NUEVO ESPECTRO POLITICO PROVINCIAL
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- Nuevo alineamiento de fuerzas en la provincia
¿En qué situación quedan, entonces, cada una de las fuerzas actuantes en la provincia?
Es evidente que el espectro político había variado y con ello el frente monolítico con que el radicalismo antipersonalista contaba con lograr en Corrientes los electores presidenciales de mayoría y también los de minoría. Tal como estaba imaginado, las fuerzas autonomistas, liberales y antipersonalistas debían lograr ese objetivo con facilidad. Pero la incógnita creada por la actitud liberal y la asumida por muchos de sus dirigentes de desligarse de sus compromisos nacionales generaba un sentimiento de incertidumbre sobre el destino que tomaría esa importante masa electoral.
Como ya lo tenemos expresado, el partido liberal quedó dividido en dos grupos: “rupturistas” y “pactistas”. Los primeros se habían impuesto por amplia mayoría en la convención, resolviendo la ruptura del Pacto. Estaba con este grupo la plana mayor del liberalismo tradicional, además de coincidir y en alguna manera ser artífices de la ruptura, los integrantes del Comité de la Juventud.
Pero esta aparente unidad distaba mucho de estar consolidada, ya que en su seno alentaban diversas corrientes de opinión, irreconciliables en la decisión de la postura a adoptarse con relación a la futura elección presidencial. Por lo pronto, se había dispuesto la convocatoria de una nueva reunión cumbre y también la reorganización de los comités departamentales, pues se advertía la existencia de fisuras entre quienes coincidían con la ruptura y los que querían seguir colaborando con el Gobierno. Se resolvió expulsar del seno partidario a los principales dirigentes y caudillos acuerdistas.
Por su parte el grupo liberal “pactista” fue encabezado por el ex ministro Manuel Cabral (h) y lo acompañaban -con mucho entusiasmo- los diputados provinciales Enrique Maróttoli y Eduardo Díaz Colodrero; el Inspector General de Milicias provinciales, coronel Jorge Macfarquhar; y el ex ministro Federico Fernández Serrano, quienes comenzaron a organizar los comités de su tendencia en el Interior provincial, contando en su favor con el calor oficial.
Su programa era propiciar la política del acuerdo con las fuerzas conservadoras de la provincia, su adhesión a la fórmula de los doctores Leopoldo Melo y Vicente Carmelo Gallo, la conformidad con el programa político de los mismos -que ya habían aceptado los partidos de derecha- y, cumplida esta primera etapa, convocar a los delegados de los comités para estudiar los principios políticos pertinentes a la provincia y elegir los candidatos a diputados nacionales y provinciales y electores de presidente y vicepresidente de la República, tarea que quedaba a cargo de la Comisión Ejecutiva provisoria organizada en la capital de la provincia.
En realidad de verdad, la renuncia de Manuel Cabral (h), que había servido de detonante a los rupturistas, colocó a éste en la inmejorable situación de jefe del partido acuerdista, mientras que en el sector alejado del Gobierno triunfaban los jóvenes, recibiendo un fuerte impacto negativo la vieja dirigencia liberal que se debatía en sus propias contradicciones.
En el lado autonomista, la férrea conducción del doctor Juan Ramón Vidal, cuyos prestigios trascendían el marco local, mantenía una agrupación unida y disciplinada totalmente definida en favor de la derecha y por ende a favor de la fórmula Melo-Gallo. El impacto de la ruptura había dejado al Gobierno sin un valioso aporte el que, sin embargo, no se sentía tanto pues los liberales -durante toda la gestión del doctor González- se habían mostrado reticentes en el apoyo y, últimamente, habían llegado a instrumentar una oposición sistemática en la Legislatura.
El partido autonomista seguía contando con la colaboración liberal acuerdista, cuyo caudal electoral era por el momento una incógnita y el mantenimiento de las posiciones oficiales de un Gobierno considerado por la opinión como honesto y progresista.
Los recientes comicios municipales de la capital(1) habían mostrado un notable incremento a su favor con relación a los del año anterior sobre los candidatos del partido liberal y los de la Asociación Comercial, entidad de alcance puramente municipal que nucleaba a los comerciantes del medio, a cuyo favor volcaron sus votos los radicales personalistas que habían resuelto su abstención electoral.
(1) Las elecciones municipales de la capital de la provincia habían dado, en 1926, los siguientes resultados: Autonomistas, 335; Liberales, 153; Asociación Comercial, 98; Radicales Personalistas, 64; Radicales Alvearistas, 40; Independientes, 1. Los resultados de 1927 fueron: Autonomistas, 484 votos; Liberales, 180; Asociación Comercial, 149. Debe recordarse que para la elección municipal regía el sistema de voto calificado. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
El antipersonalismo de Corrientes tenía connotaciones especiales. La mayoría de sus dirigentes habían surgido del viejo liberalismo provincial e históricamente estaban amalgamados en la posición de ruptura con el autonomismo y, en forma aún más estrecha, con la oposición que se ejercitaba en el orden local por parte del radicalismo personalista, a los que se agregaba ahora el aporte liberal rupturista.
Sin embargo, esta posición resultaba contradictoria con las gestiones y trabajos que en el orden nacional realizaba el doctor Vidal para consolidar el “Frente Unico” que sostenía la “formula de la victoria” integrada por los antipersonalistas Leopoldo Melo y Vicente C. Gallo.
