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Geomorfología de Corrientes

GEOMORFOLOGIA DE CORRIENTES

por Eliseo Popolizio(*)

La Provincia de Corrientes forma parte de una cuenca sedimentaria muy antigua, es decir, de un relieve de plataforma con cobertura sedimentaria, tranformado en una extensa llanura que se prolonga hacia el Oeste y Sur del territorio (Popolizio, 1972).

Topográficamente tiene baja amplitud de relieve (unos 200 metros entre sus cotas extremas: 220 y 20 metros, en los extremos Nordeste y Sudoeste, respectivamente), y una energía de relieve también baja a muy baja, predominando el aspecto de extensas planicies en el Oeste y suaves colinas en el Este.

Desde el punto de vista morfogenético, es necesario analizar una unidad mucho más amplia, de la que forma parte la Provincia, y que corresponde a la “cuenca sedimentaria del Paraná”, originada en el Paleozoico, la cual se vio afectada por diferentes procesos geodinámicos y morfoclimáticos a lo largo de su evolución.

En primer lugar, la tendencia a la subsidencia se invirtió a fines del Mesozoico, y gran parte de la cuenca se incorporó al ascenso epirogénico del escudo brasileño, donde estaba instalada con carácter de intracratónica.

Como resultado de lo anterior, predominan desde el Terciario los procesos erosivos (desmantelamiento y entallamiento) y fracturas y dislocaciones del basamento asociadas a la geodinámica de los macizos.

El ascenso fue tanto más acentuado cuanto más al Este y Norte, razón por la cual el Oeste de la Provincia de Corrientes continuó siendo área de acumulación durante el Terciario, en tanto que el Este era sometido a procesos de pediplanación y entallamiento, si bien algunos sectores recibieron cubierta sedimentaria (Popolizio, 1977).

En segundo lugar, desde el Terciario medio hasta el Cuaternario se habrían sucedido, con diferente duración y extensión, estados biostásicos más “húmedos” y más “secos” y fríos que los actuales, entre los cuales se desarrollaron períodos rexistásicos hacia ambas condiciones.

Ello está avalado por las modernas concepciones geomorfológicas y por numerosas publicaciones en el área sudamericana, especialmente en Brasil, que ya se han explicado en trabajos anteriores (Popolizio, 1970, 1972).

Dichas modificaciones paleoclimáticas debieron alterar significativamente los sistemas de modelado y los procesos morfogenéticos asociados, generando en los rexistásicos hacia “seco” extensas superficies de pediplanación, cuyos relictos morfométricos pueden seguirse y reconstruirse desde el Nordeste brasileño hasta el Uruguay y el Nordeste argentino, y serían los responsables de depósitos correlativos en las áreas sometidas a acumulación (sobre este tema existe una amplia bibliografía, tanto teórica como específica para la región).

Durante los períodos rexistásicos a “seco”, se habrían originado, a nivel subcontinental, tres niveles de pediplanación, Pd3, Pd2, Pd1, y dos de pedimentación: P2 y P1 (Popolizio, 1977 y 1982).

En la Provincia de Corrientes, ellos serían los responsables del aspecto de colinas escalonadas que se observa en el Este, y de los depósitos correlativos situados más al Oeste.

Durante las crisis rexistásicas hacia “seco”, el antiguo “río Paraná” originó amplísimos conoides aluviales, de los cuales el mejor ejemplo lo constituyen los sedimentos de la Formación Ituzaingó.

Las crisis hacia “húmedo” provocaron entallamiento fluvial y, finalmente, en biostasia, ambientes palustres y lacustres cuyos sedimentos formaron planicies embutidas en el sector Oeste (Popolizio, 1982).

En tercer lugar, en esta última zona, los procesos eólicos y seudokársticos han modificado la morfología, originando depresiones circulares, arracimadas o alargadas, con lagunas en su interior, que aparecen sobre extensas lomadas dispuestas en abanico.

En cuarto lugar, el río Paraná modificó varias veces su curso, describiendo un abanico con vértice algo más al Este de Ituzaingó. Sus posiciones más antiguas han quedado sepultadas, pero las últimas son perfectamente reconocibles, como puede observarse en la depresión del Iberá (Popolizio, 1981).

En quinto lugar, los lineamientos estructurales (?) también influyen en la evolución morfogenética. Además de los caribeano y brasileño (que caracterizan al escudo), hacia el Oeste, los submeridianos controlaron la evolución del amplio valle del Paraná, de la ciudad de Corrientes al Sur.

Por el Este, en cambio, aparecen modelos radioanulares con aspecto de ser controlados por estructuras dómicas (las que se observan también en Misiones), y son responsables de los modelos de redes del mismo tipo y de los grandes arcos opuestos descriptos por los ríos Aguapey y Miriñay.

