Actividad gubernativa en la etapa nacionalista
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Luego de designar al ministro de Hacienda, Basilio Serrano(1), prestigiosa figura del nacionalismo argentino, una de las primeras medidas del interventor Uriburu fue la de organizar la Justicia, para lo cual reclamó la renuncia de los magistrados que componían el Poder Judicial de la anterior gestión, aceptando las de algunos de los miembros y confirmando a otros. De igual manera procedió con relación a algunos funcionarios de la Administración Pública(2).
(1) Diario “El Noticioso”, (Corrientes), edición del 11 de Abril de 1944. Asumió como subsecretario del área, el escribano Horacio J. Noboa Zusmárraga.
(2) Fue aceptando las renuncias de los doctores Juan J. Ortiz, Víctor G. Benítez y Pedro G. de la Fuente, integrantes del Superior Tribunal de Justicia; la del doctor Angel F. Soto Dassori, como juez del Crimen y la del doctor Francisco F. Contte, como Procurador General de la Provincia. En el Consejo de Educación se aceptó la renuncia de Augusto Millán, Héctor Rizzo y Eduardo Burgos Contte; y al director de Ganadería, doctor Humberto Costa. Diarios “El Noticioso”, (Corrientes), ediciones del 9 y 21 de Abril de 1944, y “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 9 de Abril y l de Mayo de 1944.
// Todo citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
En los primeros días de Mayo prestaron juramento los nuevos magistrados judiciales y en la oportunidad usó de la palabra el ministro de Gobierno, doctor De Pablo Pardo, sintetizando lo que significaba para el Gobierno de facto la misión de la Justicia.
Entre otros conceptos se expresaba en el sentido de que “la función de juzgar había tenido para las revoluciones sucedidas en el país una aureola de neutralidad que se había revelado injusta” que “todos los días se percibía la activa resistencia de ciertos jueces a la revolución” en “una alambicada interpretación de la ley para oponerse al tema revolucionario” que se manifestaba “en la absolución de los enemigos políticos a la revolución -autores de delitos comunes- o la prodigalidad de habeas corpus en oposición a la tarea revolucionaria”.
Por ello interpretaba que “esa situación explicaba y justificaba el derecho que la revolución tiene de apartar del Estado aquellas estructuras técnicas que constituyen en su propio seno nidos de escondidas resistencia”.
Luego de otras consideraciones de similar tenor, decía que “se imponía a la función judicial la absoluta desvinculación de la política, pero la excepción a ese principio estaba dada por la necesidad del Estado en orden a las finalidades de la revolución, en cuanto estas exijan la superación del orden jurídico vigente”.
Seguramente tales consideraciones no habrán resultado demasiado fáciles de asimilar por los nuevos y antiguos magistrados confirmados, pero lo cierto es que pocas manifestaciones de rechazo se produjeron entre ellos, salvo las del Procurador General de la provincia, doctor Francisco F. Contte y, poco después, la del presidente del más alto cuerpo judicial, el doctor José A. Contte(3).
(3) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 7 de Mayo de 1944; diario “El Noticioso”, (Corrientes), ediciones del 5, 7 y 30 de Mayo de 1944. Los nuevos magistrados fueron: los integrantes del Superior Tribunal de Justicia, doctores Guillermo Speroni y Antonio Fernández del Casal y, días después, los doctores Pedro Heguy y Osvaldo Piragine Durand. Como Procurador General fue designado el doctor Saturnino Sixto Erro, que había renunciado como Defensor de Pobres; como jueces en lo Civil y Penal, respectivamente, a los doctores Pedro A. Speroni y Rufino Varela Montes de Oca; y como fiscal de la circunscripción capital, al doctor Carlos Adolfo Cazenave (luego designado juez del Crimen) y el doctor Enrique Otero Pizarro. Como Defensor de Pobres y Ausentes, al doctor Santiago Enrique Foutel, más tarde ascendido a Agente Fiscal. Con posterioridad fue nombrado miembro del Superior Tribunal de Justicia el doctor Guillermo Justo García Montano; agentes fiscales de la capital, los doctores Carlos Raúl de Goicoechea (más adelante integró el Superior Tribunal de Justicia) e Ignacio Garzón Ferreyra; juez Civil y Comercial de Goya, el doctor Carlos C. Tressens; Defensor de Menores, Incapaces, Pobres y Ausentes, el doctor Jorge García Loza. Se confirmaba, además, a los doctores Tomás Castillo Odena en el Superior Tribunal de Justicia; al doctor Lucas R. Aballay y Rufino J. Varela Montes (que luego pasó a ser Fiscal de Estado) como jueces del Crimen; y a los doctores Juan Carlos Mendiondo y Pablo N. Belcastro, como jueces en lo Civil y Comercial de la capital. El doctor Amalio David Ruiz, como Defensor de Menores, Incapaces, Pobres y Ausentes de Goya, en reemplazo del doctor Darío Muniagurria, que renunció). Tiempo después se designó al doctor César A. Abelenda como Defensor de Pobres y Ausentes de la capital; al doctor José Manuel Lazcano, juez del Crimen; y al doctor Tomás Horacio Ferreyra, agente fiscal, ambos de la jurisdicción de Goya. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Al asumir sus funciones, el doctor Uriburu formuló declaraciones a los medios, en las que exhibía a la provincia “como ofreciendo un panorama desolador”, señalando al problema hospitalario como el más grave “por falta de locales, médicos, medicamentos y maternidades”, explicitando deficiencias en el leprosario, falta de sitio de alojamiento para dementes, la falta de caminos, aislamiento de las zonas productivas del norte, la necesidad de ayuda para el Ferrocarril Económico, el reclamo de nuevos métodos de enseñanza y recalcando la imperiosa exigencia de “enseñarles a comer a los niños que hace generaciones se alimentan con galleta, mandioca y papa y no conocen el queso, la leche y otros productos de granja”, considerando al problema de la subalimentación como uno de los más vitales, para concluir este informe en la conveniencia de una inmediata reorganización policial(4).
