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La situación en el Congreso y la actitud de la Concordancia

En la última elección de renovación de la mitad de la Cámara de Diputados y la concurrencia del radicalismo a competir en dichos comicios, había determinado un cambio sustancial, dramático, en el equilibrio de fuerzas. Hasta Marzo de 1936, el Gobierno se manejaba con una cómoda mayoría en la Cámara Baja y con la casi unanimidad de la de Senadores.

Pero esa mayoría había quedado rota, en el primero de los cuerpos, y los resultados que de ello pudieran obtenerse iba a depender de los votos de unos pocos legisladores independientes, más o menos cercanos a cada uno de los grupos en que se dividía el cuerpo.

Ya la elección de la mesa directiva, recaída en hombres de la oposición, había dependido del voto de sectores independientes, entre ellos los liberales de Corrientes. La oposición, radical personalista, socialista y demócrata progresista, había obtenido así su primer triunfo en la nueva Cámara. Pero ello sirvió para abrir los ojos de los sectores oficialistas que debieron arbitrar medidas que evitaran su derrumbe total.

La oposición ya descontaba que, al iniciarse las sesiones, podría tratar el proceso electoral de la provincia de Buenos Aires y resolver su nulidad, con lo que serían rechazados los diputados de la Concordancia que habían logrado la mayoría.

Rechazados éstos, el sector oficialista perdía toda posibilidad de imponer sus decisiones en apoyo del Gobierno y, a las impugnaciones de los diplomas bonaerenses, seguiría sin lugar a dudas los de otras provincias como Corrientes, Mendoza, Santiago del Estero, etc.

En la reunión del comité nacional del radicalismo se había significado con toda precisión que “el Gobierno de Corrientes era de origen tan fraudulento y vergonzoso como el de Buenos Aires” pero que, por el momento, por razones estratégicas, “convenía sólo concentrar todas las gestiones en favor de la Intervención a la provincia de Buenos Aires, que era la primera provincia argentina y fundamento del actual Gobierno Nacional” y, coincidente con tal posición, presentaban al P. E. Nacional un extenso memorial solicitando la Intervención de ese Estado(1).

(1) Periódico “El Noticioso”, (Corrientes), edición del 1 de Febrero de 1936. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.

Los comicios del 1 de Marzo en los que triunfó el partido Demócrata Nacional, vendrían a avalar el reclamo radical, pues se cometieron nuevamente toda clase de fraudes, al extremo de que la Junta Electoral Nacional declaró que los mismos se hallaban viciados de nulidad(2).

(2) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 5 de Abril de 1936. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.

Los primeros días de Mayo, inauguraba el presidente de la nación el 73er. período ordinario de sesiones del Congreso Nacional. En su mensaje, señaló características regresivas en la historia política argentina, aunque ello no autorizara a considerar la posibilidad de importar regímenes y sistemas extraños, repugnantes a nuestras tradiciones, carácter y modalidades, en clara alusión a los simpatizantes del nuevo orden nazi-fascista.

Denunciaba que se tendía a retroceder en el orden político y a agravar ciertas deformaciones y vicios de las practicas democráticas locales, aunque reconocía que algunos eran fruto de la hora que se vivía:

No se ha extinguido aún la vieja propensión al odio y la venganza -decía-. Renacen la discordia y las rivalidades personales y antagonismos de círculo y, en muchos casos, subsiste en potencia el caudillismo y la violencia espera en acecho para asestar sus golpes.
Perdura el afán desmedido de proselitismo a toda costa y se vuelve la espalda a principios de ética, inconsciente o deliberadamente, impulsando al pueblo al desenfreno de la demagogia”.

Terminaba expresando que la solución de los problemas había de ser obra de nosotros mismos y exhortaba a disminuir la agresividad en la contienda cívica, considerando que la indulgencia era índice de superación espiritual y que el olvido, la tolerancia y la generosidad fueron patrimonio de nuestros mayores(3). Sin duda un mensaje que fustigaba los vicios de todos los sectores políticos actuantes en ese momento -inclusive los oficialistas- pero que no llegó a conformar a tirios ni troyanos.

(3) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 8 de Mayo de 1936. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.

