El discurso de la prohibición del guaraní
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Para entender el modo en que el bilingüismo se da en Corrientes, es necesario comprender el modo en que los hablantes de guaraní se presentan y cómo organizan los usos lingüísticos del guaraní y el castellano(1).
(1) Citado en la colección “Pueblos Indígenas en la Argentina (Historias, Culturas, Lenguas y Educación”, en el fasciculo Nro. 15: “Quichua y Guaraní (Voces y Silencios Bilingües en Santiago del Estero y Corrientes)” (2016), publicado por el Ministerio de Educación de la Nación como material de la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe.
Por lo tanto, es importante poner lo dicho en su contexto y organización práctica: ¿cuándo se usa o no el guaraní?; ¿en qué ámbitos, haciendo qué cosas?; ¿en qué situaciones o con quiénes?
Tener un panorama de este tipo permite no sólo tener una “fotografía” de los usos del guaraní correntino, sino también un “cortometraje” de lo que ocurre con las personas que son guaraní hablantes y bilingües en la provincia de Corrientes.
Los modos en que se organizan los usos de las lenguas y sus significaciones responden a lo que llamamos ideologías lingüísticas (Woolard, 1998). En una investigación etnográfica realizada entre los años 2001 y 2004 (Gandulfo (2007a), plantea que el discurso de la prohibición del guaraní es una ideología lingüística central para comprender los usos y significaciones del guaraní correntino.
Dicha prohibición está centralmente dirigida a los niños y expresa un conflicto lingüístico que resulta en que el guaraní se hable tratando -a la vez- de ocultarlo o se considere en general que no se habla o se habla poco.
A veces los argumentos para no permitir a los niños hablar el guaraní tienen que ver con que “puedan aprender castellano” o “no se les trabe la lengua”, lo que lleva a cierta invisibilización del guaraní.
La prohibición del guaraní es una ideología lingüística compartida tanto por los hablantes del guaraní como por quienes no lo son. Sin embargo y, a pesar de la prohibición, el guaraní se transmite en Corrientes; muchos niños, maestros, pobladores correntinos son bilingües.
A continuación, detallamos algunos aspectos del llamado discurso de la prohibición del guaraní en Corrientes:
* “Entiendo pero no hablo” es una frase recurrentemente dicha por muchos correntinos cuando se les pregunta acerca de su competencia lingüística en guaraní.
En la investigación señalada, Gandulfo comenta que frente a las preguntas respecto de la situación lingüística de los niños en la escuela, los maestros relataban diferentes experiencias sobre la prohibición de hablar el guaraní en la escuela y cómo sus padres no les habían permitido hablar en guaraní en sus casas cuando eran pequeños.
Cuando se los consultaba preguntándoles si hablaban guaraní, respondían “entiendo pero no hablo”. Sin embargo, con el tiempo se pudo observar cómo estas mismas personas se desempeñaban en algunas situaciones comunicativas usando el guaraní.
También comenzó a escuchar los relatos de los padres y los vecinos del paraje rural que describían con detalle los castigos que se les imponían si hablaban guaraní en la escuela. A partir de la repetición de estos relatos vinculados a la prohibición, la autora construye lo que llama el discurso de la prohibición del guaraní.
Si bien adquiere diferentes matices según los actores, se encontraron algunas características comunes que le dan unidad, incluso entre vecinos del paraje rural, los maestros que viven en el pueblo y otros correntinos que viven actualmente en la Ciudad de Corrientes y que han migrado desde pueblos del Interior de la provincia donde se habla el guaraní.
Los aspectos centrales de este discurso son los siguientes:
1.- La mención de la prohibición se hace en tiempo pasado; a las situaciones actuales que podrían ser caracterizadas como de prohibición no se las nombra de ese modo;
2.- Los ámbitos centrales de la prohibición eran la casa y la escuela;
3.- La prohibición se dirigía particularmente a los niños;
4.- Los relatos mencionan los castigos que recibían si hablaban el guaraní en presencia de algún adulto;
5.- Los ámbitos de contacto y uso del guaraní siempre eran espacios intersticiales que suponían una transgresión para los niños: en el camino entre la casa y la escuela, escuchar a escondidas detrás de una puerta, con los peones en el campo o en el boliche (almacén de ramos generales y bar);
6.- La referencia al contexto de uso y prohibición del guaraní era la vida en el campo, aludiendo a que es en el ámbito rural y en general en algún lugar lejano, donde se hablaba el guaraní.
