Villanueva, Nicolás de
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El escribano Nicolás de Villanueva
por Gustavo Miguel Sorg(*)
Según la definición del Diccionario de la Real Academia Española, escribano es la persona que, por oficio público, está autorizada para dar fe de las escrituras y demás actos que pasan ante él.
Nicolás de Villanueva nació en el año 1550, en la ciudad de Santander, pequeño puerto en sus orígenes y actual capital de la comunidad autónoma de Cantabria, situada al Norte de España, en una amplia bahía que lleva su nombre, ubicada en la costa del mar Cantábrico.
Sus padres se llamaron Diego de Villanueva e Isabel de Miranda. Aprendió el oficio de marinero, como la mayoría de los nacidos a la vera del mar, siendo este oficio el que le permitió enrolarse en la armada del adelantado Juan Ortiz de Zárate.
La armada del Adelantado Juan Ortiz de Zárate partió de Sanlúcar de Barrameda, el 17 de Octubre de 1572. La participación de Nicolás de Villanueva se limitaba a formar parte de la tripulación de uno de los galeones, sin pensar el importante papel que le tocaría desempeñar en un futuro no muy lejano.
Al momento de partir de España contaba con tan solo 22 años de edad. Desempeñaba el oficio de marinero en la nao nombrada Nuestra Señora de la Concepción, almiranta de la armada, propiedad de Lucas de Zárate(1).
En la reseña de la gente de a bordo, que realizaron los oficiales reales, lo describen fisonómicamente como, pequeño de cuerpo, con una señal en la frente, en la parte derecha(2).
La armada arribó al puerto de San Gabriel, en el Río de la Plata, el 26 de Noviembre de 1573. El inesperado fallecimiento del adelantado Juan Ortiz de Zárate, acaecido el 26 de Enero de 1576, en la ciudad de Asunción(3), modificó el destino de los tripulantes de la armada, que esperaban cobrar su salario para retornar a España, y así, embarcarse, quizás, en una nueva travesía.
El pago del salario de la tripulación estuvo a cargo de Martín Ruiz Guerra, mayordomo que fue del adelantado y depositario de sus bienes. Nicolás de Villanueva recibió el pago de su salario, el 8 de Julio de 1576, que consistía en la suma de 4 ducados por mes de travesía.
El recibo del pago del salario otorgado por Nicolás de Villanueva dice así(4):
“Cuenta de lo que yo, Nicolás de Villanueva, marinero natural de Santander, recibo de Martín Ruiz Guerra para en cuenta de mi sueldo en el viaje que hice e vine en la armada que el señor adelantado Joan Ortiz de Zárate, que sea en gloria, hizo a estas provincias del Río de la Plata, es lo siguiente:
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Treinta y cuatro varas de lienzo de algodón de la tierra
34
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Dos bonetes colorados por veinte y cuatro varas de lienzo
24
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Dos pares de tijeras las unas grandes e las otras pequeñas por veinte e dos varas de lienzo
22
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Un freno de caballo por catorce varas
14
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Cien alfileres por tres varas
3
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Cuarenta y dos libras e media de hierro a tres varas la libra son ciento e veinte y siete varas y media de lienzo
127
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Dos vainas de cuchillos por veinte y cuatro varas
24
“Digo yo el dicho Nicolás de Villanueva marinero natural de Santander que recibí del dicho Martín Ruiz como mayordomo que fue del dicho señor adelantado e como depositario que es de sus bienes las dichas doscientas y cuarenta y ocho varas y media de lienzo en las partidas y cosas susodichas que a dos reales cada una vara son cuatrocientos y noventa y siete reales que monto mi sueldo de marinero a cuatro ducados cada mes desde el diez y siete de octubre de mil y quinientos y setenta y dos que salió la armada de la barra de Santlucar hasta veinte y seis de noviembre de mil y quinientos y setenta y tres que llegó al puerto de San Gabriel en el Río de la Plata y los navíos dieron al través que con ocho ducados que en Sanlucar se me dieron estoy pagado de todo el dicho mi sueldo como dicho es e por ser la verdad que estoy contento y pagado de todo el dicho sueldo otorgué este conocimiento y lo firme de mi nombre.
“Presente Luis Márquez escribano de gobernación, siendo presentes por testigos Pedro de Samaniego y Domingo de Laris, hecho en esta ciudad de la Asunción a ocho de julio de mil y quinientos y setenta y seis años, digo yo el dicho Nicolás de Villanueva que e recibido del dicho Martín Ruiz Guerra para en cuenta del dicho mi sueldo todas las partidas que van en esta otra parte contenidas aceptado cincuenta y cinco varas y media de lienzo que valen diez y ocho libras e media de hierro que me dejo de dar de las cuarenta y dos y media contenidas en la partida susodicha. Nicolás de Villanueva. Por testigo Diego Martínez.
