El ascenso de Juan Domingo Perón
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Los autores son contestes en afirmar que, con el triunfo de Juan Domingo Perón sobre su adversario, el general Luis César Perlinger, con su designación a la vicepresidencia de la nación y la retención de los cargos de ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión Social, comenzó su carrera política ascendente que lo habría de llevar dos años después a la presidencia del país. Pero, para lograr ese objetivo, Perón tenía que organizar un aparato político que le garantizase la victoria en una futura elección, dice Potash(1).
(1) Robert A. Potash. “El Ejército y la Política en la Argentina. 1928 - 1945 (de Yrigoyen a Perón)” (1981), p. 355. Ed. Sudamericana, Buenos Aires. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Necesitaba contar con el apoyo de la Unión Cívica Radical o de una fracción importante de ese núcleo, o bien, crear una coalición con los elementos a los que pudiese convencer -dirigentes sindicales, políticos disidentes y aún sectores de la industria y el comercio- tarea que le llevó más de un año, culminando en la grave crisis militar, social y política de Octubre de 1945(2).
(2) Se recuerda, por ejemplo, la compra hecha por Estado Nacional del ferrocarril que, partiendo de la Estación Lapachito llegaba a la Colonia Zapallar, en el Territorio Nacional del Chaco, propiedad de un viejo dirigente radical, pionero de aquellas lides, que luego lo acompañará en su primera y segunda presidencia. Diario “El Liberal”, (Corrientes), edición del 16 de Septiembre de 1944. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Félix Luna(3) considera que a esta altura del proceso, Perón era el hombre más capaz y ambicioso del elenco militar. Hasta 1943, nadie conocía a este Coronel de rutinarios antecedentes pero, a partir del mes de Noviembre, su nombre era repetido en los medios sindicales y políticos porque había sido nombrado Secretario de Trabajo y Previsión y, más tarde, ministro de Guerra y vicepresidente de la nación.
(3) Félix Luna. “La Argentina de Perón a Lanusse.1943/1973” (1993), pp. 21 y sgtes. Ed. Planeta Argentina S. A., Buenos Aires. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Su política social -agrega- detonante, espectacular, lo iba ligando a sectores crecientes de trabajadores, particularmente a los no especializados o anteriormente no agremiados. Con un realismo tan brutal como certero, Perón perseguía a los dirigentes sindicales que se negaban a acercarse a Trabajo y Previsión (socialistas y comunistas la mayor parte) y llenaba de beneficios a los que venían a su lado.
Fusionaba casi a la fuerza en la Confederación General del Trabajo a los dos organismos existentes hasta la fecha y, además de discursear profusamente, se dejaba proclamar el “primer trabajador” de la República.
Sin que muchos lo advirtieran -dice Luna- se estaba marchando aceleradamente a una profunda transformación. Por eso, quienes se situaron frente al régimen militar y a Perón, adquirieron -sin desearlo- cierta imagen de retardatarios, haciéndoselos aparecer como defensores del antiguo régimen y que, en este caso, era la época a la que se había dado en llamar “década infame”.
Sigue diciendo que en esta trinchera opositora estaban todos los partidos tradicionales sin excepción, que no agotaban el espectro, ya que también los acompañaban los estudiantes universitarios, los grandes diarios y los empresarios en general, que aducían motivos muy serios como eran “el tinte pro-nazi del régimen, su duro autoritarismo, sus ataques contra la libertad individual y de prensa, la inverecundia con que se colocaban los recursos del Estado al servicio de la futura candidatura de Perón, la demagogia de éste y su falta de un programa serio.
“En 1944 la lucha era sorda todavía; un año después -concluyendo ya la guerra mundial- estalló abiertamente la oposición antiperonista”.
Se recuerdan las declaraciones de Perón a los periodistas, señalando que comenzaba la etapa en que el pueblo debía hacer suya la insurrección y que esta aspiraba a restituir las instituciones con hombres honestos y, al hablar del futuro político del país, expresaba que no poseía ambiciones personales a la Primera Magistratura y que su deseo era retirarse a sus funciones ordinarias una vez terminada la obra de la rebelión, pero que sólo una acción decidida y categórica del pueblo podría hacerle reconsiderar esa decisión(4).
(4) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 23 de Julio de 1944. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
En igual sentido, se manifestaba a un grupo de periodistas chilenos que lo entrevistó, expresando que “si no hubiera otro remedio se sentiría dispuesto a gobernar la República” y que “sólo si el destino lo forzara, pero para ello tendrían que pedirle, pues no estaba dispuesto a dar un paso en tal sentido”.
Al referirse a una posible fórmula encabezada por Perón y acompañada de un radical, probablemente Pueyrredón, dijo ser la primera noticia que tenía al respecto. Entre otras consideraciones manifestó que no consideraba posible formar nuevos partidos políticos, ya que “aquí se nace radical y se muere radical, se nace conservador y se muere conservador” por lo que consideraba un absurdo que quisiese formar un partido para él mismo(5).
