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Algunas estancias de los pueblos de indios y del Rincón de Luna

En Corrientes -por un lado- estaban las estancias pertenecientes a particulares avecindados en la jurisdicción. De la evolución y administración de esos establecimientos es muy poco lo que se conoce ya que los datos recogidos en testamentos y cartas dotales sólo brindan una imagen estática de esos bienes.

Otro tanto pasa con las estancias que fueron patrimonio de los Conventos o Casas de los religiosos mercedarios, dominicos, franciscanos y jesuitas. Estas estancias y chacras contribuían al abastecimiento y el sostén de esas comunidades pero, en el caso de Corrientes, hay que lamentar que los documentos encontrados añadan muy poca cosa en este aspecto, salvo en el caso de la estancia del Rincón de Luna. Esta era de los jesuitas y fue secularizada después de 1767. De ella se conserva una documentación muy útil para seguir su historia entre 1768 y 1810(1).

(1) Las estancias y chacras de las Casas religiosas eran las siguientes: los jesuitas poseyeron 2 cuadras en el Riachuelito, con hornos de ladrillo y teja; la estancia del Portillo, merced real de 1717; otra, por compra en la boca del Sombrero grande; y una estanzuela en la otra banda del Riachuelo. Además, contaban con las chacras de Santa Catalina, la Viña y el Pantano. Tenían, además, varias leguas baldías en la costa del Paraná Arriba. Archivo General de Indias (Sevilla), Jesuitas, Libro 96, Tomos 1-2, Testimonios de las tierras de los jesuitas en Corrientes, 1773. Los Padres dominicos poseían dos estancias: una, en Saladas; y otra en la Isla Alta, más una chacra en Lomas, con viña, cañaverales y trapiche. Los Padres mercedarios poseyeron estancias en Caá Catí y en Empedrado. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 24 (1770-1775). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

A su vez, de las estancias que pertenecieron a los pueblos de indios de Santa Lucía, Las Garzas e Itatí se conserva documentación que permite rastrear su evolución en este período.

El control de los respectivos Cabildos o de la Real Hacienda -según los casos- obligó a documentar el ritmo de la producción, los gastos y egresos y el estado de las instalaciones. En el caso de las estancias de Santa Lucía y Las Garzas los datos son muy incompletos pero en lo referente a las estancias de Itatí la información es más regular y de mejor calidad.

La estancia del pueblo de Santa Lucía constituye una muestra inequívoca de las vicisitudes de estos establecimientos, según la capacidad de sus administradores. En este caso, fray Juan José Pereyra, que la tomó exhausta en 1771, logró enriquecerla en diez años de buena administración(2).

(2) La estancia de Santa Lucía, ubicada sobre el río Batel, fue dada en depósito a fray Pereyra y puesto en posesión de ella el 26 de Febrero de 1773. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Documentos de Gobierno 18 (1771-1773). Las cifras en el Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 3, Armario 3, Nro. 7. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

* Estancia de Santa Lucía

Años Vacunos Equinos Mulares Ovinos
1760 3.400 420 24
1771 604 820 81 150
1782 11.500 3.200 480 1.550
1784 12.000      

Las Garzas, originalmente destinada al abastecimiento de la reducción de San Fernando de abipones fue -desde 1773- la sede del pueblo transmigrado. Una mejor distribución de los animales hizo destinar el ganado vacuno a una estancia más alejada, ubicada en el Paiubre(3).

(3) La estancia de Las Garzas, fundada en 1750 con 500 vacunos, fue reclamada el 16 de Julio de 1760 por el Padre Klein al Cabildo. El 4 de Agosto 1767 se la inventarió prolijamente, en texto que publicó José Alumni en: “El Chaco (figuras y hechos de su pasado)” (1951), pp. 253-260, Resistencia. Los datos posteriores en el Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 27, Armario 2, Nro. 1 y Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 27 (1790-1799). Acta del 20 de Noviembre de 1793. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

* Estancia de Las Garzas

Años Vacunos Equinos Mulares Ovinos
1760 2.000 200 300
1767 4.916 2.772 46 2.038
1785 3.824 19 203
1792 800 6.281   280
1796 6.840 12.727 478

* Estancia del Paiubre

Años Vacunos Equinos Mulares Ovinos
1785 7.189 343 2
1792 15.000 1.403 99
1796 4.540 1.244 281

La evolución de esta estancia fue afortunada pero, desde la década de 1790, los animales se hallaban alzados y las haciendas dispersas.

