Los conservadores se preparan y los radicales esperan confiados
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- Las preocupaciones del “Frente Unico”
Una serie de rumores, con ciertos visos de certidumbre, preocuparon a la dirigencia nacional del Frente Unico porque amenazaba destruir en Corrientes no ya sólo la posibilidad de obtener mayoría y minoría de electores de presidente y vicepresidente, sino la misma mayoría que empezaba a parecer ilusoria.
Con tal motivo, el ex senador nacional Benito Villanueva, una de las figuras consulares del conservadorismo, reunió en su residencia a un grupo de caracterizados dirigentes, siendo sus invitados especiales los senadores Pérez Virasoro y Vidal, líderes de los partidos liberal y autonomista de Corrientes.
Se habló en esa oportunidad de la necesidad de una acción concertada en la provincia para combinar las fuerzas y lograr el mayor número de electores, comprometiéndose aquéllos a hablar con sus amigos políticos para proponerles una tregua en la disidencia hasta después de las elecciones nacionales del mes de Abril, pasadas las cuales se volvería a examinar el pleito, para ver si era dado reanudar la política de conciliación(1).
(1) Diario “La Nación”, (Buenos Aires), edición del 3 de Febrero de 1928. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
El doctor Juan Ramón Vidal había terminado de entrevistarse en sendas oportunidades con el doctor Marcelo Torcuato de Alvear, presidente de la Nación, de cuyas conversaciones informó a los dirigentes de la derecha, trascendiendo que el dirigente correntino había transmitido al Primer Mandatario su preocupación por los procedimientos empleados por el personalismo en los recientes comicios y reclamado el ejercicio del Poder Federal para poner término a lo que consideraba un agravio a la democracia y las instituciones de la República.
Más allá de los procedimientos denunciados, los triunfos del radicalismo personalista en las provincias de Tucumán, Salta y Santa Fe, habían preocupado hondamente, pues éste podía ser el detonante que constituyera para los grupos independientes el momento de la definición, como ya estaba ocurriendo en Corrientes donde se habían constituido varios comités de tendencia personalista integrados -en su mayoría- por militantes liberales o, como el caso del vuelco inesperado del senador provincial antipersonalista Emilio L. Monzón, que con todos sus elementos de Empedrado apoyó a los candidatos del yrigoyenismo(2).
(2) Diario “La Nación”, (Buenos Aires), ediciones del 4 de Febrero y 27 de Marzo de 1928. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
- Nuevos pedidos de Intervenciones
Las versiones más contradictorias circularon en las calles de Corrientes mientras continuaban las discusiones sobre el presunto derecho que tenía la Cámara de Diputados para dar por terminadas las sesiones extraordinarias de la Legislatura y se pretendía en el Senado interpelar al ministro de Gobierno sobre las Intervenciones a las comunas y, un nuevo conflicto surgía con motivo de tener que designarse al presidente del Superior Tribunal de Justicia, cargo que -más allá de lo puramente judicial-administrativo- adquiría relevancia en ese momento pues su titular era miembro de pleno derecho de la Junta Electoral Nacional que tendría a su cargo dirimir los conflictos que surgieran con motivo de los próximos comicios presidenciales.
El Superior Tribunal de Justicia estaba integrado por seis camaristas, tres de los cuales eran liberales “rupturistas” y los otros tres autonomistas(3).
(3) Los camaristas liberales eran los doctores Adolfo Contte, José Eudoro Robert, Augusto Millán y, los autonomistas, los doctores Pedro Díaz Colodrero, Gregorio G. de la Fuente y Domingo Danuzzo. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
La discrepancia acerca de lo que debía interpretarse como “antigüedad” para acceder a la presidencia, dilató su designación y el grupo de camaristas liberales -con este motivo- reclamó del Poder Central se decretara la Intervención Federal para asegurar la Administración de Justicia, petición en la que fueron acompañados por el Comité Central de esa agrupación.
El ministro del Interior, doctor José P. Tamborini, más adelante les respondió telegráficamente expresándoles que el conflicto debía ser resuelto dentro de las propias instituciones locales, conforme al artículo 105 de la Constitución Nacional.
