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Fricciones entre los aliados del Pacto

Terminado el proceso electoral correntino, los partidos del Pacto no pudieron saborear demasiado de su triunfo, ya que nuevos hechos del Gobierno -generados en el Poder Ejecutivo- crearon motivos de fricción entre los aliados.

El gobernador de la provincia estaba decidido a completar cuánto antes la tarea reorganizativa del ámbito policial con la designación de los comisarios o Jefes Políticos de los departamentos, en los que aún no se había producido la renovación de valores. De acuerdo con el pacto político vigente, las propuestas de candidatos para ocupar esas funciones debían ser hechas por los partidos coligados. El gobernador, sin embargo, procedió a designarlos eligiendo los que a su juicio gozaban de los mayores prestigios en sus respectivas jurisdicciones(1).

(1) Los comisarios designados fueron: Santiago Vallejos Cabral para General Paz; José A. Borda para Curuzú Cuatiá; Juan A. Carbone para Bella Vista; Enrique Yagueddú para Berón de Astrada; Justo Marín para Saladas; José Carraga para Ituzaingó; Nicolás Aquino para 9 de Julio; Aníbal Montaña para Paso de los Libres; Carlos Echavarría para Goya; Benigno Hidalgo para Alvear; Alvaro Mouzo Cabral para Monte Caseros; Carlos R. de Barbieris para Mercedes; doctor Gabriel González Portela para Santo Tomé; Juan Freixe para Lavalle; Juan V. González para Esquina; Clodio Delfíno para Concepción; Manuel Pérez para San Cosme; Ángel R. Malvido para Itá Ibaté; Teófilo Moreyra para La Cruz; Francisco Pruyas para Paso de la Patria; y J. Roberto Dansey para Mburucuyá. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.

Pero es el caso, que los hombres elegidos, si intachables como ciudadanos, no tenían el pertinente aval de la autoridad partidaria, al menos los de extracción liberal, lo que trajo aparejado una inmediata reacción de ese sector y, muy especialmente, de los comités ubicados en aquellos departamentos que se consideraban agraviados, los que rápidamente hicieron llegar su enérgica protesta a la autoridad central.

El permanente hostigamiento que los jóvenes del partido liberal venían haciendo, encontró un nuevo estímulo con estos hechos y la autoridad partidaria se vio en la necesidad de actuar con energía para mantener su prestigio y predominio ante el airado reclamo del Interior.

Al mismo tiempo, muchos de los comisarios liberales nombrados hicieron llegar sus renuncias al cargo o simplemente se negaron a asumirlo, pese a haberse publicado en un diario local la nota que a cada uno remitió el gobernador y sus respectivas aceptaciones(2).

(2) Diario “El Liberal”, (Corrientes), edición del 14 de Abril de 1926. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.

Convocada urgentemente la Junta Directiva del partido liberal, declaró suspendidas sus relaciones con el partido autonomista y dispuso la inmediata convocatoria de la Convención General para que se pronunciara en definitiva.

Ante esa reacción del partido aliado, el gobernador de la provincia formuló declaraciones, luego de recibir una delegación integrada por los doctores José Eudoro Robert -a cargo interino de la presidencia-, José A. Contte y F. Benigno Martínez, expresando que en ningún momento había tenido el propósito de inferir un agravio a los liberales y mucho menos faltar al pacto originario del Gobierno de coalición y, la prueba de ello -afirmaba- era que los nombramientos habían recaído todos en distinguidos miembros de ese partido.

Señalaba que desde el momento mismo de haber asumido, había pedido al vicegobernador Erasmo Martínez y a su ministro de Hacienda, J. Federico Fernández Serrano -como representantes de la fuerza aliada- para que presentaran las propuestas de candidatos para cubrir aquellos cargos sin obtener resultado, presumiendo que ello se debía a las disidencias internas de las tendencias, y que en presencia de esa situación se creaba una seria cuestión a la Administración Pública porque no podía dejar supeditada la acción de su Gobierno a las situaciones por las que atravesaban los partidos.

Por ello había nombrado a esas personalidades liberales de reconocida honorabilidad, lo cual era una garantía para los intereses públicos. No obstante ello, si esas personas le presentaban su renuncia, él no tendría inconvenientes en aceptarlas y designar a los propuestos por la Junta Directiva. Fue muy claro en señalar su consideración y respeto al partido aliado, pero también se reveló como celoso defensor de las facultades institucionales inherentes al Gobierno.

El ministro de Hacienda, en alguna medida afectado por estos hechos, hizo llegar su renuncia a la Junta, pero ésta no la consideró y manifestada la misma en forma verbal al gobernador; éste -a su vez- la rechazó por no encontrar motivos para aceptarla.

Mientras ambas partes realizaban todo tipo de conversaciones buscando salidas conciliatorias que destrabaran el conflicto, los jóvenes del partido liberal realizaban asambleas y designaban sus autoridades y se abocaban a la consideración de los temas que venían inquietando sus espíritus. En general, eran todos partidarios de la ruptura del Pacto con el partido autonomista y se designó una comisión para redactar un manifiesto justificativo de su posición.