Las estancias del pueblo de Itatí constituyen una de las grandes propiedades rurales de Corrientes. Su finalidad -al igual que Santa Lucía y Las Garzas- fue abastecer al pueblo y, eventualmente, disponer de excedente para venta y beneficio de éste.

La propiedad de estas tierras era antigua y se confunde con la autorización que en 1630 dio el accionero Manuel Cabral de Alpoin para que los indios de la reducción vaquearan hasta los límites de Itá Ibaté(4).

(4) Publicado en la “Revista del Archivo de la Provincia de Corrientes” (1908-1909), pp. 800 y ss., Corrientes. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

En el siglo XVIII las estancias cubrían una extensión de más de 100 kilómetros de largo por unos 10 de ancho, lonja de tierra que se hallaba enmarcada por el Paraná al norte y los Esteros del Riachuelo y del Santa Lucía al sur(5).

(5) Ello constituye una superficie de 100.000 hectáreas que, según la estimación de Giberti, podía albergar hasta 50.000 cabezas a razón de un animal cada dos hectáreas. Horacio C. E. Giberti. “Historia Económica de la Ganadería Argentina” (1961), pp. 46-47, Buenos Aires. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Sin embargo, el Cabildo de Itatí advirtió, ya en Acta del 6 de Febrero de 1805, que esa vasta extensión no era totalmente aprovechable. “No hay duda que al oirse que este Pueblo tiene de 20 á 30 leguas de terreno causará admiración grande, y no si se considera los pocos terrenos que tiene para sembrar...”.

Señalaba, además, el Cabildo que “desde este pueblo hasta la última estancia Itaibaté los terrenos que hai, los mas se reducen a cañadas malas, esteros, carcagüesales, islas de monte y malezales”(6).

(6) Archivo General de la Provincia de Corrientes, “Acuerdos del Viejo Cabildo de Itatí” (1930), c/prólogo del presbítero Esteban Bajac, p. 157, Corrientes. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Las estancias con rango de tales llegaron a ser seis en esa extensión: San Francisco, La Cruz, La Limosna de la Virgen, La Asunción, San Antonio y San Miguel de Itá Ibaté.

A ellas se añadían los puestos de San Isidro, con chacras del pueblo; Santa Isabel; y Santo Domingo. En el gráfico V a se muestra la distribución geográfica de dichas estancias(7).

(7) Archivo General de la Provincia de Corrientes, “Acuerdos del Viejo Cabildo de Itatí” (1930), c/prólogo del presbítero Esteban Bajac, pp. 156-157, Corrientes. Pero, según los Inventarios, este número no fue siempre el mismo ni tampoco se mantuvo el nombre de algunos de los lugares citados. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

En el lugar de Yahapé había una estancia de dominio particular(8).

(8) En 1805 pertenecía a Antonio Areyú. Archivo General de la Provincia de Corrientes, “Acuerdos del Viejo Cabildo de Itatí” (1930), c/prólogo del presbítero Esteban Bajac, p. 157, Corrientes. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Las poblaciones de La Cruz y San Antonio poseían oratorios. Las restantes contaban sólo con las ranchadas para capataces y peones, los clásicos 3 corrales aunque en alguna, como la de Itá Ibaté, se disponía de galpón y huerto de frutales; o, en San Antonio, de trapiche y chacra(9).

(9) En este sentido son muy útiles los detallados Inventarios del pueblo hechos en 1785, 1795 y 1817. Todos ellos en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Documentos de Gobierno 26 (1785); 33 (1795); y Expedientes Administrativos 4 (1817). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

La producción de las estancias está, en este caso, mejor documentada y revela dos etapas nítidas. La primera de ellas, bajo la Administración de los mismos frailes a cargo de la reducción, registró altibajos y una atención no siempre idónea en el aspecto pecuario(10).