(4) Diario “El Liberal”, (Corrientes), edición del 12 de Abril de 1944. Las declaraciones fueron formuladas a la agencia “Andi” y el citado diario. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Una de sus primeras medidas, seguramente buscando aquiescencia de ciertos sectores políticos provinciales, consistió en el cambio de la denominación de la Avda. Costanera que llevaba el nombre del doctor Juan Ramón Vidal por el del general José de San Martín, y restituir a la Plaza “De la Cruz” su nombre tradicional, en lugar del que le había sido impuesto en homenaje al doctor José Ramón Vidal y a los héroes civiles de la lucha contra la fiebre amarilla en la provincia. Igual actitud asumió con calles y plazas del Interior provincial(5) y pidió inmediata rendición de cuentas de los fondos anticipados para la construcción de un monumento al viejo patriarca autonomista.
(5) Ver interesante polémica entre los diarios “El Noticioso” -de tendencia liberal- y “El Liberal”, de propiedad de los familiares del doctor Ramón Vidal y tendencia autonomista, referida a la personalidad del viejo caudillo. Diario “El Liberal”, (Corrientes), ediciones del 26 y 28 de Abril y 3 y 6 de Mayo de 1944; y diario “El Noticioso”, (Corrientes), ediciones del 25 de Abril; y 3 de Mayo de 1944. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
En los primeros meses de su Gobierno realizó una serie de viajes al Interior provincial, siendo las primeras ciudades visitadas las de Goya, Santa Lucía y Saladas, San Lorenzo y Mburucuyá, adoptando en cada caso medidas tendientes a ir dando solución a problemas que le eran presentados.
En forma coincidente con el inicio de la actividad gubernativa del interventor y su lapidario informe sobre la situación correntina, apareció en el diario porteño “La Prensa” un comentario editorial referido a la educación, a propósito del resultado del último censo escolar nacional, según el cual la provincia tenía 19.630 niños de 6 a 13 años, sobre un total de 94.233, que nunca concurrieron a la escuela primaria; y 1 1.633 jóvenes de 14 a 21 años, sobre un conjunto de 60.394, que no saben leer y escribir; y, además, 36.995 padres y madres, de un total de 117.882, que son analfabetos.
Consideraba el matutino que esto era el resultado de 150 años de acción escolar poco acertada, de lo que excluía los años del impulso renovador de Bernardino Rivadavia con Pedro Juan Ferré como gobernador, que en el período de la tiranía había sido borrada hasta el último vestigio de esa obra progresista, hasta que con la Organización Nacional las “leyes de Pujol” fueron el modelo más avanzado que se tuvo entonces.
Pero después de esos tiempos -seguía diciendo- hasta nuestros días, casi sin excepción, el abandono y la desatención de la enseñanza elemental han caracterizado la acción de la mayoría de los Gobiernos, postrando a la provincia y colocándola invariablemente en el último lugar de las estadísticas escolares.
Seguramente este comentario debió afectar a ciertos grupos, originando que el mismo diario publicase otro editorial, unos días después, en el que se hablaba de “las verdaderas causas del atraso educativo en Corrientes” y se atribuía al caudillismo político, “omnipotente, dirigido por hombres equivocadamente considerados providenciales, intocables e irreemplazables”, ser la causa primera y principal del atraso educativo de la provincia, en la que “ha pesado durante tres cuartos de siglo, salvo algún período intermedio de eficiente aunque efímera labor gubernativa”, las causas mencionadas(6).
(6) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 13 de Abril y 9 de Mayo de 1944; diario “El Noticioso”, (Corrientes), en su edición del 13 de Mayo de 1944, reproduce el texto del editorial. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Con el comienzo del período escolar se daba inicio a la enseñanza religiosa en las escuelas y colegios provinciales y la municipalidad de la capital hacía oficiar un solemne funeral con motivo de cumplirse un nuevo aniversario del fallecimiento del teniente general José Félix Uriburu, jefe del movimiento insurreccional de 1930(7).
(7) Diarios “El Noticioso” y “La Mañana”, ambos de Corrientes, ediciones del 11, 29 y 30 de Abril de 1944. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.
Por su parte, el ministro de Gobierno -en declaraciones formuladas a los medios- expresaba el inequívoco propósito de la Intervención de permanecer en la gestión por un período de cuatro años(8).