“Paso ante mi Luis Márquez escribano de gobernación”.
Ignoramos la razón por la que Nicolás de Villanueva no regresó a España. Lo concreto es que permaneció en la ciudad de Asunción, donde contrajo matrimonio con Teresa de la Trinidad, mestiza, hija natural del conquistador Antonio de la Trinidad.
Antonio de la Trinidad era natural de la Villa de Pedroche, en la Sierra Morena, tierras de Córdoba(5), donde estaba casado con doña Isabel García, matrimonio del cual tuvieron por su hijo legítimo a Luis de Trinidad, quien también utilizó el nombre Luis Gutiérrez.
Junto con su hermano, Francisco de la Trinidad, vinieron al Río de la Plata en la armada de Pedro de Mendoza, en el año 1535.
En la ciudad de Asunción tuvo, como la mayoría de los antiguos conquistadores, hijos naturales, habidos en indias de su servicio. Fue padre de por lo menos tres hijas, de las cuales sólo menciona en su testamento el nombre de una de ellas, llamada Teresa de la Trinidad, a la que más consideración tiene en el reparto de sus bienes.
De las otras dos hijas, no da sus nombres, pero instituye como sus herederos a sus nietas, Francisca, hija de Hernando Melgarejo(6), y María, hija de Pancracio, por lo que podemos suponer que ya eran fallecidas al momento de otorgar su testamento.
En su testamento, Antonio de la Trinidad, declaraba:
“Declaro que yo casé a Nicolás de Villanueva con Teresa de la Trinidad mi hija a la cual mandé en dote y casamiento la mitad de la casa que yo tengo en esta ciudad dicha mitad de la tierra y casa que tengo en Tingry y todo lo demás que parecerá por cierta memoria firmada de mi nombre y del Licdo Gutierre García que el dicho Villanueva tiene en su poder al que me refiero mando que la dicha memoria se cumpla”.
Como consta de los documentos, Antonio de la Trinidad no figuraba entre los conquistadores adeptos al gobernador Domingo Martínez de Irala. Estaba disconforme con la manera que Irala repartió y encomendó los indios naturales.
Expresaba que repartió pocos indios entre muchos conquistadores, beneficiando con mayor número de indios encomendados, a aquéllos más allegados al gobernador, como sus yernos y todos los conquistadores vizcaínos, que en Asunción residían en ese momento.
Así lo manifiesta en su carta al Consejo de Indias, fechada el 2 de Julio de 1556.
En ella decía que no lo dejaban volver a España, y de ellos tenemos noticia por una petición realizada al gobernador Irala, el 27 de Abril de 1556, en que le reiteraba su pedido de licencia para volver a España en alguno de los bergantines en que vino el obispo, de los cuales no se hacía ningún uso, petición que le fue denegada(7).
Tanto a Antonio(8), como a su hermano Francisco(9), les habían autorizado volver a España en el año 1540, por cédula real de Su Majestad.
Al parecer, Antonio de la Trinidad había iniciado un proceso por el cual se lo requería en España para que informara sobre el mismo, quizás relacionado con el incidente que tuvo con el capitán Francisco Ruiz Galán, que lo había hecho atar a árbol con cadenas, para que lo devoraran las fieras(10).
De todas maneras, nunca regresó a España, ya que tanto él como su hermano fallecieron en la ciudad de Asunción. Francisco de la Trinidad falleció en el año 1542, en cuya ocasión se pidió la venta de sus bienes.
Antonio de la Trinidad era considerado un hombre ingenioso. Hacía peines y los trocaba por un cuchillo, razón por la cual, en una oportunidad, fue multado por hacerlos contra Ordenanza. Su Majestad le hizo merced por medio de una real provisión, fechada en Madrid, en el año 1540, de una escribanía de número del pueblo donde residieren el gobernador y los oficiales reales del Río de la Plata(11). Asimismo, a su hermano Francisco de la Trinidad le hizo merced de un regimiento(12).
Como se expresó, Antonio de la Trinidad había sido provisto por Su Majestad de una escribanía, lo que nos hace suponer su capacidad de letrado, ya que de otra manera no se le hubiese hecho merced de semejante oficio.
No nos consta documentalmente que haya llegado a desempeñar el oficio de escribano. Quizás por la enemistad manifiesta que tenía con el gobernador Domingo Martínez de Irala, nunca le fue reconocido su título.
En el año 1557 lo encontramos desempeñando el oficio de mayordomo de la Cofradía del Santo Sacramento(13).