A mediados de ese mes quedaba claro que la oposición iba a iniciar el duro ataque contra los diplomas de los diputados nacionales electos por la provincia de Buenos Aires, presentándose a la Cámara respectiva dos proyectos de declaración de nulidad de los comicios, que tenían su origen en las bancadas radical y socialista.

También se iniciaron las gestiones encaminadas a formar un “Frente Popular” o “Radical Socialista”, a la manera de los que se organizaron en Francia y España, que nuclearía a los radicales, demócrata progresistas y socialistas, con algún esperado apoyo de diputados independientes.

Por el lado oficialista se comenzó a hablar de la posibilidad de organizar un “Frente Nacional”, que contrarrestara al anterior, integrado por los sectores conservadores y de tendencia moderada, al que adhirieron inmediatamente los hombres del partido Demócrata Nacional y algunos sectores nacionalistas y, poco después, se daba a conocer un manifiesto(4).

(4) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 5 y 6 de Mayo; y 3, 9 y 10 de Junio de 1936. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.

El documento contenía juicios sobre el momento político que vivía el país y rechazaba la posibilidad de que retornaran al Gobierno las personas y los métodos desplazados en 1930 y se atribuía su autoría a la pluma del doctor Federico Pinedo.

Refiriéndose al “Frente Popular” decía que “la suposición de que este Frente compuesto de radicales personalistas, demócrata progresistas, socialistas y comunistas puedan adueñarse de la República y exponerla a los experimentos de su fantasía demoledora y de sus rencorosas pasiones, es una hipótesis monstruosa que la Nación Argentina no puede contemplar indiferente.
Al Frente Popular debe oponérsele el Frente Nacional. A una parte facciosa del pueblo lanzada a la aventura de conquistar la República para la asociación amorfa de todos los apetitos, debe responder la nación dispuesta a vivir para todos, inclusive para sus hijos embanderados hoy por deplorable extravío.
No sólo la mejor y más significativa, sino la mayor parte del pueblo de la República, está dispuesta a defender en todos los terrenos los intereses de la Nación Argentina”.

Adherían a esta declaración personalidades totalmente ajenas a las organizaciones partidarias(5). Es que la sombra de lo que estaba ocurriendo en España comenzaba a conmover los espíritus de todos los sectores.

(5) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 1 de Junio de 1936. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.

La Cámara de Diputados inició sus sesiones con la concurrencia de todos los sectores políticos y en la oportunidad se dio entrada a un proyecto de anulación total de los diplomas de la provincia de Mendoza y, al día siguiente, el diputado José P. Tamborini, de la Unión Cívica Radical, presentaba un proyecto en igual sentido respecto de la provincia de Buenos Aires y otro respecto de la provincia de Santa Fe, y se anunciaba -por el bloque del radicalismo- que sería presentado otro similar respecto de los diputados por Corrientes.

Los diputados de la Concordancia fueron conscientes de que de continuar dando quorum, los sectores de la oposición -que constituían la mayoría- aprobarían el proyecto de anular los diplomas de los diputados bonaerenses y, por ello, recurrieron al arbitrio de retirarse del recinto.

Si bien la mayoría opositora podía continuar sesionando, en el momento de votar -de acuerdo a disposiciones reglamentarias- no podían hacerlo los diputados de la provincia cuestionada, con lo que se perdía el quorum. La decisión tomada fue la de compeler la concurrencia de los diputados ausentes, para lo cual se requirió el apoyo de la fuerza pública a la presidencia de la nación y a los gobernadores provinciales(6).

(6) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 20 y 21 de Junio de 1936. La sesión se realizó con la concurrencia de los sectores radical, socialista, demócrata progresista y concurrencistas de Tucumán, a los que se agregaban F. Benigno Martínez (Liberal, de Corrientes), Arce (Independiente, de Buenos Aires), Ahumada (Independiente, de Catamarca) y Lencinas (de Mendoza). // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.

