el gobernador José de Andonaegui acordó un “socorro” de 3.000 cabezas para vender a Corrientes, pero el 26 de Junio de 1744 el Cabildo bonaerense ya había negado una licencia para extraer 10.000 cabezas con destino a Corrientes. Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 3, Armario 3, Nro. 7; y Emilio A. Coni. “Historia de las Vaquerías del Río de la Plata (1555-1750)” (1930), p. 22, Madrid. La venta obligada de un tercio de los arreos en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 20 (1737-1749). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
El Padre José Cardiel, en carta de 1747, resumió la situación ganadera de Corrientes de entonces señalando que “el ganado mayor ellos lo han consumido por falta de gobierno y asi valen allí las vacas 3 pesos”(15).
(15) Guillermo Furlong. “José Cardiel y su Carta Relación (1747)” (1953), p. 117, Buenos Aires. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
El gobernador José de Andonaegui repitió, el 10 de Agosto de 1750, la prohibición absoluta de sacar ganado de Corrientes. Un interesante Informe del Cabildo, aunque muy posterior a estos hechos, alude a la recuperación que, gradualmente, sobrevino luego de estas afortunadas medidas
“con lo que el año de 53 hallándose ya algo abastecida la tierra acordó este cavildo limitar dicha prohivission a solo el ganado embraje dando livertad para que se sacase con arreglo y medida el machaje, pero abusando los mercaderes de esta disposición y del poco cuidado que se puso en su observancia executaron el mismo desorden, que obligo a este cavildo en el año de 60 a poner nuebo reparo y lo aprobó el Exmo. Señor don Pedro de Zeballos en carta escrita de San Borja a 31 de Junio del citado año”(16).
(16) Acta del 9 de Octubre de 1769, en el Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 3, Armario 3, Nro. 7. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Ciertamente, ya el 15 de Mayo de 1752 el Cabildo se había quejado de las sacas de vacunos y caballadas al Paraguay y acordó prohibirlas fijando -además- precios. El 21 de Mayo de 1753 reiteró la medida autorizando sólo la salida de los bueyes necesarios al transporte de las carretas y el 27 de Noviembre de 1758 volvió a intervenir con medidas proteccionistas actualizando precios para los caballos con destino al Paraguay y prohibiendo la salida de yeguarizos. En 1759 reiteró esta medida, extendiéndola también a las mulas(17).
(17) Los precios fijados sólo se refieren a equinos, lo cual es ya significativo; un caballo redomón valía, en 1737, 3 pesos; 5, en 1752; y 5, en 1758; una mula mansa, en 1737, valía 6 pesos; y una chúcara, 4. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 21-22 (1750-1759). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Por estos mismos años la producción ganadera, apenas recuperada y sujeta a estrecha protección, comenzó un proceso de incipiente diversificación. A los arreos de ganado en pie para el Paraguay se agregaron ahora las extracciones regulares de cueros con destino a Buenos Aires. El Procurador de la Ciudad no vaciló en señalar al Cabildo los riesgos iniciales de esta nueva dirección que empezaba a tomar la explotación ganadera “en circunstancias que se empiezan a criar estancias de que proviene el común abasto”.
Acto seguido procuró se establecieran limitaciones a fin de que “ningún tratante, ni vecino sea osado en practicar semejante faena, a excepción del que tuviera estancia propia, que pase su rodeo de 2.000 cabezas, que a este se le permite en propia conveniencia puedan hacer cuerada correspondiente al numero del multiplico que hubiese herrado (en) el año, con que por ninguna manera sea hembraje el que matare y sí solo con toros crecidos o novillos pueda sacarles de garra los cueros”(18).
(18) Acta del 12 de Agosto de 1754, en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 21-22 (1750-1759). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Los remates del diezmo de la cuatropea ponen de manifiesto que entre 1735 y 1760 los montos recaudados en tal concepto han crecido de un modo considerable. La contribución de la ganadería -el 10 % de los terneros nacidos ese año- no pasaba antes de ser el 30 % del total, mientras que ahora asciende a un 70 %.
Por otra parte el aumento de la contribución es también muy significativo. Para dar una idea de ello baste señalar que en el quinquenio 1700-1704 los diezmos suman, en ganadería, $ 438; en frutos agrícolas: $ 1.860; y en total suman $ 2.298; a su vez, en el quinquenio 1755-1759 se recaudaron, por iguales conceptos, estas cifras: $ 20.293; $ 8.512; y $ 28.805, respectivamente, lo que supone aumentos en la producción de cada rubro del 4.633 %; 468 %; y 1.309 %.
