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EL FIN DE LA PRIMERA ETAPA DEL PERONISMO

- El Gobierno Nacional

El año 1955 parecía iniciarse con total y absoluta normalidad en los sectores afines al Gobierno. Como era tradicional, en todo el país se procedió al reparto de juguetes, con motivo de la festividad de los Santos Reyes, y los representantes de la C. G. T., la Unión de Estudiantes Secundarios (U. E. S.) y el partido Justicialista eran invitados a una cena por el presidente de la nación, en cuya oportunidad se procedería al sorteo de 100 automóviles entre los secretarios de las Unidades Básicas del partido Peronista masculino.

En la oportunidad, dirigió la palabra el presidente, con un discurso de alto contenido político(1).

(1) Diario “La Nación”, (Buenos Aires), ediciones del 3 al 5 de Enero 1955. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

Los primeros días de Febrero de 1955, el presidente asistía a la inauguración del año judicial, oportunidad en la que entregó, a los magistrados de la Corte, los diplomas que acreditaban su condición de tales y, posteriormente, el presidente del Alto Tribunal inauguró -en el gran salón de honor- un busto del Primer Mandatario y una placa, también de mármol, en la que se consignaban las distintas reformas introducidas a la Constitución Nacional, en 1949.

La información periodística daba cuenta de las vacaciones disfrutadas por los afiliados a la U. E. S., tanto en el complejo turístico de Chapadmalal, como en la Ciudad de Bariloche.

Se firmaba, además, el contrato del I.A.M.E, con la firma norteamericana Kaiser Willys, para la fabricación de automóviles, siendo esta operación contemporánea de las que se estaban realizando para la radicación de la firma alemana Mercedes Benz y los convenios petroleros con la Standard Oil Company, de California; cabe señalar, que hasta 1955 se permitió la radicación de catorce empresas extranjeras, con una inversión de 12.200.000 dólares, todas en el sector industrial(2).

(2) Mario Rapoport. “Historia Económica, Política y Social de la Argentina”, p. 477, Buenos Aires. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

Las negociaciones petroleras, como el acuerdo con la California, levantaron una oleada de críticas que contribuyeron al debilitamiento del Gobierno. De hecho, constituyeron uno de los ejes alrededor de los cuales se agruparon los sectores políticos opositores, considerando que algunas de las cláusulas eran lesivas para la soberanía nacional. La nueva posición del Gobierno frente al capitalismo extranjero constituyó uno de los factores que catalizó a su oposición(3).

(3) Mario Rapoport. “Historia Económica, Política y Social de la Argentina”, p. 485, Buenos Aires. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

El general Juan Domingo Perón había sostenido, en 1947, que en materia política petrolera estaba la conservación absoluta de la soberanía argentina sobre la riqueza del subsuelo nacional; conforme con ello, se había incluido en la reforma constitucional de 1949, el artículo 40, una disposición que establecía el monopolio estatal.

Pero la gravedad del problema energético lo hizo buscar la variante de la negociación extranjera. Por ello, Perón decía a sus legisladores que había resuelto tres problemas fundamentales para la economía del país, que eran el petróleo, la electricidad y la siderurgia, anuncio de la próxima firma del contrato con la California. Y en esa oportunidad, el mismo Perón expresaba:

Sé que ahora, los que han vendido al país cuando estaban en el poder, van a decir que somos nosotros los vendidos y que ellos son los libertadores”. En realidad, se estaba concediendo una base de operaciones permanente de casi 50.000 kilómetros cuadrados, con vida económica propia, para uso exclusivo de la Compañía, y que, eventualmente, podía llegar a ser usado por las Fuerzas Armadas de los EE. UU. de Norteamérica(4).

(4) Pedro Santos Martínez. “La nueva Argentina (1946 - 1955)” (1976), tomo 2, p. 143. Ed. Astrea, Buenos Aires; y Mario Rapoport. “Historia Económica, Política y Social de la Argentina”, p. 482, Buenos Aires. // Todo citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

Cuando este contrato fue llevado al Congreso para su ratificación, provocó reacciones, considerándoselo un convenio leonino, con cláusula de empresa más favorecida, provocando, incluso, algunos reparos dentro del sector peronista, destacándose los diputados Bustos Fierro, Horacio Alonso, José Eduardo Picerno y el correntino Joaquín Díaz de Vivar.

La bancada radical, con la voz de Félix J. Liceaga, Carlos Humberto Perette y Rubén Rabanal, se opuso a la aprobación del contrato, mientras Frondizi, en una disertación radial, decía que ésto era “la marca física del vasallaje”, aunque años después reconoció que el radicalismo había cometido un error, al rechazar la política petrolera de Perón(5).