Los sucesivos pedidos de compeler por la fuerza a los diputados renuentes no dio resultado, pues la presidencia de la nación respondía con notas en la que se llamaba a la concordia y a la búsqueda de soluciones armónicas, mientras que los gobernadores de provincia, por su parte, contestaban acusando recibo del pedido, sin cumplimentarlo o, en otros casos, como en Corrientes y otras provincias, expresando que el gobernador de la provincia era agente natural del Gobierno Federal, por lo cual las directivas al respecto debian ser remitidas por la vía del Poder Ejecutivo.

Se planteaba así una situación, aparentemente insoluble, que iba a impedir el funcionamiento del Congreso indefinidamente.

- La actitud de la Concordancia

Los diputados de la Concordancia, ante la posibilidad cierta de que los partidos de la oposición pudieran quitarle los diputados de las provincias cuestionadas, además de retirarse de las sesiones de la Cámara, se dirigieron al Poder Ejecutivo y a la Cámara de Senadores de la Nación, denunciando el hecho y, el partido Demócrata Nacional dio a conocer un manifiesto relacionado con el tema, en el que se habla del “plan de despojo fomentado por el Frente Radical-Socialista-Comunista, encaminado a adueñarse de la situación política, adjudicándose desde ahora la mayoría en la Asamblea Legislativa que debe hacer el escrutinio de la elección presidencial, mediante la acción de una mayoría precaria y accidental reunida al solo efecto de ese plan”.

Denunciaba que la maniobra subversiva consistía en expulsar a los diputados nacionales de Buenos Aires, Corrientes y Mendoza, modificar los escrutinios de Santa Fe, enviar comisiones investigadoras parlamentarias a San Juan, Catamarca y Santiago del Estero, e Intervenciones Federales a otras provincias donde fueron derrotadas en luchas provinciales.

El partido aconsejaba a los gobernadores y legisladores que fueron elegidos a través de sus filas, a “repeler esa violencia y el intento de regresión al régimen anterior al 6 de Septiembre, valiéndose de todos los medios de defensa”.

En una actitud coincidente, el Senado de la Nación, en el que el oficialismo tenía cómoda mayoría, en base a un proyecto de sus miembros, doctores Arancibia Rodríguez, Vidal, Santamarina, Figueroa y Villafañe, declaró definitivamente constituida a la de Diputados, con todos los legisladores que ya habían comenzado a ejercer sus funciones en tal carácter y que “no admite como legítimo el propósito de excluir más de treinta diputados de cuatro provincias” y anticipaba el desconocimiento de las decisiones que con ese alcance se hubieran adoptado o que se adoptaran con la ausencia obligada de los inasistentes, y comunicaba esta resolución al P. E.

Ante esta decisión, que anticipaba un conflicto institucional de poderes, el presidente Agustín Pedro Justo, tratando de resolverlo por las vías de la negociación, encomendó a los doctores Julio Argentino Roca (h), vicepresidente de la nación, y Vicente Carmelo Gallo, rector de la Universidad de Buenos Aires, para que actuaran como mediadores entre los sectores discrepantes(7).

(7) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 18 al 28 de Junio de 1936. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.

La tarea de éstos fue engorrosa, llena de dificultades y desde el comienzo se advirtió que no llegaría a buen fin. Terminada ésta, dirigieron al presidente de la nación una nota en la que explicaban el fracaso de la misma, dado que no se había podido lograr el consenso unánime de las partes interesadas en el conflicto.

La mediación habría estado orientada en el sentido de convenir la designación oportuna de una fórmula presidencial común que, elegida por procedimientos democráticos y populares, suprimiera inmediatamente los apasionamientos de la lucha, en homenaje a altos objetivos y en una hora excepcional de la vida de la nación.

Desde luego que la sugestión de los mediadores en la forma de apreciar las bases generales del conflicto hacía muy difícil el éxito de las tratativas. Y aunque el procedimiento de convenir una fórmula presidencial común tenía antecedentes en la historia política argentina, en la opinión pública esto habría significado un retroceso de medio siglo, dado el grado de madurez cívica alcanzado por el pueblo argentino(8).

(8) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 12 al 14 de Julio de 1936. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.

Al cumplirse un mes del retiro de los diputados de la Concordancia, se reintegraron a sus funciones, dando quorum para el funcionamiento del cuerpo pero, al presentarse por parte de la oposición un proyecto de juicio político al presidente de la nación y al ministro del Interior, el diputado concordancista, doctor Corominas Segura, hizo moción de orden de que se votara y luego hicieron un nuevo abandono del recinto.

