LA ORGANIZACION DE LA JURISDICCION CORRENTINA
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Los grandes cambios territoriales y demográficos, operados en Corrientes, entre los años 1760 y 1810, fueron acompañados por un gradual -aunque vacilante- esfuerzo de adaptación institucional a las necesidades del distrito en expansión. En buena medida, ello coincidió con la instalación del Virreinato del Río de la Plata y, sobre todo, con el régimen de Intendencias, instaurado poco después.
La aplicación del nuevo sistema, más eficaz en lo fiscal y en lo administrativo -aunque también más rígido y burocrático-, significó, para el Gobierno de Corrientes, el reemplazo de los Tenientes por los Subdelegados de dos causas. El resultado fue negativo, ya que, al finalizar el Virreinato, los Tenientes debieron ser restablecidos.
El Cabildo, que tan diligentemente había representado los intereses comunales en la expansión territorial y en la defensa fronteriza, se vio limitado -en lo financiero- y abocado a asuntos de menor entidad. A pesar de ello, logró establecer, en la campaña, los rudimentos de la Justicia, a través de los Jueces Comisionados, cuyo asentamiento -en cada localidad- dio lugar a la formación de los Partidos rurales.
A su vez, la presencia de Guardias y la periódica reseña de milicias, prestó el concurso de una elemental estructura militar que, sólo a principios del siglo XIX, tomó la forma de un Cuerpo regular, dedicado a la defensa y mantenimiento del orden en la jurisdicción. La Iglesia, por su parte, a través de la iniciativa de sus fieles y de su jerarquía, promovió la erección de oratorios, capillas y parroquias, que contribuyeron -en la mayoría de los casos- a la formación de vecindarios y pueblos, y a la consolidación de la fe, tradiciones y costumbres, en el medio rural.
La acción del Estado y de la Iglesia, a través de sus medidas de gobierno y organización, concurrieron a crear y asentar, en la campaña semibárbara, la trama institucional y cultural mínima, por medio de la cual, la Ciudad de Corrientes, pudo extender su jurisdicción y administración a los vastos dominios que iba, gradualmente, incorporando.