(5) Pedro Santos Martínez. “La nueva Argentina (1946 - 1955)” (1976), p. 158. Ed. Astrea, Buenos Aires. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

La Standard Oil California deseaba que fuera derogado el artículo 40 de la Constitución Nacional, porque la simple aprobación parlamentaria del contrato no eludía las terminantes prescripciones del artículo citado. Pero no podía convocarse a la constituyente sólo con ese objetivo.

Entonces, Perón aprovechó el conflicto con la Iglesia -afirman muchos historiadores-, para propiciar la reforma de la Constitución y, aunque en la convocatoria no se incluyera expresamente la reforma del artículo referido a la propiedad minera y del subsuelo, existía el precedente de la reforma de 1949, por el que la Convención, declarándose soberana, había incluido el artículo referido a la reelección presidencial.

El humor, siempre presente en la política, se manifestaba en un volante, que decía:

Ahijuna a los peronistas
qué mal les salió la cuenta,
y lo que ahora se intenta
con la nueva Convención
es suprimir de un renglón
el Artículo Cuarenta.

Se trata de enajenar
los bienes de la Nación
y con la separación
de la Iglesia y el Estado
zorramente han pretendido
cambiar la Constitución”.

Y un panfleto, que circulaba en esos días, declaraba:

Podemos afirmar ante el juicio público, que la cuestión religiosa, tan sorpresivamente promovida desde la presidencia de la República, no es sino la cortina de humo con que se quiere ocultar el verdadero objetivo de la reforma constitucional, exigida por la plutocracia yanqui (...)(6).

(6) Pedro Santos Martínez. “La nueva Argentina (1946 - 1955)” (1976), pp. 159/160. Ed. Astrea, Buenos Aires. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

A comienzos del año 1955 se advirtió una intensa actividad presidencial, especialmente en la búsqueda de acuerdos gremial-empresarios, tendientes a aumentar la productividad del país.

En tal sentido, en la reunión de gobernadores llevada a cabo con la presencia de Perón en la quinta presidencial de Olivos, el tema fue especialmente tratado, haciéndose eco de las conclusiones arribadas poco antes en un congreso extraordinario de la C. G. T., denominado “Eva Perón”, y en el que fuera designado el Jefe de Estado como “conductor y líder de los trabajadores de la patria”.

Paralelamente, inauguraba la sede de la Confederación General Económica, buscando equilibrar la influencia del capital y el trabajo.

La insatisfacción presidencial por la falta de actividad de algunas provincias originó una conferencia política en el ministerio del Interior donde, reunidos el titular de la cartera con los presidentes del Consejo Superior del partido Peronista y de la Rama Femenina, recibieron a dirigentes del movimiento y a los gobernadores de Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca y La Rioja.

Tras la reunión, se dispuso la Intervención Federal en tres provincias: Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán. El ministro del Interior expresó que la Intervención obedecía a que las autoridades respectivas no trabajaban lo suficiente para cumplir con el programa de gobierno.

En los fundamentos de los decretos de Intervención se decía que ellas obedecían a las denuncias formuladas por las organizaciones del pueblo por fallas e irregularidades de distinta índole y, considerando que las Administraciones locales se desenvolvían dentro de dichos Estados en un ambiente de pasividad e inoperancia. Seguían expresando los decretos que

esta desidia y abandono de deberes, que hacen a la esencia de la conducción gubernativa, es manifiesta en todos los órdenes de la actividad estatal y se traduce en una falta absoluta de iniciativas útiles, tendientes a resolver los múltiples problemas que los gobernantes del Estado justicialista deben afrontar incesantemente, a fin de hacer efectivos los postulados de la doctrina nacional, procurar las realizaciones requeridas, para brindar al pueblo el bienestar a que tiene derecho...”.

La información dice que se estaría estudiando la Intervención a otras tres provincias(7).

(7) Diario “La Nación”, (Buenos Aires), ediciones del 1 y 2 de Marzo de 1955. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

En el mes de Marzo de 1955 se inició el “Primer Congreso Nacional de la Productividad y el Bienestar Social”, con la presencia del presidente de la nación, quien tuvo a su cargo exponer los propósitos que habían inspirado la realización de la asamblea.

De las discusiones se advertía el propósito empresario de elevar la producción más que proporcionalmente las remuneraciones, con lo cual chocaban con normas explícitas de convenciones colectivas y la propia doctrina del sindicalismo.