Después de la muerte de Antonio de la Trinidad, vino de España su hijo, Luis de la Trinidad, y lo sucedió, en segunda vida, en el goce de la encomienda de indios reducidos en la otra banda del río Tebicuary, encomienda de la cual hizo dejación en el año 1591(14).
Pero, ¿cuándo Nicolás de Villanueva dejaría de ser un simple marinero para convertirse en escribano?
Tenemos la suerte de contar con un testimonio, en el cual, con sus propias palabras, expresaba lo siguiente:
“( ... ) preguntado cómo se llama dijo que Nicolás de Villanueva; preguntado qué oficio tiene, dijo servir a Su Majestad y que desde que se pobló esta ciudad tiene el oficio de escribano de gobernación de esta ciudad ( ... )”(15).
La citada declaración tuvo lugar en la ciudad de Vera, el 16 de Enero de 1594, ante Alonso de Vera y Aragón, teniente de gobernador, en la cual Nicolás de Villanueva manifestó ser de 43 años de edad.
Desde su llegada en la armada del Adelantado Juan Ortiz de Zárate, Nicolás de Villanueva se incorporó a la vida cotidiana de los conquistadores. Participó en las jornadas de descubrimientos y pobladoras que se ofrecían.
En el año 1585 se halló presente en la fundación de la ciudad de Nuestra Señora de la Concepción de Buena Esperanza del río Bermejo, con el capitán Alonso de Vera y Aragón, apodado “el cara de perro”, por orden del Adelantado Juan de Torres de Vera y Aragón.
En esta jornada de población, Nicolás de Villanueva firmó el Acta de fundación de la nueva ciudad, en calidad de testigo y soldado de la expedición(16).
Durante la convivencia con su suegro, debió aprender las particularidades del oficio de escribano, alcanzando tal capacidad, que fue motivo suficiente para que el Adelantado Torres de Vera y Aragón lo escogiese para testimoniar nada menos que la fundación de la ciudad de San Juan de Vera, en el paraje que llamaban de las Siete Corrientes.
Es por ello que debemos resaltar la idoneidad de Nicolás de Villanueva, ya que teniendo el adelantado tan lucida comitiva de conquistadores que lo acompañó, comisionó a Nicolás de Villanueva para realizar las diligencias notariales de la fundación que lo perpetuaría en la memoria de nuestra ciudad.
Como debió ocurrir con la mayoría de los pobladores casados, en los primeros años de vida de la ciudad, Teresa de la Trinidad -su esposa-, permaneció viviendo con sus cuatro hijas doncellas en su chacra del pago de Tingry, en la jurisdicción de Asunción(17).
El Fuerte no constituía un lugar seguro para las mujeres y debieron ser pocas las que se aventuraron a venir en esta primera etapa de la población(18). La chacra familiar donde vivía su familia pertenecía a su mujer, ya que la había recibido de herencia de su padre, Antonio de la Trinidad.
Estimamos que en el año 1608 se retiró a su chacra de Asunción, a pasar sus últimos años en compañía de su mujer. Una de sus hijas, llamada igual que su mujer, se estableció posteriormente en la ciudad de Corrientes con su familia y, a través de uno de sus hijos, que nombraron
Nicolás de Villanueva, se perpetuó este linaje en nuestra ciudad con descendientes hasta el día de hoy. Isabel de Miranda y María de la Trinidad, otras de sus dos hijas, se establecieron en la ciudad de Buenos Aires, donde una de ellas tuvo ilustre descendencia.
Notas
(*) Material extraído del libro "Juan de Torres de Vera y Aragón. Nueva historia de la fundación de la ciudad de Vera", de Gustavo Miguel Sorg - edición del autor - 2007.
(1) AGI, CHARCAS, 85, N.5, Folios 172v - l77v. Sevilla, 11 . XII . 1571 - Escritura de Fletamento de los navíos nombrados: San Salvador, Nuestra Señora de la Concepción y Nuestra Señora de de Gracia, propiedad de Lucas de Zárate, que al presente están surtos en el puerto e río de Guadalquivir, de la ciudad de Sevilla, para hacer su viaje con la buena ventura a las provincias del Río de la Plata. El monto del fletamento fue de $ 81.200 - reales por 20 meses.
(2) AGI, ESCRIBANIA, 846A, Folio 92v, Sanlúcar de Barrameda, 12 . X . 1572 - Visita que se hizo a la nao La Concepción, Almiranta de la armada: “Nicolás de Villanueva, natural de Santander, de edad de veinte y dos años, pequeño de cuerpo, una señal en la frente a la parte derecha”.
(3) AGI, PATRONATO, 142, N.2, R.1, Folios 330-337, Asunción, 26 . I . 1576 - Testamento del adelantado Juan Ortiz de Zárate, caballero del hábito de Santiago, Gobernador y Capitán General de las provincias del Paraguay y Río de la Plata. El Adelantado falleció en su casa de la ciudad de Asunción, el mismo día que otorgó su testamento.