- Necesidad de una recomposición política provincial
La ruptura del Pacto por los liberales y su indecisión sobre el futuro presidencial hacían necesaria una urgente recomposición provincial que afirmara la situación en vísperas de tan importantes comicios y las líneas comenzaron a tirarse precisamente hacia el sector antipersonalista.
Era necesario adoptar un criterio de acción que, sin lesionar a los aliados en la lucha presidencial, autonomistas y antipersonalistas, no dejara mal parada a la representación legislativa que, orientada por el doctor Martín Goitia, había opuesto permanente traba al accionar gubernativo del doctor González.
Tanto para éste como para otros fines relacionados con la próxima campaña electoral, el comité provincial del antipersonalismo designó una comisión(2) para que entrevistara a la Junta Ejecutiva Central -presidida por el doctor Calvento- y, por su parte, el Comité de la Juventud de la misma agrupación se apresuró a publicar una declaración en la que se establecía que ese centro era ajeno a toda combinación con los partidos autonomista o liberal
(2) Diario “El Liberal”, (Corrientes), edición del 19 de Diciembre de 1927. La comisión estaba integrada por los doctores Justo Díaz de Vivar, Miguel Sussini, J. Bernardino Acosta, Pedro Numa Soto, Martín Goitia, Clemente J. Benítez, José Antonio González, Pedro M. Amadey, J. Hortensio Quijano y Manuel Mora y Araujo. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
Sin embargo, la actitud de acercamiento tuvo resultados concretos, produciéndose algunas designaciones antipersonalistas en cargos provinciales. Una de ellas, la de Manuel Mora y Araujo (h) como Director de la Cárcel Penitenciaría de la Ciudad de Corrientes, motivó una inmediata intimación del comité exigiendo su renuncia, la que fue contestada por el nominado en fuertes términos, que recordaban actitudes de concordancia con los partidos conservadores en otras circunstancias, lo que hacía perfectamente viable su decisión de aceptar aquel cargo.
Expresaba que lo había hecho totalmente convencido y consecuente con la actitud de los doctores Melo y Gallo, entendiendo de esta manera auspiciar el “Frente Unico”. Luego de rechazar la decisión del comité, decía que “él no había hecho otra cosa distinta de la que hizo el doctor Martín Goitia al aceptar la gobernación de la provincia con el voto del partido autonomista cuando aún aquél era liberal; o la del doctor Pedro Numa Soto que fue ungido senador nacional con los votos de los legisladores autonomistas, cuando el partido radical contaba con muy escasos votos en la Legislatura; o del doctor Miguel Sussini, elevado a diputado nacional con los votos liberales que le fueron dados en el departamento de San Luis del Palmar; o de éste mismo honroso dirigente del partido que fuera elevado a la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación con el voto de sus pares conservadores -incluidos liberales y autonomistas- como también señalaba el ejemplo de los doctores Melo y Gallo que habían aceptado -sin compromiso y sin haberlo solicitado- la cooperación en favor de su candidatura de todas las fuerzas conservadoras del país, inclusive los partidos liberal y autonomista de Corrientes; y como también había actuado el senador, doctor Pedro Numa Soto, votando en el Senado de la Nación acompañando los votos de los doctores Leopoldo Melo y Martín Torino en favor del diploma del eminente correntino, doctor Juan Ramón Vidal”(3).
(3) Diario “El Liberal”, (Corrientes), edición del 30 de Diciembre de 1927. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.
Mientras el antipersonalismo se debatía internamente entre los principios sostenidos y la conducta de su representación legislativa provincial -por un lado- y la necesidad de fortalecer el “Frente Unico” para las elecciones provinciales, por el otro, que en la provincia tenía ahora como principal puntal al autonomismo, el radicalismo personalista por su parte realizaba otros trabajos en favor de su todavía no proclamada fórmula que se descartaba sería la del doctor Hipólito Yrigoyen, aunque también en su seno se manifestaban fuertes disidencias en el orden local provincial.
Estas disidencias tuvieron eclosión en la convención general realizada en la ciudad capital de la provincia, determinando su suspensión en razón de las divergencias y animadversiones personales de vieja data que separaban a Julio Guastavino y su círculo de aquéllos que seguían al doctor Eudoro Vargas Gómez.
La nueva reunión fue convocada para realizarse en la Ciudad de Curuzú Cuatiá y en ella participó una comisión de dirigentes de la Ciudad de Buenos Aires presidida por el senador nacional, doctor Delfor del Valle, e integrada por Arambari, Barreré, Acosta, Torrent y otros, que logró armonizar -al menos temporalmente- las tendencias encontradas, cumpliendo finalmente su cometido la convención al nombrar a los delegados al Comité Central y a la Convención Nacional, tarea que se vio facilitada por las noticias del resonante triunfo del personalismo en las elecciones municipales de la provincia de Buenos Aires.
Para completar este panorama, debe hacerse mención a la aparición en el escenario político provincial del partido socialista, que ya en 1916 -con motivo de los comicios presidenciales- se había presentado logrando una ínfima cantidad de votos (0,4 % de los votos emitidos)(4), siendo ahora sus principales figuras el doctor Delio J. Martínez y Eduardo Miranda Gallino y Eduardo Beretta.