Faltaba menos de dos meses para las elecciones y la Confederación de los Partidos de la Derecha, con la nueva deserción del partido liberal de San Juan, contrario al “bloquismo” de los Cantoni, realizaban nerviosas reuniones en la Ciudad de Buenos Aires resolviéndose ratificar la adhesión a la fórmula Leopoldo Melo - Vicente Gallo en un documento de fuerte contenido crítico(4), reiterando el pedido de Intervención a la provincia de Buenos Aires a cuyo Gobierno se imputaba el envío de verdaderas “invasiones” a distintas provincias para volcar en ellas los recursos del Erario Provincial, como se había hecho -según denunciaba- en las provincias donde recientemente había triunfado el radicalismo y como se estaba haciendo en la de Córdoba en vísperas de sus comicios, recomendando a las provincias resistir a la invasión con todos los recursos lícitos que el derecho y la justicia le acordaban.
(4) Firmaban este manifiesto: Benito Villanueva (fuerzas conservadoras de la capital), Rodolfo Moreno (h) (Partido Conservador de Buenos Aires), Julio Argentino Roca (h) (Partido Demócrata de Córdoba), Abraham de la Vega (Partido Liberal de Tucumán), Juan Ramón Vidal (Partido Autonomista de Corrientes), Evaristo Pérez Virasoro (Partido Liberal de Corrientes), Carlos Serrey (Unión Provincial de Salta), Epifanio Mora Olmedo (Partido Liberal de San Luis), José Domingo Santillán (Partido Liberal de Santiago del Estero), Guillermo Correa (Concentración de Catamarca), Ramón Vera Barros (Partido Conservador de La Rioja), en diario “La Nación”, (Buenos Aires), edición del 11 de Febrero de 1928. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
En igual sentido de pronunciaba la Unión Cívica Radical Antipersonalista, denunciando “la invasión de tres provincias por desbordada montonera organizada y estimulada con los dineros de la provincia de Buenos Aires”(5)
(5) Diario “La Nación”, (Buenos Aires), edición del 14 de Febrero de 1928. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
- Los conservadores se preparan y los radicales esperan confiados
En la provincia de Corrientes, los aliados liberales acuerdistas y los autonomistas celebraban sus convenciones partidarias al unísono, eligiendo la primera al doctor Adolfo B. Sánchez y, la segunda, al doctor Felipe Solari, ministro de Gobierno, como candidatos a diputados nacionales, proclamándose en forma conjunta y con la presencia de ambos partidos en los salones del Círculo Italiano. También se eligieron los candidatos a diputados provinciales de cada una de las agrupaciones políticas(6).
(6) Los candidatos a diputados provinciales por el partido autonomista fueron: Antonio Ruiz, Walberto Acosta, Juan Pedro Danuzzo Amadey, Juan Ramón Díaz Colodrero, Pablo Delgado, Ginés Lubary, Miguel Domínguez, Héctor Rodríguez y José Sánchez Negrette. Los liberales acuerdistas: Silvio luque, Laudino Alvarez, Agustín Solari, Carlos Alberto Decotto, Domingo Requena, Hildebrando Gómez y Juan A. Ruiz Díaz.
Las autoridades de la convención autonomista fueron: el doctor Juan Ramón Vidal como presidente y los doctores Juan P. Danuzzo Amadey y Carlos Porta, como secretarios. La Junta Ejecutiva provisional elegida por la convención liberal acuerdista estaba presidida por Manuel Cabral (h) y lo acompañaban Eduardo Díaz Colodrero, Luis Barberán, Ercilio Rodríguez, Adolfo B. Sánchez, Enrique Maróttoli, Albino Arbo, Antonio Sanguinetti y Federico Fernández Serrano.
// Todo citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
No se eligieron candidatos de electores de presidente y vicepresidente, pues se votaría a los propuestos por el radicalismo antipersonalista. Se ratificó unánimemente la decisión de votar a la fórmula Leopoldo Melo - Vicente Carmelo Gallo.
El radicalismo personalista comenzó a disfrutar de una anticipada alegría pues todo parecía sonreirle. Si bien hasta ese momento no se había elegido a los candidatos del binomio presidencial, a nadie se le ocultaba que la figura indiscutida era la del doctor Hipólito Yrigoyen que, pese a los años, aún se sentía lleno de energía para asumir la empresa.
La incógnita era el nombre de la figura que lo acompañaría como candidato a la vicepresidencia y esto era un factor explotado con gran habilidad por el viejo caudillo, ya que de esta manera mantenía asegurados y expectantes hasta último momento a muchos aspirantes, sabiendo que la decisión era exclusivamente suya, pues los órganos del partido sólo se limitaban a dar formas legales a sus indicaciones.