Creemos importante destacar que casi la totalidad de las formas son poligenéticas por lo que, de existir el condicionamiento estructural, frecuentemente los agentes exógenos han modificado la posición de los resaltos originales, como ocurre con el borde oriental del Iberá, que es de erosión, aún cuando su origen pueda haber sido una dislocación que correría paralela y más al Oeste, bajo los sedimentos modernos (Popolizio, 1981).

Con relación a la división de la Provincia en unidades taxonómicas diferentes, podríamos resumirla de la siguiente manera, dentro de la gran unidad Llanura correntino-misionera (fig. 7).

4.1.- LOMAS (1.1) y PLANICIES EMBUTIDAS (1.2)

Las lomas (1.1) constituyen el elemento positivo del relieve, con modelo alargado y límites ondulantes, sobreelevadas unos 10 metros sobre el nivel de las planicies y cribadas de lagunas aisladas o asociadas en conjuntos muy complejos, en parte por lo menos originadas en procesos seudokársticos.

Los suelos son franco-arenosos y sobre ellos se desarrollan la agricultura (con problemas derivados de minifundio), y gran parte de los pueblos y ciudades de este sector que se localizan sobre ellas a lo largo de los antiguos caminos reales.

Se corresponden con los afloramientos de la Formación Ituzaingó y sustentan fisonomías de parques y sabanas con bosquecillos aislados, intercalados entre 1as lagunas y los pastizales y pajonales que las rodean.

Las planicies embutidas (1.2) se extienden entre las lomas, sobre sedimentos cuaternarios, con vegetación de sabanas, en su mayoría inundables, y ambientes de típicas cañadas y esteros.

Las cuencas, limitadas por las lomas, presentan en general, tres sectores, de los cuales sólo el final representa un curso fluvial o cárcava por donde escurren las aguas. Los sectores medio y superior presentan gran dificultad de avenamiento y están sometidos a inundaciones estacionales, por lo que permiten, por el momento, la ganadería y el cultivo de arroz.

4.2.- DEPRESION POLIGENETICA DEL IBERA

Presenta tres sectores, de Nordeste a sudoeste: la depresión del Iberá (2.1); la depresión del río Corriente (2.2); y la depresión del Sarandí-Barrancas (2.3).

La primera, conocida como “esteros y lagunas del Iberá”, constituye un sistema ultraestable, dominado por ambientes inundables e inundados y grandes lagunas.

Cubierto en gran parte por vegetación acuática y los típicos “embalsados”, sobre antiguos valles del río Paraná, cuyas antiguas islas sobresalen en forma de lomadas o islotes emersos, con fisonomía de parque o sabanas.

Mantiene un equilibrio mediante mecanismos hidrobiológicos de regulación y comportamiento hidráulico, que determinan los embalsados y la morfología submersa.

La segunda constituye una especie de corredor, con dos niveles de pedimentación y que han sido cortados por el proceso regresivo del río Corriente, que ingresó a él y terminó conectándose con el sector anterior.

El tercer sector es una típica depresión periférica de contacto, y recibe desde el Este importantes aportes sedimentarios de los arroyos que bajan desde la planicie oriental, formando extensos conos de deyección, muy tendidos.

La bajísima pendiente y una incipiente red de escurrimiento, dan lugar a frecuentes inundaciones al ingresar los caudales de los arroyos mencionados, que funciona como torrentes de llanura.

Dominan las áreas periódicamente inundables sobre suelos muy pesados y salinos en profundidad, por lo que el bosque o el arbustal se ven restringidos a los mencionados conos de deyección.

4.3.- PLANICIE DE EROSION ORIENTAL

Se inicia en la Provincia de Misiones y tiene continuidad en la de Entre Ríos, siendo factible distinguir, en Corrientes, tres subdivisiones, de Norte a Sur, limitadas entre sí por los ríos Aguapey y Miriñay, aproximadamente.

En los sectores Norte (3.1) y Sur (3.3) el rasgo más saliente es la existencia de superficies de erosión de antiguos pediplanos y pedimentos, que dan al paisaje el aspecto de suaves colinas escalonadas. Las redes de drenaje son dendrítico-angulares, formando cuencas convergentes y bien organizadas.

No obstante, en el sector Sur (3.3) aparecen redes radioanulares con diámetros de decenas de kilómetros, como ya se mencionó. Predominan las praderas, pero con zonas de bosques bajos abiertos y bosques de galería.

El sector central (3.2), parece corresponder a una gran estructura cupuliforme, que fue parcialmente desmantelada, originando un relieve invertido, con aspectos de anfiteatro, rodeado por los ríos Aguapey y Miriñay, destacándose una serie de cerritos en arco que se elevan abruptamente sobre la cota 70 metros hasta 179 metros como máximo, y que son conocidos como Tres Cerros.

En el interior de este sector se presenta una cobertura de sedimentos cuaternarios, que también se extienden en el oeste del sector Norte (3.1), con predominancia de malezales y áreas mal drenadas.

Nota

(*) Facultad de Ingeniería - Instituto de Geociencias - UNNE - Resistencia (Chaco).

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