(10) Raúl de Labougle. “La reducción franciscana de Itatí” (1967), pp. 27-45, en “Investigaciones y Ensayos” Nro. 3, Academia Nacional de la Historia (Buenos Aires). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

La segunda etapa corresponde a los Administradores seglares -iniciada en 1787- y refleja de modo particular el celo con que Manuel Mantilla y los Ríos administró la estancia entre 1790 y 1806. Las existencias de ganado, en ambas épocas, fueron las siguientes(11).

(11) La información sobre el stock ganadero está tomado de los Inventarios y Visitas. Para el período 1790-1806 hay una rica información en las Actas Capitulares de Itatí, inéditas, entre 1793-1798, en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Documentos de Gobierno 32 (1792) y las ya publicadas 1799-1806, en los “Acuerdos del Viejo Cabildo de Itatí” (1930), c/prólogo del presbítero Esteban Bajac, Corrientes. Además, del mismo Mantilla se conservan otros Inventarios y Libros de su administración, en el Archivo General de la Provincia de Corrientes y en el Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 27, Armario 2, Nro. 1. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

* Estancias del pueblo de Itatí

Años Vacunos Bueyes Equinos Mulares Ovinos
1753 8.000 3.800 669
1760 19.432 570 4.042 170 1.097
1772 2.067 365 3.042 289 678
1779 2.342 234 4.908 208 768
1785 9.921 286 9.923 422 905
1788 8.585 259 10.253 260 1.116
1790 18.940 206 17.126 88 1.400
1793 15.462 138 12.000 1.542
1794 17.188 245 14.416 84
1795 20.348 9.332 76 1.166
 1796 23.535
281 11.235   381 1.133 
1797  19.641  256  14.895  329  1.397
1798 25.295  361   21.548 423 
 1799  32.740  13.672  352
1800 29.756 10.512 204
1801 31.408 31 2.015 107
1802 35.712 310    
1803 35.510 264 18.000 1.260
1804 29.800
1805 29.800
1806 29.800

Si bien es cierto que las estancias servían de abasto al pueblo, el consumo de éste no excedía de 1.600 reses al año, según cálculo que se hizo en 1796. De ese modo, el aumento de la producción, unido a una administración más eficaz, se tradujo en un aumento del tráfico y en ciertas mejoras en la vida material del pueblo(12).

(12) Archivo General de la Provincia de Corrientes, “Acuerdos del Viejo Cabildo de Itatí” (1930), c/prólogo del presbítero Esteban Bajac, Corrientes. Incluso se logra por primera vez la vacunación de los indios en 1798. Las existencias de ganado, que oscilaban entre las 20.000 y unas 35.000 cabezas, desde 1796 a 1803, revelan un buen aprovechamiento de las tierras y un control eficaz de los procreos y yerras. La relación era de una cabeza cada 3 hectáreas. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Aunque localizada en Itatí, la Administración de Mantilla implica una nueva mentalidad que empieza a vislumbrarse en la vida económica de Corrientes.

La estancia del Rincón de Luna, en cambio, ofrece una historia menos favorable y singularmente compleja desde el punto de vista de su Administración. Sus orígenes estuvieron ligados al poblamiento de la frontera y se confunden con otras propiedades que los mismos jesuitas poseyeron en aquellas regiones(13).

(13) Un Acta del Cabildo, del 30 de Junio de 1753, contiene el dictamen del Procurador en las tierras del Rincón de Medina, dadas al capitán Baltasar Aguirre. En el mismo se expresa que “poblándola, los referidos indios, sucederá lo que se experimentara en las demás estancias y pueblos, que además de negar la entrada a ellos no reconocen superioridad en los ministros de justicia, sino que le parece a cada estanciero es señor temporal sobre todo español y permitiéndoles introducirse mas se experimentan graves inconvenientes causados de sus voraces jenios y descomedida soberbia a cuyo reparo devera estar siempre mi parte”. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 20-21 (1750-1759). El clima de hostilidad a los indios y, por ende a los jesuitas, ya es un hecho: el Cabildo hizo suyo el dictamen del Procurador. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Si bien el Rincón de Luna pasó a propiedad del Colegio de Corrientes en 1722, es posible que su utilización efectiva se haya producido recién después de 1740(14).