Los triunfos electorales obtenidos en varias provincias eran saludados por los comités radicales correntinos con disparos de bombas y generosa algarabía, manteniendo una cohesión partidista que no era precisamente la que reflejaban sus dirigentes. Llegó así la convención encargada de elegir sus candidatos y en ella se evidenciaba la disparidad de tendencias(7).
(7) Diario “La Nación”, (Buenos Aires), edición del 29 de Febrero de 1928. Los convencionales personalistas participantes fueron: presidente, Juan B. Fleitas; vicepresidente, Julio Guastavino; secretarios, Juan Michetti y Aristóbulo Gómez. Convencionales: Blas Benjamín de la Vega, Miguel Andreau, Luciano Acuña, Raúl F. Arballo, César Martínez Rolón, José Vázquez, Pedro Gallino Hardoy, Altogracio Spagnolo, Pedro Aracama, Julio Clauss, Carlos A. Issler, Zenón Niella, Arturo Muiño, Emilio Díaz, L. Varela Quintana, Julián González, Mariano Madariaga (h), José Lorenzo, Wenceslao Casco, Diógenes Soto, Santiago Soto, Alcídes Pipet, Juan Pío Gómez, José Vallejos, Lorenzo González, Bibiano Souza, Edmundo Andreau, Miguel Gervasoni y Pedro Díaz de Vivar. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
La elección de candidatos a diputados nacionales, por ejemplo, dio lugar a sucesivas nominaciones e iguales renuncias de los doctores Juan B. Fleitas y Pedro Díaz de Vivar originadas -según Hernán F. Gómez- en la existencia de algún acuerdo de voluntades entre los dirigentes liberales y radicales personalistas, por lo que ninguno de los dirigentes de estos últimos a quienes se reconocía con derecho indiscutido a las bancas nacionales, aceptaron las proclamaciones de sus candidaturas hechas por la convención de la Unión Cívica Radical reunida en Mercedes.
Proclamóse entonces, sigue diciendo el autor citado, a los ciudadanos que estaban en un plano más modesto del prestigio partidario: Alfredo Tressens y José Martínez Rolón, personalidades exclusivamente departamentales(8).
(8) Hernán Félix Gómez. “Los Ultimos Sesenta Años de Democracia y Gobierno en la provincia de Corrientes. 1870-1930” (1931), p. 334. Talleres Gráficos Argentinos L. J. Rosso, Buenos Aires. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
Ese acuerdo o combinación, a estar a los comentarios de la época(9), se basaba en que los radicales yrigoyenistas votarían a los candidatos a diputados nacionales proclamados por los liberales “rupturistas” y, éstos últimos, votarían a los candidatos de electores de presidente y vicepresidente proclamados por el radicalismo personalista.
(9) Diario “La Nación”, (Buenos Aires), ediciones del 24 y 27 de Febrero de 1928. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
Se aseguraría así la ansiada mayoría de electores, perdiendo la posibilidad -que se consideraba entonces remota- de lograr los legisladores nacionales.
Otro elemento adicional de optimismo resultó la decisión del sector que orientaba el doctor Héctor Lomónaco de adherir al viejo tronco radical con un importante contingente electoral. Se evidenciaba un clima electoral proradical en todo el país.
Tanto los sectores urbanos del Litoral como los habitantes de las alejadas poblaciones del Norte se encolumnaban detrás de Yrigoyen y una situación semejante ocurría en el campo cultural con una toma de posición bien definida de gran parte de los intelectuales(10).
(10) Roberto Etchepareborda. “Yrigoyen” (1983), p. 225, en: “Biblioteca Polílica Argentina”. Ed. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
Al final del año 27 o comienzos del 28 ya pudo verse con claridad que el yrigoyenismo volvería al Gobierno, no obstante algunas bravatas que anunciaban la decisión de los círculos oficiales “de impedir -por cualquier medio- que eso sucediera”(11).
(11) Federico Pinedo. “En Tiempos de la República”, citado por Hebe Clementi. “El Radicalismo (Trayectoria Política)” (1983), p. 126. Ediciones Siglo Veinte, Buenos Aires. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
Muchos errores cometidos por el antipersonalismo, “así como la habilidad con que el yrigoyenismo los explotaba en el Congreso y en la plaza pública, demostraron que las acciones de sus candidatos no iban bien. Indicios callejeros, la opinión pública del ambiente, todo indicaba un vuelco que, de no detenerlo con un acto espectacular, la derrota del Frente Unico no tardaría en producirse aún mucho antes de las elecciones” comenta Raúl Molina(12).