La nota, que oportunamente había dirigido a la Junta Directiva haciendo saber la suspensión de las relaciones interpartidarias, fue respondida en forma bastante áspera por los autonomistas, expresándoles que “recién hoy se estaba cumpliendo verdaderamente las estipulaciones del Pacto”.

Mientras esto ocurría entre los aliados, los otros partidos se mantenían expectantes; ¡muchas cosas podían cambiar en la provincia si el Pacto Liberal-Autonomista se rompía..!

- La convención del partido liberal

Finalmente llegó la hora de la convención del partido liberal. Previamente se reunió la Junta Directiva, habiendo viajado expresamente desde Buenos Aires su presidente, el senador nacional Evaristo Pérez Virasoro, y los diputados nacionales, doctor Raymundo Meabe y profesor Manuel A. Bermúdez; y, desde Goya, el doctor Benigno Martínez y Gervasio Siris para reunirse con los demás miembros que ya estaban en Corrientes.

Se preparó un informe sobre el momento político, cuya lectura estuvo a cargo del doctor Mariano Gómez, tras la cual los delegados del departamento de Mercedes plantearon lisa y llanamente la necesidad de la ruptura del Pacto y se escuchó una nota del Comité de la Juventud en igual sentido.

Mercedes se consideraba agraviada no con la persona que el Gobierno había designado comisario en ese departamento, el coronel Macfarquhar -que bahía sido Jefe de Policía en el Gobierno anterior- sino por no haberse tenido presente a la persona propuesta por el comité.

Cuando se comenzó a barajar las posibles soluciones del conflicto, los delegados de aquel departamento expresaron que traían un mandato imperativo de votar la ruptura del Pacto y, como se acentuara la tendencia de la mayoría en favor de encomendar la solución del conflicto a la Junta del Partido, se levantaron expresando que se retiraban de la convención y se apartaban de la familia liberal.

Fue allí que el doctor Raymundo Meabe demostró las condiciones innatas del líder en un elocuente discurso que hizo vibrar la fibra de la concurrencia, exhortando a los mercedeños a continuaren en el recinto, manifestando que todos coincidían en sus sentimientos de amor a la dignidad y el decoro del partido pero que, por sobre cualquier contingencia, debía mantenerse su unidad.

Sus palabras produjeron un efecto impresionante y a su término se le tributó una ovación y, puesta de pie, en forma unánime la Asamblea reclamó de Mercedes continuar la lucha dentro del partido, a lo que éstos finalmente accedieron.

El propio doctor Meabe presentó seguidamente un proyecto por el cual se resolvía reclamar del Gobierno la reparación de los hechos que motivaron la decisión del Comité Ejecutivo, órgano al que le encomendaba realizar las gestiones necesarias para cumplimentar esta nueva instancia en el más breve plazo, con la expresa facultad de que en el caso de que ello no fuera logrado, se comunicara al partido autonomista la disolución del Pacto.

Se había salvado un grave escollo; la medida era acertada pues sacaba del ámbito tumultuoso de la convención las tratativas conciliatorias para trasladarlas a la mesa de las negociaciones en los más altos niveles partidarios donde resultaría más fácil avenir los intereses lesionados y afirmar la alianza política, como que así ocurrió poco tiempo después.

Los presidentes de ambos partidos van a dar después declaraciones coincidentes sobre la solución del conflicto, satisfechos con las recíprocas explicaciones que se brindaron, ya que también los autonomistas se quejaban de los ataques de cierta prensa ligada al liberalismo que fustigaba la figura del gobernador y sus colaboradores(3).

(3) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 24 de Abril de 1926. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.

- Se consolida el Pacto

Por el momento parecía consolidada la alianza de ambos partidos y también la propia unidad del liberalismo que había sido seriamente amenazada. La posibilidad de la ruptura del Pacto trascendió las fronteras provinciales y preocupó sobremanera a los núcleos nacionales que conformaban el sector de la derechas, al extremo de que el bloque de diputados nacionales hizo llegar sendos telegramas a los presidentes de los partidos liberal y autonomista en los que “en nombre de la solidaridad, comunidad de aspiraciones y sentimientos que inspiran nuestra conducta política”, transmitían sus votos para que con el esfuerzo concordante de las autoridades de ambos partidos se conjuraran las dificultades surgidas y se reafirmara y consolidara la política de coalición que ha asegurado a Corrientes el beneficio de Gobiernos cultos, honestos y prestigiosos(4).

(4) Diario “La Prensa”, (Buenos Aires), edición del 21 de Abril de 1926. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.

Esta preocupación era justificada, ya que en el escenario nacional, Corrientes era uno de los pilares en que se apoyaban los proyectos de conformación de un gran partido nacional que se opusiera a los designios del radicalismo personalista(5).

(5) Diario “El Liberal”, (Corrientes), ediciones del 8 y del 14 de Abril de 1926. // Citado por Ricardo J. G. Harvey. “Historia Política Contemporánea de Corrientes (del doctor Benjamín S. González al doctor Pedro Numa Soto. 1925-1935)” (1999). Ed. Dunken, Buenos Aires.

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