(14) El despoblamiento general de la frontera, en 1739, y algunas fechas existentes en un plano del Rincón de Luna relativas al corte de palmeras para edificar los corrales así lo hacen suponer. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Expedientes Administrativos 1 (1810). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Esta gran estancia consistía en una lonja de tierra ubicada entre los Esteros del Batel y el Batelito, de unos 50 kilómetros de longitud con un ancho que oscilaba entre los 2 y los 11 kilómetros.

Ello proporcionaba una superficie de 40.000 a 45.000 hectáreas, enriquecidas con aguadas permanentes, montes de palmeras, aislamiento considerable y facilidad para entablar los rodeos de vacunos y equinos. El gráfico V muestra su ubicación geográfica y su rendimiento.

Las poblaciones y puestos de la estancia en la época jesuítica y posterior revelan un equipamiento sobresaliente para las estancias de entonces. El “caserío” estaba formado por la capilla, con puertas de dos batientes, techada de palmas y pintada y dotada, asimismo, de todo lo necesario para el servicio del culto: 12 imágenes, sagrario y vasos, retablo con espejos, confesionario, bancos, cortinas, candeleros y campana.

Adosados a la capilla había dos aposentos y una despensa, con piso de tablas y rejas de hierro; mobiliario y un conjunto nutrido de herramientas de carpintería y labranza; vasijas, medidas, balanza, armas, tahona, pailas y calderas. Todo cercado con pared y acompañado por un huerto con frutales.

En sus proximidades se hallaban 11 ranchos y 3 corrales de palo a pique. La estancia tenía, además, otros 3 puestos: Chico, Grande y del Ombú; cada uno de ellos con sus corrales, su dotación de herramientas y sus ranchos para vivienda(15).

(15) Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 36, Armario 3, Nro. 2. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Como consecuencia de la expulsión de los jesuitas la estancia fue inventariada y colocada bajo la Administración de Baltasar de Aguirre, en carácter de depositario. A su fallecimiento, la atención de aquélla quedó en manos de su hijo José. Entre ambos cubrieron el período 1767-1783(16).

(16) Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 22, Armario 6, Nro. 5; Sala IX, Cuerpo 22, Armario 6, Nro. 6; y Sala IX, Cuerpo 22, Armario 6, Nro. 7. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Durante esa época los bienes jesuíticos administrados por la Junta Municipal de Temporalidades fueron vendidos en remate, con exclusión de la estancia del Rincón de Luna. Para esta propiedad se propuso que fuera puesta en Administración por el Cabildo y que de sus réditos se pudiera disponer cada trienio(17).

(17) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 24 (1770-1775). Acta del 27 de Agosto de 1771. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Esta experiencia no llegó a concretarse en razón de ciertas dificultades de orden práctico. La Junta de Temporalidades propuso a cuatro personas como Administradores y dictó algunas reglas para su desempeño, pero los propuestos se excusaron de aceptar y dos de ellos hicieron una contrapropuesta solicitando el arrendamiento de la estancia por 1.150 pesos anuales. El Síndico pidió un Informe de las existencias y beneficios del Rincón de Luna y concluyó desaconsejando la oferta(18).

(18) Todas estas actuaciones se hallan en un legajo del Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 22, Armario 6, Nro. 6, que fue tramitado entre el 12 de Diciembre de 1772 y el l de Mayo de 1773. Entre otros detalles resulta interesante porque puso de manifiesto que en esa época los cuatro Administradores propuestos, estancieros y figuras importantes como Juan Cruz Silva, José de Añasco, Manuel de Orduña y Pedro Serrano, no alcanzaban -reunidos- a disponer de bienes suficientes para constituir la fianza de la Administración de la estancia. Ello indica el carácter sobresaliente de aquella propiedad y los recursos de los estancieros correntinos en esa década. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Finalmente, el l de Mayo de 1773, la Junta acordó que era necesario vender Rincón de Luna. La decisión se comunicó a la Junta Superior el 23 de Agosto de 1773. Los trámites del remate tuvieron un curso accidentado, cuyas alternativas llenan un grueso expediente.