(5) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 27 de Diciembre de 1944. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Aseguraba después que, en breve, estarían listos los padrones y el Estatuto de los Partidos Políticos, para retornar al país a la vía de la normalidad institucional.
La situación internacional de la Argentina se iba haciendo cada vez más difícil en la medida en que se iba tomando conciencia de que las fuerzas aliadas volcaban en su favor la suerte de la guerra, vislumbrándose una caída estrepitosa de las naciones del Eje. La reconquista de París trajo consigo las naturales demostraciones de júbilo que sirvieron, una vez más, para encolumnar a los diversos sectores que se manifestaban opositores al Gobierno, en actos públicos que fueron severamente reprimidos por la policía(6).
(6) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 24 y 25 de Agosto de 1944. En la plaza Francia, de la Ciudad de Buenos Aires, se hicieron presentes -entre otros- Américo Ghioldi, Julio González Iramain, Juan Antonio Solari, Carlos Sánchez Viamonte y otros socialistas del diario “La Vanguardia”; el socialista, doctor Alfredo L. Palacios; los radicales, doctores Mario Guido, Raúl Oyhanarte, José Tamborini, Boatti, Araujo y otros; el doctor Carlos Saavedra Lamas; los ex presidentes de facto, generales Arturo Rawson y Pedro Pablo Ramírez, y muchas otras personalidades de la Ciudad de Buenos Aires. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
El Gobierno de los Estados Unidos comenzó a endurecer su política contra la Argentina, aduciendo la falta de compromiso del país para con sus obligaciones continentales y, especialmente, acusándola de no poner en vigor la ruptura de relaciones con el Eje, dispuesta en la gestión del presidente de facto Pedro Pablo Ramírez, concediéndose -decía- la libertad del país a los diplomáticos y funcionarios consulares alemanes, a los espías y la ayuda concreta a las empresas del Eje, mediante grandes contratos, frente a la requisa de materiales críticos a las firmas amigas de la causa democrática.
Señalaban los informes de aquel país que el espionaje alemán volvió a florecer y los diarios partidarios de su causa como “El Federal”, “El Cabildo” y “La Fronda”. gozaron del apoyo y la ayuda gubernamental para conseguir papel, realizando una enconada campaña contra las Naciones Unidas y en favor del Eje. Terminaba diciendo que el poder dominante en la Argentina estaba y seguía estando en manos de elementos partidarios del Eje, ocupando los más importantes Ministerios del Gobierno Nacional, así como los Gobiernos de provincia.
El ministro de Relaciones Exteriores rechazaba tales imputaciones, defendiendo la posición del Gobierno argentino, lo que fue motivo de diversas manifestaciones de adhesión de muchos sectores, ordenándose el retiro del embajador argentino ante la Casa Blanca, en Washington(7).
(7) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 27 de Julio de 1944. En Corrientes se llevó a cabo una manifestación en la intersección de las calles Junín y Catamarca, dirigiéndose luego a la Casa de Gobierno, reclamándose la presencia del interventor federal, quien se dirigió a los manifestantes informando de las actitudes asumidas por el P. E. Nacional y luego -reclamado por la concurrencia- lo hicieron Basilio Serrano y el presbítero, doctor David Paniagua. Diario “El Liberal”, (Corrientes), edición del 26 de Julio de 1944. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
La situación llevó al retiro del representante argentino en el Comité de Defensa Política del Continente, frente a los procedimientos -desusados diplomáticamente- por parte del Secretario de Estado estadounidense, Cordell Hull(8).
(8) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 9 y 10 de Septiembre de 1944. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
La renuncia del canciller argentino culminará este enfrentamiento aunque, al ser aceptada, se dejó traslucir que ella se debía a discrepancias acerca de la orientación que el Gobierno Nacional venía últimamente imprimiendo a la labor interna y no por disconformidad con su gestión en el orden internacional(9).
(9) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 16 de Enero de 1945. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Dos meses después, el Gobierno tuvo que tragarse lo más amargo de su carrera: la declaración de guerra a Alemania y Japón, dos países virtualmente derrotados, como dice Luna:
“Pocas veces, tal vez nunca, soportó la Argentina una humillación tan profunda y sobrellevó un sentimiento de culpa tan agudo: ¡Los tanques rusos estaban llegando a Berlín! Y lo que más molestó a la opinión pública independiente fue la ancha sonrisa que mostraba Perón en la fotografía del dramático acuerdo de gabinete que decidió la medida.
“Porque había sido Perón quien presionó para obtener la declaración de guerra; una decisión repugnante pero indispensable que, de paso, marcaba su rompimiento con los sectores nacionalistas y su paralelo acercamiento a sectores políticos más significativos” o -como dice Potash- “en definitiva, el oportunismo prevaleció sobre el orgullo nacionalista”(10).