Aunque las cifras aludidas no dan datos directos y sí sólo el reflejo tributario de la producción, no cabe duda alguna de que el crecimiento ganadero de esos años es muy importante(19).
(19) Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 13, Armario 3, Nro. 5. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Los años siguientes, desde 1760 a 1780, constituyen otro período de altibajos aunque con una tendencia a la afirmación gradual del sector ganadero. Los documentos aluden al aumento de las salidas de cueros para Santa Fe y Buenos Aires y al tráfico hacia Paraguay y Misiones(20).
(20) El Acta del 29 de Julio de 1760 alude a las corambres, “que son ya en bastante número cada año” y los arreos, sobre todo de equinos y mulas para el Paraguay. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 23 (1760-1769). Pero no hay para esta década registros de guías que indiquen los montos de los animales salidos. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
En 1764, el Cabildo afirmaba que “sin embargo de averse extraído exorvitante numero de toradas con la reserva del hembraje, para el año de 64 ya se reconoció la jurisdicción bastante abastecida de ganado”(21).
(21) Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 3, Armario 3, Nro. 7. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Pero en los años subsiguientes una nueva crisis mostró que esta confianza del Cabildo era todavía prematura y que la ganadería correntina aún se mostraba frágil en ciertas coyunturas.
La rebelión comunera (1764-1766), la larga permanencia en Corrientes de las tropas de Morphy y los abusos cometidos a la sombra del desorden de esos años, desequilibraron la balanza en poco tiempo. A ello se agregó el aumento de las ventas a Misiones, después de 1768, todo lo cual precipitó a la ciudad en una nueva decadencia.
El propio Cabildo se ocupó de señalarlo, indicando que durante los 18 meses de Gobierno de comunidad se sacaron más de 40.000 cabezas. La situación llegó a ser de tal escasez que se calculaba que en la campaña sólo había media docena de hacendados con rodeos de 1.000 cabezas(22).
(22) Ya el 7 de Julio de 1765 se acordó fijar topes a la saca de ganado vacuno. La denuncia del abuso consta en Sesiones del 6 de Octubre de 1766. Nuevas restricciones: el 7 de Febrero de 1768; 13 de Febrero de 1769; y 17 de Julio de 1769, en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 23 (1760-1769). Además, el ya citado Informe del 9 de Octubre de 1769, en el Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 3, Armario 3, Nro. 7. Una idea de la crisis la brinda un Informe detallado de los embargos que se trabaron a los comuneros en 1766; según esa planilla, sobre 54 vecinos sólo dos poseían rodeos de 2.400 y 1.761 vacunos, respectivamente; otros dos poseían haciendas que pasaban de 500 cabezas; nueve, de 100 a 200; y el resto, menos de 100. Ello confirma las estimaciones del Cabildo. Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 3, Armario 3, Nro. 7. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Esta situación se prolongó por algún tiempo durante el cual el Cabildo volvió a intervenir con celo en el problema. El 13 de Febrero de 1769 pidió apoyo al gobernador para prohibir las sacas a Misiones y el 12 de Junio del mismo año estableció que ningún criador podía vender sin licencia, en cuyo documento se indicaría el comprador y el destino de los animales para evitar así la extracción de vacas. Se acordó, además, establecer un control en Caá Catí para evitar el paso subrepticio de ganado(23).
(23) Acta del 6 de Junio de 1770, en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 24 (1770-1775). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
En 1772 el Cabildo volvió a referirse a extracciones furtivas de ganado y acordó que “se procure arreglar la saca de estos ganados ... reduciéndola a un numero determinado que en manera alguna ocasione perjuicio al que se necesita para preciso abasto de la jurisdicción ... y que por ningún motivo salga ganado hembraje como esta repetidas veces acordado y evitar los extravíos”(24).
(24) Acuerdos del 26 de Febrero; 3 de Agosto de 1772; y 17 de Marzo de 1773, en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 24 (1770-1775). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
La retención de vientres que garantizaba la multiplicación de los rodeos y la vigilancia de las extracciones irregulares fueron la preocupación fundamental del Cabildo en los años siguientes.
Así, en 1777 se acordó definir una política en esta materia ante la amenaza de que declinaran nuevamente las existencias de vacunos. Según el Procurador de la Ciudad debía autorizarse la saca de la mitad o hasta la tres cuartas partes de los novillos y toros de cada año:
“Dicho numero según experiencia que tiene bien se puede computar por 20.000 toros y de estos quiere decir que se saquen 10.000 ó 15.000 porque cerrar o privar absolutamente la saca no le parece conveniente, respecto a que en dicha especie como mas apetecible al presente comercio, tendrán los vecinos el remedio de sus urgencias”(25).