Otros temas fueron considerados en días sucesivos, pero cuando era necesario contar con mayorías extraordinarias -como los dos tercios- la Cámara no podía continuar sesionando por falta de número, dado la precariedad de la mayoría, integrada como sabemos por los diputados de las tres fuerzas del Frente Popular, y los independientes, entre los cuales estaban los liberales de Corrientes.

Finalmente, los diputados de la Concordancia ofrecieron al presidente de la Cámara concurrir a formar quorum, bajo promesa de no tratar asuntos políticos, especialmente el debate sobre Buenos Aires, y dedicarse pura y exclusivamente a la función específica de legislar para el país, lo que fue motivo de análisis de los sectores de la oposición, que al respecto comenzó a dividirse, ya que algunos sectores que en un comienzo se habían manifestado solidarios con el Frente Popular, expresaron sus puntos de vista partidarios de un acercamiento a soluciones transaccionales.

Precisamente en una sesión en minoría, el diputado doctor Brouchou dejó sentada la posición del sector liberal correntino. Luego de recordar que el partido a que pertenecía era uno de los más antiguos de la República, que siempre ha sabido deponer sus armas e intereses partidarios cuando han estado de por medio los intereses de la nación, señalaba que a raíz de la insurrección del 6 de Septiembre vino a la Cámara una mayoría de diputados de su sector de la provincia de Corrientes, cinco diputados que estuvieron en condiciones muchas veces de imponer sus puntos de vista para la sanción de leyes u otros asuntos, pero jamás ninguno de sus miembros se aprovechó de esa situación y, por el contrario, colaboraron con el Gobierno Nacional porque creían que de esa forma volvía la República a su vida institucional normal y ésa fue la conducta adoptada hasta principios de 1936.

Posteriormente, la junta ejecutiva de su partido resolvió que sus representantes actuaran en la oposición en todos los asuntos políticos del Gobierno Nacional, porque su política dirigida por el entonces ministro del Interior, doctor Leopoldo Melo, la conceptuaban completamente equivocada. Por ello concurrieron a formar quorum y a elegir la mesa directiva opositora en la Cámara.

Decía después que estaban dispuestos a seguir cumpliendo con las directivas del partido, aunque señalaba que había circunstancias especiales y había algunos asuntos que debía tratar la Cámara, en los que se podía estar dentro del mandato partidario y cumplir también con sus deberes, contribuyendo a sancionar leyes que eran indispensables para el desenvolvimiento del país.

Llamaba por ello la atención de sus colegas para que se unieran y se arribara a una conclusión que les permitiera llevar a dictar las leyes que eran necesarias, lo que básicamente consistía en sesionar dos días para tratar temas exclusivamente legislativos y uno para asuntos políticos, aunque incluía entre los primeros el proyecto de Intervención Federal a la provincia de Buenos Aires.

La propuesta no fue recibida con demasiado entusiasmo entre los sectores de la oposición y, ante su rechazo por los radicales, soccialistas y demócrata progresistas, los liberales de Corrientes y los concurrencistas de Tucumán, se colocaban en libertad de acción para actuar como mejor lo creyeran conveniente.

Luego de muchos cabildeos, concurrieron todos los sectores, con excepción de la democracia progresista, comenzándose la consideración de importantes temas, incluidos en las órdenes del día. La intransigencia de los demócrata progresistas, inspirados por el senador Lisandro de la Torre, se vio afectada cuando comenzaron a concurrir a las sesiones los diputados de esa tendencia, doctores Noble y Sellarés(9).

(9) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), ediciones del 6, 23, 27, 28, 29 y 31 de Agosto; y 4, 7, 16 y 17 de Septiembre de 1936; y diario “El Liberal”, (Corrientes), ediciones del 1, 4, 16, 17 y 24 de Septiembre de 1936. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Juan Francisco Torrent al doctor Blas Benjamín de la Vega. 1936-1946)” (1997). Ed. EUDENE (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste), Corrientes.

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