El discurso de la prohibición, si bien se relata en tiempo pasado, se ha podido observar actualizado en diferentes prácticas comunicativas y, de alguna manera, cada referencia a este discurso aloja a su vez alguna expectativa o deseo hacia el futuro.
Muchas de las explicaciones acerca de los usos de las lenguas tienen una clara intencionalidad de socialización en una dirección: aprender el castellano, y un “buen castellano”.
Los padres en algún sentido expresan la justificación de esta ideología lingüística: “el guaraní obstaculizaría el aprendizaje del castellano”.
Otra afirmación habitual que se escucha de los padres y vecinos es que el guaraní “te endurece la lengua” y, por lo tanto, dificulta el aprendizaje del castellano.
Algunas prácticas que muestran la vigencia del discurso de la prohibición del guaraní son
las siguientes: hablar guaraní sólo en contextos socialmente autorizados o adecuados; hablar guaraní sólo entre los adultos, quienes evitan dirigirse a los niños en guaraní para que no aprendan a hablarlo; no usar el guaraní aun cuando las personas son competentes en la lengua; sostener la creencia de que el guaraní se habla poco en Corrientes; insistir en la corrección de hablar “un buen castellano”, desvalorizando su variedad correntina, etc.
Finalmente, es importante mencionar que muchas personas parecen haber perdido la memoria sobre su primera infancia y el uso del guaraní a fuerza de haber sido reprimidos o reprendidos por el uso de esa lengua.
Es importante considerar estas cuestiones para poder identificar este tipo de prácticas que
censuran, inhabilitan, denigran a las personas que son hablantes de guaraní en Corrientes, privándonos a todos de la posibilidad de un desarrollo lingüístico y social de mayor riqueza.
Sin embargo, y a pesar de la prohibición, podemos mencionar diferentes situaciones de
uso efectivo del guaraní que se dan actualmente.
Las personas hablan guaraní en diferentes circunstancias como el trabajo en la chacra, los
partidos de fútbol, las fiestas patronales de los pueblos, las ferias o ventas ambulantes. Los niños, en particular, cuando juegan entre ellos, con sus amigos y primos, cuando están recorriendo el monte o van al río o a la laguna, cuando quieren conversar con sus abuelos.
Las familias lo hablan entre relatos, anécdotas y bromas, en los almuerzos del domingo, en los encuentros entre vecinos; los parientes lo usan cuando se visitan. También se usa el guaraní cuando las emociones se intensifican, cuando hay peleas o también alegrías muy grandes.
En Corrientes hay niños pequeños que hablan guaraní, a veces solamente guaraní hasta que ingresan a la escuela y, otras veces, aprenden guaraní y castellano simultáneamente.
La manera más habitual en que se usa el guaraní es alternándose con el castellano o mezclándose. En las casas, en los caminos, en los patios, en las plazas, en los pueblos, el guaraní y el castellano se hablan “entreverado”.
En la escuela hay un uso dispar. En algunas, el guaraní se usa en el aula; en otras, los maestros no quieren que se hable guaraní. Sin embargo, tanto los maestros como los niños hablan en guaraní en diferentes situaciones, sobre todo en el recreo o en las fiestas donde se hace polenta o asado mientras se escucha y baila chamamé.
Los maestros, entre ellos, para hacer alguna broma o cuando algún otro maestro no entiende lo que dicen. También lo usan cuando algún niño o padre no comprende lo que dicen en castellano y entonces se recurre a veces a la maestra con mayor antigüedad de la escuela o a aquél que sabe guaraní.
Veamos algunos ejemplos de breves intercambios en guaraní(2).
1.- Maestra de mayor antigüedad usando el guaraní con una tutora:
- Maestra: mba’eichapa reiko (¿cómo andas?)
- Tutora: porante ko (bien nomás).
- Maestra: mba’epa reja poreikovo (¿qué andás haciendo?)
- Tutora: aju aina añemongeta mba’eichapa oiko la Vanesa, ha’e ndo leesei cherogape ha
ndo japoi la tarea (vengo a preguntar cómo anda Vanesa, porque ella no quiere leer en la
casa y no hace la tarea).