(4) AGI, CHARCAS, 85, N.5, Folios 198v - 200, Asunción, 8 . VII . 1576 - Recibo del pago del salario a Nicolás de Villanueva.
(5) Aunque en algunas fuentes documentales confeccionadas en Asunción se consigna a Antonio de la Trinidad como natural de Almodóvar del Campo, debemos considerar como válida su naturaleza declarada en su testamcnto y en reales cédulas. Lafuente Machain, en “Conquistadores del Río de la Plata”, Pág. 625, dice que Antonio de la Trinidad era natural de Almodóvar del Campo, basándose en los Padrones confeccionados en Asunción. / AGI, PATRONATO, 29, R.14, Documento N° 2, Folio 1, Padrón del año 1565, Antonio de la Trinidad, natural de Almodóvar del Campo; es ingenioso, desposado en Almodóvar. / AGI, PATRONATO, 189, R.27, Folio 2, Asunción, 12 . V . 1569 - Memoria de la gente española que al presente vive en las provincias del Río de la Plata, confeccionada por Francisco Ortiz de Vergara, Antonio de la Trinidad, natural de Almodóvar.
(6) “Conquistadores del Río de la Plata”, de R. de Lafuente Machain, Pág. 162, Hernando Melgarejo, natural de Asunción, hijo natural del general Ruy Díaz Melgarejo.
(7) AGI, PATRONATO, 29, R.8, Carta a los muy poderosos señores presidentes y oidores de Su Majestad de su Real Consejo de Indias, relación testimonio sobre el Río de la Plata, 2 de Julio 1556, firmado por Antonio de la Trinidad.
(8) AGl, BUENOS AIRES, 1, L.I, Folios 122v-123r, Madrid, 16 . III . 1540 - Real Cédula al gobernador del Río de la Plata, para que permita venir a España a Antonio de la Trinidad.
(9) AGI, BUENOS AIRES, 1, L.I, Folios 144v-145r, Madrid, 18 . VI . 1540 - Real Cédula al gobernador del Río de la Plata, para que permita venir a España a Francisco de la Trinidad.
(10) AGI, BUENOS AIRES, 1, L.l, Folios 122r-122v, Madrid 16 . III . 1540 - Real Cédula al escribano en cuyo poder esté el proceso de Antonio de la Trinidad, ordenándole entregar a éste, testimonio del mismo, para que pueda venir a España a informar al Consejo de Indias del asunto.
(11) AGI, PATRONATO, 278, N.2, R.194, Real Provisión a Antonio de la Trinidad, natural de la Villa de Pedroche, concediéndole una escribanía del número del pueblo donde residían el gobernador y oficiales de la provincia del Río de la Plata.
(12) AGI, PATRONATO, 278, N.2, R.262, Madrid, año 1540 - Real Provisión a Francisco de la Trinidad, vecino de la villa de Pedroche, concediéndole un regimiento en el pueblo donde residan el gobernador y oficiales de la provincia del Río de la Plata.
(13) Archivo Nacional de Asunción, Vol. 694, N° 5.
(14) ANA, Sección Civil y Judicial, Vol. 1.304, N° 17. Asunción, 23 . I . 1591 - Luis Gutiérrez, vecino de Asunción, hijo legítimo de Antonio de la Trinidad, hace dejación de la encomienda, que sucedió por muerte de su padre, Antonio de la Trinidad, de los indios que están en la otra banda del Tebicuary.
(15) A.G.P.C., Sala 1, Protocolos, Tomo 2, Folio 191, San Juan de Vera, 16 . I . 1594 - Declaración testimonial de Nicolás de Villanueva.
(16) AGI, Escribanía de Cámara, Legajo 846-C, Folios 123-125 - Acta de Fundación de la ciudad de La Concepción de Buena Esperanza del río Bermejo, fundada por el capitán Alonso de Vera y Aragón, “el cara de perro”. Su nombre consta en el Folio 123v.
(17) ANA, Vol. 1.531, N° 5, Años 1591-1592, 36 folios. Proceso contra Teresa de la Trinidad por heridas.
(18) Otro caso es del poblador Antón Martín. Su esposa, Catalina Gómez, no vino a la fundación de la ciudad de Vera. Falleció en la ciudad de Asunción, en el año 1595. Sin embargo vinieron con Antón Martín -su segundo marido-, los hijos de su primer matrimonio, con Felipe Bernal (A.G.P.C., Sala 1, Protocolos, Tomo 4, Folios 38 / 40v, Asunción, 27 . IX . 1595 - Testamento de Catalina Gómez.