Formación Serra Geral
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FORMACION SERRA GERAL
Sinonimia: Horizonte medio de la “serie Seobentina” (Bonarelli y Longobardi, 1929); “efusivas” o “eruptivas” de Serra Geral y/o Basaltos de Serra Geral (diversos autores); Formación Solari - Miembro Serra Geral (Herbst, 1971); Formación Curuzú Cuatiá (Gentilli y Rimoldi, 1976); Formación Curuzú Cuatiá - Miembro Posadas (Gentilli y Rimoldi, 1979); “basaltos o lavas de Arapey” (autores uruguayos).
Descripción litológica: En forma muy general, los basaltos son desde negros, pasando por grises de diversas tonalidades, hasta rojizos; son basaltos augíticos, de textura intersertal, subofítica, hialopilítica o, a veces, levemente porfírica.
La base puede ser vítrea, comúnmente alterada en cloritas verdosas, con microlitos y tablitas de plagiolcasa opaca y piroxenos.
La plagioclasa oscila entre andesita cálcica a labradorita ácida, estando a veces alterada en caolinita y sericita.
El piroxeno es una augita; a veces tiene cristales de olivino alterado. En el caso de los basaltos alveolares, las amígdalas pueden estar rellenadas por cloritas, calcedonia, calcita, materiales arcillosos, impregnaciones de óxidos de hierro o caolinitas.
Esta es una descripción necesariamente muy generalizada, que se aplica a la mayoría de las muestras estudiadas. Otras descripciones, muy detalladas, aunque no de muestras de la Provincia de Corrientes, pero sí de los mismos basaltos, pueden encontrarse en Teruggi (1955) y Cortelezzi y Gómez (1965), entre otros.
Distribución y espesores: Es la Formación que tiene más amplia distribución en la Provincia (fig. 9).
Los basaltos afloran en toda el área nordeste y siguen a lo largo del río Uruguay hasta Mocoretá (siguiendo luego en Entre Ríos); constituyen, a su vez, los lechos de los ríos Aguapey y Miriñay (a veces tapados por sedimentos modernos) y afloran, aunque algo discontinuamente, en toda la “meseta mercedeña”.
Su distribución en subsuelo es más amplia aún; de acuerdo con los datos de Padula y Mingramm (1968), ocupan toda la Provincia, con excepción de una pequeña porción en el noroeste, donde los basaltos contactarían con el basamento cristalino del Sur del Paraguay (fig. 9), denominado por estos autores “umbral mesopotámico central paraguayo”.
Parte de esta distribución en subsuelo tiene confirmación (perforación Concepción N° 1, del INCYTH) que encontró basaltos a -89 metros.
Los espesores de los basaltos en Corrientes son seguramente muy variables, pero en general parecen ser grandes.
Los mayores espesores obtenidos en perforaciones muestran más de 330 metros en Curuzú Cuatiá (Martínez, 1950) y del orden de 600 metros en Guaviraví (Dir. Nac. Geo1. y Minas, 1958).
No 1ejos del límite Sur de la Provincia, en Salto (Rep. Oriental del Uruguay), frente a Concordia (Entre Ríos), se conocen espesores del orden de los 1.000 metros.
Relaciones: No se conoce fehacientemente el yaciente de los basaltos en Corrientes. Tratándose de numerosas coladas (en número indeterminado, pero del orden de 12 a 15 como mínimo), algunas de ellas apoyan sobre las areniscas/cuarcitas de la Formación Solari.
Estas areniscas, al parecer, en la mayoría de los casos estarían interdigitadas con los basaltos.
En Brasil, estas rocas suelen apoyarse sobre las areniscas de la Formación Botucatú, considerada allí como pre-Serra Geral (esto es, anterior al ciclo efusivo), y en Uruguay, los basaltos de Arapey suelen apoyarse sobre la Formación Tacuarembó, correlacionada con Botucatú.
Su contacto superior, en Corrientes, lo constituyen diversas unidades: la Formación Pay Ubre (en la zona de Mercedes); ocasionalmente, la Formación Fray Bentos; frecuentemente, la Formación Ituzaingó; y, en forma generalizada, cuando el basalto aflora o está cerca de superficie, espesores variados, aunque pequeños, de diversas unidades del Cuaternario.
Edad y correlaciones del grupo: Los basaltos -y, por ende, sus areniscas intercaladas-, antiguamente consideradas como Triásicas, modernamente se adjudican al Jurásico superior hasta -eventualmente-, el Cretácico más inferior; datos radimétricos obtenidos para tres muestras de Corrientes, indican las siguientes cifras:
Muestra INGEIS(1)
Localidad
Edad
1877
Río Aguapey, cruce con ruta prov. 38
148 +/- 5 m.a.
1878
Ea. El Ombú, ruta nac.14, Gdor.Virasoro
153 +/- 5 m.a.
1879
Cantera La Dorita (CAEMSA), Yofre
148 +/- 10 m.a.
(1) Datos inéditos aún.
Estas cifras son esencialmente coincidentes con las de numerosas dataciones realizadas en Brasil y, aún en Argentina (pozo Nogoyá, Entre Ríos, vi de Linares, 19); esta concordancia demuestra que todos los basaltos toleíticos de la “cuenca de Paraná” pertenecen al mismo ciclo efusivo, que habría comenzado en el Jurásico medio-superior, y se extendió hasta el Cretácico inferior y medio (?).
No existen, entonces, problemas de correlación con los basaltos: son decididamente los mismos que en Brasil se denominan Serra Geral y, en Uruguay, “Arapey”.
Estudios detallados permitirán, más adelante, correlacionar estrechamente las coladas entre sí.
Algo más difícil resulta correlacionar, aunque no datar, las areniscas.
En la literatura existen diversos nombres para las sedimentitas intercaladas entre los basaltos (nombres bastante locales), pero también hay nombres diferentes para las areniscas pre-basálticas (el más conocido es Botucatú), como los hay para las sedimentitas post-basálticas (entre otros, Caiuá o Cayuá).
Nuestra Formación Solari parece estar intercalada, por lo menos en parte, con los basaltos y, por lo tanto, compartiría su edad. Pero también es posible que parte de las areniscas correspondan a un ciclo “prebasáltico”, como ocurre en Brasil y en Uruguay y. por lo tanto, que pueda correlacionarse con algunos de los términos de las unidades conocidas como Formación Botucatú (Brasil) y Formación Tacuarembó (Uruguay).
Las correlaciones más estrechas se podrán establecer cuando se obtenga un conocimiento más detallado de la Formación Solari.
Hasta el momento, por otra parte, esta Formación ha resultado estéril, en cuanto a fósiles, en Corrientes.