En la oportunidad, el sector empresario señalaba las críticas “a las desviaciones de las prácticas laborales a nivel de fábrica”, que conspiraban contra la productividad reclamada. Finalmente, el congreso aprobó un acuerdo nacional de productividad, de poca significación, pero que permitió a Perón poner un frente opositor ante las exigencias sindicales.

Cabe señalar, sin embargo, que hacia 1954 las organizaciones obreras habían cuadruplicado su tamaño, abarcando la mayoría de los gremios localizados fuera del sector agrícola. Pero la presión para resarcirse de las pérdidas económicas se tradujo en el resurgimiento de los conflictos laborales, cuando la recuperación económica era evidente.

Sin embargo, los trabajadores no consideraron la actividad huelguística como un ataque a Perón. Se trataba de un enfrentamiento con los patrones, que no se producía entre el régimen y el movimiento obrero(8).

(8) Mario Rapoport. “Historia Económica, Política y Social de la Argentina”, pp. 441, 442 y 476, Buenos Aires. En esta etapa, Juan Domingo Perón comenzó a estimular la producción del agro, el sector más castigado en su anterior política, especialmente el desarrollo de la ganadería, que era incrementada en áreas que compensaban la reducción de los sembradíos. Además, la exportación de carnes le era indispensable para equilibrar la balanza de sus recursos. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

Cabe recordar que Perón incorporó al movimiento obrero al quehacer político del Gobierno. Los actos políticos de apoyo y alabanza del Gobierno se multiplicaron a partir de 1953”, dice Pedro Santos Ramírez. “En un año, Perón habló cuarenta veces a auditorios obreros, y pedía a la C. G. T. que fuera predicadora de la doctrina justicialista”. La Central Obrera declaraba que “Perón es nuestro guía” y “Evita nuestro ejemplo(9).

(9) Pedro Santos Martínez. “La nueva Argentina (1946 - 1955)” (1976), p. 333. Ed. Astrea, Buenos Aires. El autor mencionado era miembro de la Academia Nacional de la Historia. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

Perón se manifestó siempre como un entusiasta de los deportes, por lo cual nada extraño resultara que los deportistas realizaran un gran desfile en su honor, culminando con una comida que el Primer Mandatario les ofreció en la sede de la U. E. S..

Días después, concurría a la inauguración de las obras del monumento a su extinta esposa, Eva Perón, y daba inicio al 89no. período legislativo, informando sobre la marcha de su Gobierno en el año transcurrido. Los legisladores nacionales, por su parte, concurrían al solar donde sería emplazado el monumento, calle Gelly y Obes, entre Libertador Gral. San Martín y Figueroa Alcorta, rindiendo homenaje con motivo de cumplirse un nuevo aniversario del nacimiento de Evita(10).

(10) Diario “La Nación”, (Buenos Aires), ediciones del 30 de Abril de 1955; 1; 2; y 8 de Mayo de 1955. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

Decisiones en materia de jubilaciones generaron actos de agradecimiento tanto de los sectores agrarios como de los independientes, especialmente estos últimos, que comenzaron a percibir sus haberes(11).

(11) Diario “La Nación”, (Buenos Aires), ediciones del 9 de Marzo y 9 de Mayo de 1955. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

La situación en el país se volvía cada día más violenta, por distintas razones, pero especialmente a consecuencia del conflicto con la Iglesia Católica. Seguramente, como una manera de demostrar el apoyo de que gozaba el presidente de la nación, se fueron organizando distintos homenajes, siendo de destacar el que realizaron los estudiantes en el local del Luna Park, de la Ciudad de Buenos Aires.

Por vía oficial, se envió un despacho a los gobernadores de provincia, haciéndoles saber que el día 4 de Junio próximo, a las 20:30, los poderes populares de todo el país rendirán un homenaje al general Perón, expresándole su invariable adhesión. En el mismo mensaje, se les hacía saber cómo debían realizarse las ceremonias en cada una de las localidades.

Los homenajes fueron cumplidos en todo el país y, en la Ciudad de Buenos Aires, al término de ellos, les fue ofrecida una cena de honor en los salones del Congreso de la Nación. El banquete le fue ofrecido por el delegado del Territorio Nacional de Santa Cruz, en cuya oportunidad, el bloque peronista descubrió sendos bustos del presidente y de la señora Eva Perón.

Por su parte, el Senado cumplía, a su vez, con el rito de homenajear al Primer Magistrado(12).

(12) Diario “La Nación”, (Buenos Aires), ediciones del 28 de Mayo y 4; 5; y 9 de Junio de 1955. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea (1949 - 1955). Ed. Moglia Ediciones, Corrientes.

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