A pedido del Cabildo, la venta se hizo por fracciones, que fueron pujadas por vecinos de Corrientes, pero el 30 de Septiembre de 1774, Juan Angel Lazcano -Administrador General de los pueblos de Misiones- reclamó por el trámite del remate en el cual no se había tenido en cuenta la mejora hecha a favor de los pueblos de Misiones. La Junta Superior consideró el asunto y el 24 de Octubre de 1774 dispuso la realización de nuevas almonedas(19).

(19) Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 22, Armario 1, Nro. 7 y Sala IX, Cuerpo 37, Armario 1, Nro. 4. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Como consecuencia de este tropiezo para los intereses vecinales, el Cabildo de Corrientes, en Sesión del 16 de Enero de 1775 expuso su oposición formal a que la estancia pasara a manos de los indios guaraníes, aduciendo mejor derecho de los vecinos y encareciendo los perjuicios que significaría la proximidad de los indios; a ello agregaba que la estancia era innecesaria para el sostenimiento de los pueblos misioneros(20).

(20) El alegato revela un considerable prejuicio hacia los guaraníes, aunque es exacto al señalar la decadencia ganadera de las estancias misioneras. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Estos argumentos fueron respondidos por el apoderado de aquéllos, Justo J. García de Zúñiga, con otras razones, pero concluyó agriando el debate al señalar la avidez de tierras mostrada por los miembros de la Junta Municipal a quienes acusó de comprar en los remates de las temporalidades por medio de testaferros. Este largo asunto llevó la cuestión a otro nivel donde se generalizaron acusaciones y testimonios encontrados(21).

(21) Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 37, Armario 1, Nro. 4 y Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 24 (1770-1775). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

La estancia quedó sin venderse pero durante esos años se conocen los Informes de su Administrador, los que dan idea de su funcionamiento y magnitud.

Años Vacunos Equinos Mulares Ovinos
1768 7.869 3.626 856 292
1770 8.112 2.184 912
1771 9.744 2.720 1.504
 1772  11.600  1.920   1.000
 1773  11.240 2.880   840
 1774 11.224  2.832 540
 1775 7.072 2.384  760
 1776 9.196 2.572   720
1777 8.752 1.826 424
1778 10.048 3.456 500
1779 10.480 2.448 336
1780 12.000 3.592 292
1781 12.000 4.048 408
1782 10.400 4.000 332
1783 8.912 6.639

Como de las existencias del Rincón de Luna se han hecho apreciaciones excesivas respecto de su opulencia, vale la pena reparar en estas cifras que sólo muestran un aprovechamiento mediocre de una estancia excepcionalmente grande y bien ubicada. Para un promedio anual de 10.000 cabezas durante 15 años, resulta una utilización de 4 hectáreas para cada cabeza. El gráfico Ve ilustra esta evolución(22).

(22) La documentación, muy detallada, se conserva en el Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 22, Armario 6, Nro. 6 y Sala IX, Cuerpo 22, Armario 6, Nro. 7. El cálculo del stock se logró multiplicando por 4 la cifra de las yerras. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Pero a la estancia del Rincón de Luna le esperaba un nuevo destino. En 1778, el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo había creado la Junta Reduccional para las misiones del Chaco; dentro de esa perspectiva, el canónigo Suárez de Cantillana y Francisco Gavino Arias establecieron, en 1780, dos reducciones en la costa del río Bermejo que se llamaron San Bernardo y Nuestra Señora de la Cangayé.

