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Formación Yupoí

FORMACION YUPOI

Antecedentes: Este nombre formacional fue creado por Herbst (1969) y vuelto a utilizar, todavía con criterio muy amplio, en 1971 (Herbst, 1971).

Su actual definición restringida, al igual que la Formación Toropí, data de hace pocos años (Herbst y Alvarez, 1974).

Su origen, historia y argumentos fueron brevemente reseñados más arriba.

Sinonimia:
(Nota: Igual que en el caso de Formación Toropí, resulta muy difícil establecer exactas equivalencias con los términos de Bonarelli y Longobardi (1929) y Castellanos (1965). La sinonimia con estos autores es tentativa).

“Horizonte C, argille gypseuse” (d’Orbigny, 1846); “serie gredosa” u “horizonte superior de la serie Mesopotámica (Araucano)” p.p.(Bonarelli y Longobardi; “Lujanense”, “Belgranense superior”, “época de los grandes lagos”, p.p. (Castellanos, 1965); “gredas”, “serie gredosa” o “greda araucana” (diversos autores); “Formación Yupoí, sección superior” (Herbst, 1971); Formación Yupoí (Herbst y Alvarez, 1974); Formación La Paz (Gentili y Rimoldi, 1979).

Descripción litológica: Se trata en general de areniscas bastante pelíticas hasta pelitas bastante arenosas, con proporciones variables de ambos componentes, de color gris, verdoso, castaño claro y, a veces, aún rojizo (con dominancia de los primeros).

Ocasionalmente se intercalan capas de poco espesor de areniscas ocráceas y blanquecinas, que constituyen redepósitos directos de materiales de la Formación Ituzaingó.

Ocasionalmente también aparecen capas de materiales exclusivamente arcillosos), en general de color oscuro.

No hay estratificación visible, y uno de sus rasgos más característicos es su respuesta a los fenómenos erosivos, formando los llamados “tubos de órgano” en barrancas bastante verticales.

En diversos sitios suele contener cantidades variables de nódulos de carbonato de calcio, aunque este material no forma el cemento. La proporción total de estos nódulos no suele superar el 1 %.

Ocasionalmente también se ha detectado la presencia de yeso, ora como pequeños nódulos, ora diseminado en el sedimento. Su proporción cuantitativa también es muy baja.

La mineralogía de la Formación es semejante a la de la Formación Toropí. Consta de más de 90 % de granos de cuarzo, subanguloso a subredondeado, asociado con feldespatos potásicos (ortoclasa y microclino) y pequeña proporción de plagioclasas ácidas.

La presencia de trizas de vidrio volcánico es muy ocasional. Los minerales pesados se hallan en muy baja proporción (en general menos del 3 % del total), predominando los opacos (que en sí pueden constituir el 80 %), siguiéndole en orden de frecuencia la turmalina, zircón, cianita, estaurolita, rutilo, epidoto y granate.

En cuanto a arcillas, en esta unidad están presentes los tres grandes grupos: montmorillonitas, illitas y caolinitas.

En forma general es posible afirmar que en la región occidental de la Provincia, las montmorillonitas e illitas son dominantes, guardando porpcrciones semejantes o con algún predominio de las primeras, mientras la caolinitas están siempre subordinadas (con proporciones que no suelen pasar del 20 %). En algunos casos hay neto predominio de las illitas.

En la región oriental de la Provincia, en cambio, dominan absolutamente las montmorillonitas, estando muy subrepresentadas o ausentes las illitas. En los afloramientos más al Nordeste, se presentan en tenores bastante altos de caolinitas (ver Apéndice III).

Ello se debería, en estos casos, a los aportes predominantes de montmorillonita de la Formación Fray Bentos, y de la caolinita del Grupo Solari-Serra Geral.

Distribución y espesor: De las formaciones pleistocénicas, es ésta la que tiene mayor difusión areal en la Provincia (fig. 14).

Salvo la Cuenca Iberana, los rellenos actuales de ríos y arroyos, y la región del Nordeste (área de las “tierras coloradas”), toda la Provincia parece estar cubierta por esta unidad, con espesores bastante variables.

Estas sedimentitas se observan en casi todas las barrancas de los actuales cauces que cruzan la Provincia, muy en particular hay buenos afloramientos a lo largo del río Paraná, en les banquinas más o menos profundas de muchos caminos y en la parte superior de casi todas las perforaciones.

Se exceptúa su presencia, en general, sobre las “lomadas arenosas” (constituidos por Formación Ituzaingó), del Oeste de la Provincia, y en la región central (“meseta mercedeña”).

El espesor de la Formación no es grande; en las barrancas del río Paraná, donde aflora en forma total, los máximos espesores medidos son del orden de los 8-10 metros.

En el Interior de la Provincia los espesores son muy reducidos, alcanzando un máximo de unos 3 metros, en general entre 1 y 2 metros.

Relaciones: Tal como se señalara más arriba, la Formación Yupoí se asienta con
la mayor frecuencia sobre la Formación Toropí y, ocasionalmente cuando ésta falta, sobre la Formación Ituzaingó.

En las zonas del Interior de la Provincia y en diversos sitios de la parte oriental, su yaciente puede estar constituido por el Grupo So1ari-Serra Geral (sedimentitas o vulcanitas) y, algunas veces, 1a Formación Fray Bentos.

La relación con éstas es de discordancia, pero ya se mencionó que, con respecto a Toropí, no hay una neta discordancia sino meramente una interrupción en la sedimentación, manifestada por la “costra” o su equivalente capa de arcilla oscura.

Por encima de Yupoí se asienta o directamente el suelo, o bien alguna de las varias unidades del Pleistoceno más superior (incluso el Holoceno) que en este trabajo no han sido diferenciados a nivel de Formaciones.

Son aquéllas que Herbst (1971) englobó bajo la denominación general de “Formaciones Cuartarias post-Yupoí”.

Edad y correlaciones: Los vertebrados fósiles descriptos por Alvarez (1974) y Herbst y Alvarez (1974) indican, sin lugar a dudas, una edac Pleistoceno superior, más concretamente Lujanense, en la escala de edades-mamíferos utilizada en la Argentina.

La calidad y cantidad de taxa hallados, sustentan fehacientemente esta asignación y hasta el momento no hay otros argumentos que la invaliden.

La Formación Yupoí continúa hacia el Sur, en la Provincia de Entre Ríos. Presenta allí características algo diferentes, que van haciéndose más notorias cuando más al Sur. En general, los geólogos la reconocen bajo el nombre de Formación Hernandarias (Iroindo, 1980).

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