2.- Un niño se cae en el recreo:
- Niño: señora hãseoina Federico (señora, está llorando Federico).
- Maestra: mba’epa opasa ndeve chememby (¿qué te está pasando mi hijo?)
- Niño: hĩ’a cheve opẽ chekanilla (parece que se me rompió la pierna).
3.- Fiesta escolar; conversan -entre risas- dos alumnos mayores:
- Alumno 1: opuraheima oina lo mita (ya están cantando los niños).
- Alumno 2: osapukai hãta katu (¡gritan fuerte!)
- Alumno 1: opurahei aiguesito (cantan medio mal).
- Alumno 2: hẽ, opurahei aiguedema (sí, cantan muy mal).
4.- Conversación inicial de una clase de Ciencias Naturales:
- Maestra: mba’epa pejapo peina pendechacrape (¿qué están haciendo en la chacra?)
- Alumno 1: ña ñañoty ñaina (estamos sembrando).
- Maestra: mba’e... (¿qué cosa?)
- Alumno 2: mandi’o (mandioca).
- Maestra: ome’e porãpa ko’ape el mandi’o [¿da bien en esta zona la mandioca?)
- Alumno 3: heta hi’a chemandi’o (mi mandioca dio mucha fruta).
- Alumno 1: che katu che jeta hai chemandi’o (yo sí que tuve mala suerte; mi mandioca salió agria),
(2) Alberto Celé hizo la revisión de los textos en guaraní.
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Una mañana, una señora que trabajaba en la escuela como portera irrumpió en el aula de
segundo grado. Entró velozmente dirigiéndose directamente a su hijo que estaba sentado en una de las mesitas del salón y lo retó, diciéndole que no hable guaraní.
La maestra observó la situación y no atinó a hacer nada. La mamá la miró y le dijo que si no, le haría pasar vergüenza cuando viajaran a la ciudad capital.
La maestra intentó continuar con la clase después de que la mamá saliera rápidamente del salón.
Los niños estaban trabajando en sus cuadernos; era usual en ese salón que intercambiaran en guaraní entre ellos; ese año la maestra había comenzado a hablar guaraní en el aula.
Posiblemente la mamá sabía que esta situación se estaba dando en la escuela a partir de aquel año y, seguramente, pasó por la puerta del salón que estaba abierta y escuchó a los nenes hablando en guaraní.
El hecho ocurrió en una escuela rural a 50 kilómetros de la capital de Corrientes, en 2003.
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- ¿Cuántos hablantes de guaraní correntino hay en la Argentina?
No hay datos certeros sobre la cantidad de hablantes de guaraní en Corrientes ni en la Argentina.
Sin embargo, algunos autores estiman que el 50 % de la población rural de Corrientes sería hablante de guaraní, estimando en un millón los hablantes distribuidos en todo el país, especialmente en la región Nordeste (Fabbre, 1998; cit. en Censabella,1999).
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- Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos
Artículo 7: todas las lenguas son la expresión de una identidad colectiva y de una manera distinta de percibir la realidad, por tanto tienen que poder gozar de las condiciones necesarias para su desarrollo.
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LEY DEL GUARANI Nro. 5598 (2004)
El Honorable Senado y la Honorable Cámara de Diputados de la provincia de Corrientes, sancionan con fuerza de Ley:
Artículo 1.- Establécese el Guaraní como idioma oficial alternativo de la provincia de Corrientes.
Artículo 2.- Incorpórase en todos los niveles del sistema educativo provincial, la enseñanza del idioma Guaraní.
Artículo 3.- Foméntese, consérvese, presérvese y difúndase la literatura en Guaraní.
Artículo 4.- Créase un Organismo Permanente de rescate y revalorización de la cultura Guaraní en el área correspondiente.
Artículo 5.- Impónese la señalización topográfica y de otra índole en ambas lenguas.
Artículo 6.- Promúevese la irradiación de audiciones a través de las cuales se enseñe y practique la lengua Guaraní.
Artículo 7.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Dada en la Sala de Sesiones de la Honorable Legislatura de la provincia de Corrientes, a los veintiocho días del mes de Septiembre del año dos mil cuatro.
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