Para solventar los Gastos de ambos pueblos pidieron la aplicación, a ese fin, de la conflictiva estancia del Rincón de Luna por un lapso de 8 años con un arrendamiento del 3 % anual. La Junta Provincial de Temporalidades dictaminó sobre el asunto el 24 de Enero de 1782, y el virrey acordó su aplicación el 20 de Marzo de 1782, indicado que

“la expresada estancia, nombrada Rincón de Luna, la aplico y destino a las reducciones de indios tobas y mocovíes ya fundadas sobre el rio Bermejo y a los demás que se erigiesen sobre el mismo rio, durante subsistan...”(23).

(23) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 25 (1776-1782) y Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 22, Armario 6, Nro. 7. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Se admitía también que de esos recursos se sacarían 200 pesos para sueldo de maestros de primeras letras y latinidad en Corrientes. La Administración quedó en manos de un Juez Conservador, José Ponciano Rolón, aunque en dependencia de la Junta Reduccional. La entrega de la estancia, con prolijo Inventario, se hizo el 15 y 16 de Febrero de 1783(24).

(24) Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 36, Armario 3, Nro. 2. La existencia de animales entonces era modesta. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

A pesar de los fines dados a la estancia, el Cabildo de Corrientes discutió y apeló la medida ya que en ella veía una disminución de los sueldos de sus maestros y alejarse la posibilidad de utilizar la estancia en provecho local. Todo ello dio lugar a un largo pleito(25).

(25) El pleito está presente en las Actas Capitulares de 1782 a 1784. Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 25 (1770-1782) y 26 (1783-1789). // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Sin embargo, lo más grave del caso fue que, con el correr del tiempo, las reducciones languidecieron por falta de atención eficaz y fueron trasladadas a la costa del río Paraguay, decayendo completamente.

En el ínterin la estancia, administrada por Rolón desde 1783, decayó sensiblemente. Inspeccionada por Orden del Cabildo, en 1791, se comprobó que no había en ella más que 2.000 vacunos y 10.000 equinos. En el Informe se responsabilizaba a Rolón “cuya independencia se considera haber sido causa de hallarse la Estancia con tanta quiebra”(26).

(26) Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 27 (1790-1799). La falta de control sobre José P. Rolón se agravó en el período 1788-1790 en que éste desempeñó simultáneamente la Subdelegación de Real Hacienda y la Comandancia de Armas. Este hecho está aludido en un Informe del 22 de Febrero de 1791 al Cabildo. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

La queja por falta de pago a los maestros, repetida desde 1793, indica que esa decadencia no fue corregida. En 1794 la estancia fue entregada a otro Juez Conservador, Manuel de Basabe, pero la situación no mejoró(27).

(27) Inventario del 20 de Mayo de 1794, en el Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 22, Armario 6, Nro. 7. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

Durante la Administración de Basabe, que corrió desde 1794 a 1806, las existencias continuaron bajas y pese a haber incorporado 3.000 vacunos, prestados por la estancia de Las Garzas, la Administración concluyó con unas existencias semejantes a las de 1794.

Para ese entonces ya habían desaparecido las reducciones y las escuelas pero abundaban, en cambio, las denuncias que señalaban al Administrador como defraudador, ya que usaba la estancia en provecho propio(28). Como sus explicaciones no resultaron satisfactorias fue reemplazado por Pedro Fondevila quien desempeñó ese cargo desde 1806.

(28) La información sobre este punto es nutrida y puede ser hallada en el Archivo General de la Provincia de Corrientes, Actas Capitulares 27 (1790-1799) y 28 (1800-1806). Hay también varias piezas importantes en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, I.29.9.21 y I.29.9.30. Las cuentas de la Administración Basabe en el Archivo General de la Nación, Sala IX, Cuerpo 22, Armario 6, Nro. 7. // Citado por Ernesto J. A. Maeder. “Historia Económica de Corrientes en el Período Virreinal. 1776-1810” (1981), Buenos Aires. Academia Nacional de la Historia.

A principios de 1810 se iniciaron -en Buenos Aires- gestiones particulares para adquirir la decaída estancia pero, enterado el Cabildo, recordó sus derechos y opuso tenaz resistencia. Para su fortuna esa situación se prolongó hasta la provincialización de Corrientes, en 1814, lo que le permitió disponer de ese bien de modo pleno y en función de los intereses locales.

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