(25) Acta del 4 de Marzo de 1777 en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 25 (1776-1782). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
El Procurador, en su dictamen, concluyó proponiendo licencias en una época determinada a fin de facilitar los controles, vigilar los caminos e imponer penas de decomiso a las tropas sorprendidas en violación de las normas. Se formuló un plan detallado y se le aprobó el 2 de Julio de 1777(26).
(26) Actas del 4 de Marzo; 8 de Abril; y 2 de Julio de 1777. El plan no se halla entre las Actas pero se deduce de las propuestas. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 25 (1776-1782). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Como si hubieran pocas dificultades, el Cabildo tropezó además con licencias de extracción otorgadas desde Buenos Aires, con el objeto de socorrer con ganado a los pueblos de Misiones, que obligaron al Cuerpo a extremar su atención en el problema de las existencias sin incurrir en desobediencias(27).
(27) El 6 de Septiembre de 1777 considera una licencia de 4.000 a 6.000 cabezas concedidas al Administrador General de Misiones y a José J. García de Zúñiga, su apoderado. Más adelante hay otras en Actas del 14 de Febrero y 16 de Marzo de 1778. García de Zúñiga contrató en Yapeyú una recogida de 50.000 cabezas que fue desfavorablemente informada por el Protector de Naturales Juan Gregorio Zamudio, según expediente que existe en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, 1.29.5.66. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Durante este período, en definitiva, se asiste a la consolidación trabajosa de la ganadería correntina. Una de las pruebas más evidentes de ello es el aumento progresivo de las existencias de vacunos según los Informes y datos del propio Cabildo.
Conforme a ello es posible establecer una serie de cifras aproximadas que reflejan el stock de aquellos años(28).
Años
Diezmo de la cuatropea
Estimación del terneraje
Existencias en vacunos
1738
$ 200
2.000
8.000
1760
$ 4.000
40.000
160.000
1770
$ 5.400
30.000
120.000
1777
$ 7.600
40.000
160.000
1785
$ 12.900
80.000
320.000
(28) Una manera de hacerlo es conforme a las estimaciones que se realizaron en 1738, 1760, 1770 y 1785 del “multiplico” o el terneraje nacido en esos años por el Cabildo. Según Emilio Coni, en la hacienda criolla los terneros equivalen al 20 % del total del ganado. Para este caso hemos preferido seguir la proporción que dá el Padre Cardiel, en 1747, y que calcula un 25 %. De allí surgen las estimaciones hechas. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 20 (1737-1749); 24 (1770-1775); 25 (1776-1782); y 26 (1783-1789); Bernardo López Luján. “Descripción, Historia y Geografía de la Ciudad de San Juan de Vera de las Siete Corrientes, sus Términos y Jurisdicción, que hago yo el maestre de campo don Bernardino López de Luján, Teniente de Gobernador, Justicia Mayor y Capitán a Guerra de ella, en virtud de orden y mandato del Excmo. señor, don Pedro de Cevallos, comendador de Sagra y Senet, en la Orden de Santiago, Teniente General de los Reales Ejércitos de S. M., su Gobernador y Capitán General del Río de la Plata y Ciudad de Buenos Aires, arreglado a la Instrucción que se sirvió comunicarme el Excmo. señor, fecha en esta ciudad a 12 de Febrero de 1760”. pp. 159-160; Guillermo Furlong. “José Cardiel y su Carta Relación (1747)” (1953), p. 119, Buenos Aires; y Emilio A. Coni. “Historia de las Vaquerías del Río de la Plata (1555-1750)” (1930), p. 24, Madrid. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.
Estos resultados, que ponen de manifiesto el crecimiento de las existencias vacunas, revelan a pesar de sus limitaciones la magnitud del cambio que se estaba operando en la economía correntina.
A un período de agotamiento de los ganados cimarrones y de crisis de los rodeos mansos había sucedido, merced a la intervención del Cabildo y de los gobernadores, un acrecentamiento protegido de los rodeos mansos.
La gradual tranquilización de la frontera indígena; la expansión pobladora hacia las tierras de la Cuenca del Iberá, el Paiubre y los bajos del río Corriente; el fomento y ampliación de las estancias; y la persistente avidez del mercado paraguayo -al que después se agregó el bonaerense- creaban las condiciones y los incentivos necesarios para consolidar esa expansión de la ganadería correntina.
Esta, por primera vez en el siglo, parecía afirmarse de modo definitivo como la primera fuente de recursos de la jurisdicción en ascenso.